Pesadillas

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Me levante, estire mis brazos, entre un gran bostezo abrí mis ojos, los talle un poco y al abrirlos completamente, visualicé una habitación que no me pertenecía.

Me puse alerta para luego bajar de la cama y poner los pies en el frío mármol, traía un vestido de color marrón, mi pelo era un desastre.

Camine hasta la puerta y gire cuidadosamente el picaporte mientras miraba por el retrovisor, nada se encontraba del otro lado. Salí de la habitación, tomando la ruta del pasillo que conllevaba a unas escaleras.

Baje sin hacer el mínimo sonido. Se escuchaba un lejano ruido, seguí los sonidos, cada vez que me acercaba, más retumbaban en mis tímpanos, los estruendos me llevaron hacia el sótano. Una vez parada al frente de la puerta, el sonido se detuvo al igual que mis pies, pero por el contrario, mi corazón iba a cien por segundo.

Luego un sonido ensordecedor me consumió, tape mis orejas con ambas manos, pero no logre que disminuyera, sentía mis odios a punto de sangrar, cuando el ruido se detuvo, por unos segundos, pero luego, el sonido que produjo era mas suave.

Puse mi mano en el picaporte, pensando en lo que podría a ver detrás de la puerta, podría averiguarlo o salir corriendo, la segunda no estaba mal, pero la curiosidad no me dejo opción.

Gire el picaporte, bajé las escaleras que no me ayudaron de a mucho, ya que cada escalón que pisaba, emitía que la madera rechinara.

Cuando llegue al ultimo escalón, mi cuerpo templo; ver la escena que se encontraba en frente mío, no tenia comparación; nada se igualaba.

Tres hombres tenían en una mesa, un hombre joven, quien, uno de los tipos le estaba cortando en circulo la cabeza, mientras los otros dos, cortaban sus dedos, son unos dementes sin corazón.

¿Quienes eran esos hombre y yo que hago aquí?

Mi cabeza decía que corriera, que me alejara de allí, pero mis pies, parecían estar adheridos a la madera.

Sentía como si toda la sangre hubiera abandonado mi cuerpo, por lo pálida que estaba, me podrían confundir con un muerto.

Di un paso atrás, pisando el penúltimo escalón, ya que no habían notado mi presencia, y continúe subiendo lentamente sin voltearme.

Uno de ellos, tenía una cicatriz en su pómulo derecho, me miró y corrió hacia mí, pero fui más rápida, abrí la puerta para luego intentar cerrarla detrás de mí, él forcejeó evitando que la puerta fuera cerrada.

Puse toda mi fuerza, y la cerré golpeado sus dedos, lo oí maldecir, mientras corría a la puerta principal.

Salí de aquella casa, me encontraba en una cabaña, llena de árboles en otoño, agradecía que acabará de amanecer, y no estuviera oscuro, escuche como era derribada una puerta en el interior de la cabaña; corrí entre los árboles y arbustos, sentía como algunos de ellos rayaban mis piernas.

Algunas luces de pasaban a lo lejos, así que imaginé que era un venida poco transitada, eso me hacía temer, ya que era igual que estar sola.

Camine hasta toparme con la venida que imaginé, espere que pasarán autos, cuando escuché como las ramas crujían detrás de mí, corrí por la orilla de la venida, sin parar ni un segundo, cuando oí un auto, pare y le hice señas, no se detenía, así que hice lo primero que se me ocurrió.

Me postre en el centro de la carretera y levante mi mano en señal de alto y grité:

-¡Deténgase!-

El coche freno en seco, mientras yo me acercaba a la ventanilla.

-Tiene que ayudarme, por favor-

-Qué te pasa jovensita- dijo la mujer de cabello negro y ojos verdes.

-Unos tipos me persiguen-

-Sube- dijo y me entre en el carro.

Una vez en el coche, me sentí agotada, sin fuerzas; parpadee varias veces, pero la ultima vez que lo hice, ya me encontraba en otra parte.

Se hizo de noche, una enorme casa verde manzana con ventanas y puertas blancas se encontraba ante mis ojos.

Antes de que pudiera visualizar algo en las ventanas, un coche negro brillante y encerado al máximo, con vidrios blindados, aparcó frente a aquella casa.

Bajaron dos hombres con trajes negros y lentes del mismo color, sus peinados eran demasiado formales, podría decir que eran gerentes de compañías o algo parecido. Rodearon el auto por sus respectivos lados, encontrando sen de nuevo en la parte trasera, el baúl.

Sacaron un gran bolso gris, parecía ser pesado, ya que, entre los dos lo hicieron. Me encontraba cerca a la entrada de la casa, quería moverme pero una vez mas, mi cuerpo no respondía, vinieron hacía mí, luego recordé lo que sucedió antes, llegue a pensar que esos hombres me harían daño, pero no fue así.

El bolso me atravesó y quede impactada. ¡Ese bolso me había atravesado! ¡Cual ave a una nube!

Entonces comprendí: Estaba allí, presente, pero sin explicación alguna, ellos no me veían. ¿Porqué?

Tenia tantas preguntas, pero fueron apartadas al girarme y seguir las acciones de los hombres, quienes abrieron el garaje y dejaban cargamento en el suelo, me puse junto a uno de ellos, mis ojos fueron directos al bolso tirado en el suelo, al verlo, me impacte.

Un anciano, de traje se encontraba allí metido, uno de ellos puso una nota en su pecho.

''Ya llegue mi amor''

Para luego llevarlo a la entrada de la casa, donde lo dejaron, uno fue al carro mientras el otro timbraba, al timbrar el hombre volvió al coche, arrancaron y se fueron como si nada.

La puerta sonó, una mujer rubia salió y miro con extrañes el bolso, sostuvo la cremallera y la bajo. Tapo su boca mientras sus ojos eran todo un rió, mientras gritaba que porqué le pasaba todo eso.

Todo empezó a verse borroso y no pude abrir los ojos, todo se había apagado. Desperté tomando una gran bocanada de aire, mientras me levantaba de salto.

Mi respiración estaba demasiado alterada y sudor corría por mis cienes, que sueño mas extraño. Volví a la cama y trate de conciliar el sueño.

¿Porqué soñaba esas cosas?

Efectos Colaterales #WATTYS2016Where stories live. Discover now