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Afortunadamente, me tocó un asiento a lado de la ventana. Me gusta ver cómo edificios tan altos, casas tan grandes, personas corpulentas, niños pequeños, autos, escuelas, todo, desde arriba, se convierte en nada.

He vomitado ya un par de veces, no sé si ha sido por la turbulencia o por el hecho de que estoy tan emocionado de ver a Helena.

Carol trató de convencerme de quedarme en casa, pero, gritando y haciendo berrinches, logré persuadirla a que me dejara ir.

Necesito la presencia de Helena; necesito respirar su usual olor a jazmines, mirar sus suaves pero fuertes facciones, tocar su sedoso cabello negro y su piel blanca tan delicada como la porcelana, adorar sus sabias palabras, ideas y teorías que salen de sus carnosos labios de corazón, abrazar cada cosa que la hace diferente a las demás personas en el planeta.

Siento un vacío en el estómago, como si un abismo estuviese absorbiendo todos mis órganos desde el interior de mi cuerpo, llevándose mi corazón y alma consigo.

Mi alma.

Una esencia espiritual e inmortal que es mortal a la falta de ésta. Irónico.

Estoy en frente del apartamento de Helena. La palma de mi mano pica cuando hago de ella un puño para tocar la puerta.

—¿Quién es? —escucho que pregunta al otro lado de la barrera que nos separa.

Su sublime voz, al llenar mis oídos, me atesta de una sensación única en la boca de mi estómago, como si de volar se tratase.

—D-d-ani-e-el —dije, sin poder evitar el tartamudeo, con miedo a su inminente rechaza.

La puerta se abre lentamente y la mitad de su cara es mostrada. Al verme parado ahí, encorvado, ojos nerviosos en el suelo, manos hechas puños sobre mis costados y labios titiritando, suelta un suspiro y siento que sus brazos rodean mi cuerpo.

Mis puños se relajan, y poso las palmas de mis manos en sus caderas, enterrando mi rostro en su cuello, desde que ella es más alta que yo. Sus manos viajan a mi cabello, y sus dedos se enroscan en éste, sus uñas rascando un poco mi cuero cabelludo.

—Oh, Dan —su voz suena adolorida, al poner su mejilla contra mi cabeza.

—Te quiero, Helena —dije, mi voz fue amortiguada por la piel en su cuello.

Se separa de mí, haciéndose a un lado y dejándome pasar al apartamento.

No está muy grande, sólo unos pocos sillones maltratados, una microscópica cocina y un cuartito pequeño en la esquina, lo que me imaginé que era su habitación. Hay dos calentadores en el apartamento, seguramente para mantenerlo caliente del frío invierno que Inglaterra nos obsequia. Maldita sea Inglaterra.

—¿Quieres algo? ¿Agua? ¿Té caliente? —pregunta, y puedo notar un poco de acento británico.

—¿Té? ¿T-te has unido a la secta británic-c-ca del té? —pregunto, una ceja alzada.

Ella ríe, su suave risa que tanto había extrañado. —Supongo que las costumbres se pegan —se encoge de hombros.

—Un café americano, por favor —le pido.

La sigo a la cocina, y me siento en un taburete cerca de la barra desayunadora.

Mientras verte el agua humeando en una taza pequeña, suelta un suspiro, murmurando: —¿Ahora que haré contigo?

—El "ahora" relativo a un punto o marco referencial concreto, será diferente del "ahora" en otro marco, siempre que ambos marcos se encuentren en movimiento relativo uno del otro. Por lo tanto no existe nada equivalente a un estado presente del universo entero.

Encarnó una ceja, otorgándome una pequeña sonrisa.

—Eso va en contra de las leyes de Newton —respondió, agregando un cucharada de granos de café.

Asentí frenéticamente, —La teoría es de Palle Yourgrau, y honestamente tienen mucho sentido, porque, si lo piensas bien...

Dan —me interrumpió, soltando una pequeña risita tensa, indicando que me callara.

Mis mejillas se calentaron y bajé mi mirada al suelo. Me entregó el café. Lo tomé entre mis manos sintiendo el calor transmitido a través del objeto y el vapor que salía del líquido casi negro.

Sentí calidez dentro de mí.

Estaba bien. Estaba bien porque estaba en Inglaterra, estaba tomando un café caliente pero más que nada, estaba bien porque Helena estaba a un lado mío.

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⏰ Last updated: Feb 13, 2016 ⏰

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HelenaWhere stories live. Discover now