Capítulo 24: Bellas voces que se vuelven bellas artes.

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Capítulo 24: Bellas voces que se vuelven bellas artes.

Debían ser las seis de la mañana cuando noté un leve movimiento entre las sábanas y luego una pequeña presión sobre mi pecho. Abrí los ojos lentamente y ví que Noah estaba reposando todo su peso sobre mi cuerpo. Tenía su adorable cabecita apoyada en mi pecho y ambos teníamos las piernas entrelazadas. Sonreí dulcemente al contemplar tal escena ya que él siempre había tenido como cierto "miedo" al dormir conmigo. Me moví lentamente para ponerme de lado y abrazarle cuando abrió los ojos y rápidamente se apartó de mi.

+Noah, tranquilo. Ven, deja que te abrace. -no dijo nada, solo asintió y nos abrazamos.

Su aroma era fascinante y nunca a nadie le había visto una piel tan suave y tan cuidada. Su respiración era lenta pero con cierto compás. Le miré entre la penumbra, era un chico realmente guapo. Ví como levantó la cabeza para mirar si estaba dormido así que cerré los ojos. Él se inclinó un poco y me besó la frente. Enseguida volvimos a caer rendidos por el sueño.

Un rayo de luz me iluminó toda la cara. Abrí los ojos y una luz blanca me cegaba la vista y noté como Noah ya no estaba a mi lado. Levanté la cabeza y le ví como abría la persiana. Sonrió y se fue hacia la puerta.

+Levantate ya, el desayuno esta en la mesa.

Le miré fijamente y no pude evitar sonreír. Me levanté, a mi ritmo lento, de la cama y me fuí hacia el armario. Cogí un pantalón largo de color rojo y una camisa negra con unas letras blancas que ponía "I am Grey". Salí por la puerta y bajé a la cocina. Todo el mundo menos mis padres, que seguramente ya se habría ido a trabajar, estaba sentado en la mesa comiendo. Jean me miró y se puso a reír.

+Ya baja el dormilón. ¿Se duerme a gusto en tu cama eh? -le miré con los ojos como dos platos y me sonrojé de una manera muy bruta.

+Normal, con el bellezón de Noah... -replicó mi hermana y Noah también se puso rojo al máximo.

+¿Ya tenías que hacer el comentario no hermana? -me miró y se puso a reír.

Me senté al lado de Jean y cogí una tostada del plato que había en la mesa. Luego miré a Noah y le señalé el bote de mermelada de albaricoque que había a su lado. Éste no dijo nada y me lo dió. Cuando lo agarré de su mano, nuestras miradas se cruzaron por un momento y me vino a la cabeza la imágen de anoche. Solo estuvimos mirándonos apenas tres segundos pero parecieron siete largos minutos.

Giré la cabeza y ví que Lyanne le decía algo al oído de Jean. Cuando me vió que la miraba se apartó de él y sonrió falsamente. Le eché una de mis miradas que significan cabreo y esta me dió una colleja.

+A mi no me mires así, enano.

De repente se escuchó un golpe en la puerta de la entrada y todos giramos la cabeza. Miré al reloj, ya eran las doce y media, no tenía ni idea de quien podría ser hasta que apareció por la puerta. Era papá.

+Hola chicos, buenas notícias. Me he escapado media horita antes del trabajo y recién acabo de llegar de apuntaros en el concurso.

+¿¡QUÉ!? -gritamos todos al unisono.

+Ya estáis apuntados y yo seré vuestro manajer en el concurso. Todo lo que tenga que ver con vosotros antes va a tener que pasar por mi. -papá lo dijo entusiasmado mientras nosotros teníamos un miedo enorme al saber que todo lo de anoche iba en serio y íbamos a participar en un concurso delante de miles de personas y que saldría como cada año por televisión.

+Vale, papá, ya puedes dejar la broma. -dijo Lyanne aún asombrada por lo que dijo.

+No es broma Lyanne, estáis apuntados en el concurso.

¿El amor existe? [GAY]Where stories live. Discover now