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Salí después de dos horas de rehabilitación en la clínica y me dirigí al barrio así podía buscar a los chicos, les había prometido una noche de Play, Netflix, pizzas y cervezas y para ahorrarles el viaje en colectivo, pasé por ellos.

Quise que Uma se sumara a nuestra noche, pero en cuanto terminé de ser acosado por Harumi y Kasia, que este último remarcó que su hermana estaba enamorada de mí, ella me dijo que tenía que quedarse con los nenes porque su tía debía hacer unos trámites, y aunque me hubiese encantado llevarlos también, le había prometido el momento a mis amigos y ponerles Disney Channel no sería de su total agrado.

Al llegar al departamento, mientras Leo y Val se pusieron a amasar las pizzas que prometieron hacernos, los demás nos dividimos en grupos para jugar al Fifa, obviamente yo jugué como yo mismo pero eso no sé qué tan bueno para mi equipo porque perdimos de cualquier forma.

—Me siento responsable en la realidad, pero esto es un juego y no pienso sentir más culpa por tu falta de conocimiento a vos mismo en la cancha. —dijo Walter y todos se rieron, aunque no podía culparme por jugar tan mal a la play cuando mis compañeros de equipo lo hacían mucho mejor que yo.

—Yo quiero ver una película ¿ya pueden dejar de jugar? —se quejó Val y casi todos la ignoramos, pero yo la escuché bufar. — ¡Quiero ver una película!

—En mi cuarto hay otra televisión. —le sugerí piadoso, ella me miró mal pero no más que a Gaby cuando me apoyó.

—Eso Val, andá al cuarto de Alec.

—La idea era juntarnos, hablar, estar juntos, no separados.

—No queremos ver películas.

— ¿Por qué no querés llorar como la última vez? —se burló Lisa de Gaby y los chicos se rieron, yo lo miré.

— ¿Lloraste con una película?

— ¡Como si vos no hubieses llorado con Tres metros sobre el cielo!

—Yo no lloré. —levanté una ceja y miré de nuevo la televisión, aunque internamente todavía me lamentaba la muerte de Pollo, jamás, nunca iba a admitir lo mucho que me hizo deprimir esa maldita película.

El timbre sonó y Val fue a abrir, enseguida escuché la voz de Lean y me alegré de que haya podido venir, hasta que identifiqué la voz de Uma y definitivamente dejé de jugar para levantarme y dejarle el partido a Leo.

—Amigo yo no sé jugar a esto. —me reprochó cuando le pasé el mando sin darle importancia a su objeción.

—Oh ya lo estamos perdiendo.

—Ya va por la pollera. —se burló Gus y también lo ignoré, enseguida abracé a mi novia por detrás, pero ellos no entendían nada, estábamos pasando una post reconciliación y ella merecía toda mi atención.

—Hola mi amor.

—Hola. —me dijo y se dio la vuelta con una sonrisa que pronto desarmó en mi boca para acercarse a besarme. —te extrañé.

—Yo mucho más.

—Quisiera ver eso en actores lindos como Jamie Dornan, Ben Affleck, no en ustedes, gracias.

— ¿Qué te pasa? Mi Alec es toda una hermosa combinación de esos bombones, incluso mucho más. —me defendió ella abrazándome y yo le saqué la lengua a Leo.

—Pero no es actor, es futbolista.

—Tiene plata, no importa. —dijo Eva yéndose al living y todos se rieron.

—Es cierto. —asintió mi novia y yo me reí, pero eso no le alcazaba a Uma, de hecho mi plata le importaba una mierda y demasiado me lo había demostrado como para creer que no era un chiste.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora