Capitulo 1.

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—¿Qué haces despierta a esta hora? —le pregunto a la pequeña que camina hacia mí, restregándose los ojos a causa del sueño con una mano y sosteniendo a un gato de peluche con la otra.

—¿No ha llegado el abuelo? —pregunta en voz baja.

Sacudo la cabeza riendo mientras dejo los huevos a un lado y me acerco a ella para tomarla entre mis brazos.

—¿No te dije anoche que te despertaría apenas llegase? —le pregunto a Sarah mientras la siento sobre la encimera de la cocina.

Aun no puedo creer que esta lindura haya salido de mi cuerpo, y que en un principio llegué a pensar que sería el fin de mi vida cuando ahora no puedo imaginar ésta sin ella, ni sin Neal, al cual Sarah se parece tanto. Sus ojos azules, su cabello negro y sus carnosos labios, aunque con la piel trigueña de su madre. Probablemente romperá varios corazones cuando llegue a la adolescencia.

—Es que él dijo que llegaría temprano —replica con un bostezo.

Dejo de divagar por mis pensamientos y le sonrío.

—Ya sabes cómo es el abuelo a veces. Dice una cosa pero termina haciendo otra, y debes recordar también que la sobrina de Margaret también irá. Quizás pasaron por ella primero

Sarah hace un mohín que me hace reír.

—Ella no deberia ir, es mala conmigo, tira de mi cabello todo el tiempo —replica tirando de su cabello al tiempo para hacer énfasis en sus palabras.

Sacudo la cabeza y acaricio su cabello suavemente.

—Eso ya lo hemos arreglado cariño. La tía Margaret te dijo que hablaría con ella —le beso suavemente la frente—. Pero tú deberías estar durmiendo ahora, son apenas las siete de la mañana de un sábado. Probablemente tu abuelo llegue en un par de horas

Sarah bosteza nuevamente y asiente rendida.

—¿Puedo dormir en tu cama? —pregunta volviendo a restregar sus ojitos.

—Por supuesto —la tomo entre mis brazos y la dejo sobre el suelo de nuevo luego de darle un beso en la frente—. Ve a dormir con papá

La veo caminar arrastrando los pies y a su pequeño gato de peluche, y no es hasta que ha salido de mi vista que continúo haciendo el desayuno, mientras divago un poco por mis pensamientos.

No puedo creer que lo mucho que ha cambiado mi vida, o lo diferente que terminó siendo mi vida en realidad. Mis planes eran graduarme de la secundaria y estudiar danza, ser una bailarina reconocida y luego quizás algún día casarme y tener hijos. Ahora ya tenía una hija, estaba casada con un hombre maravilloso pero no era una bailarina reconocida, solo una instructora de baile, pero era inmensamente feliz y amaba mi vida tal cual estaba.

Aunque para muchos era imperdonable nuestro amor, como para Lara, por ejemplo.

Nunca volví a saber de ella después de saber que estaba embarazada de su padre. Tiempo después me enteré que se había ido a Los Ángeles y que ahí trabaja como representante de un actor famoso. Se casó, nada más y nada menos que con Seth y al parecer lleva una buena vida.

Me hace feliz el saber que está viviendo una vida plena, pero extraño a mi loca y desenfadada amiga, la cual no ha venido ni una sola vez a conocer a su hermanita, aunque no la culpo por supuesto. La traicione de una manera imperdonable.

Vierto mezcla de hotcakes sobre la plancha y espero a que se doren antes de voltearlo. No sé porque siempre que estoy haciendo el desayuno pienso y recuerdo tantas cosas que ocurrieron en el pasado, supongo que es el único momento en el día en que nada ocupa más mi mente así que siempre retrocedo a hacerme la misma pregunta: ¿Cómo sería mi vida si Neal no estuviese en ella?

Disfrutar de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora