Capítulo 8

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Escuchaba el sonido de las cadenas tintinear como un fino susurro en mis oídos, las cuales se repetían una y otra vez con cada paso que dábamos, rumbo al final de aquel largo pasillo, en donde nos esperaban un par de uniformados con chaquetas rojas, pantalones blancos, botas negras y armas en manos. 

Maldecía una y mil veces en mi cabeza el estúpido accionar de mi capitán, ya que por su culpa, nosotros habíamos terminado aquí. 

Su repentino deseo de querer viajar cerca por las costas de Hispania, y las escapadas que se daba cada mañana fue tan solo el inicio de la mecha que haria estallar esta bomba cuando hyung no volvió aquella tarde, todos en el Treasure se preocuparon, SeongHwa-hyung y YunHo intentaron mantener la calma de todos los tripulantes, dijeron que él volveria mañana, pero cuando abri los ojos y vi su cama, esta seguía igual de vacia como el dia anterior. Para el tercer dia de la desaparición de nuestro capitán, fue que WooYoung y yo optamos por ir a buscarlo, desde un inicio tenia un mal presentimiento, HongJoong-hyung no solia hacer ese tipo de cosas.

Siempre solia pensar con la cabeza fria, muy pocas veces lo habia visto que se dejara llevar por sus emociones o impulsos, pero aquella noche en que lo vi a los ojos, antes de irme a dormir, lo note, sin duda sus ojos lo delataban, si hubiera sabido que a la mañana siguiente, al despertar, este no se encontraría más, sin duda le hubiera detenido, habría hecho todo lo posible para evitar esto, hubiera hablado con SeongHwa-hyung, con YunHo y MinGi, les hubiera advertido de lo que iba a pasar y probablemente hubiéramos hecho un motín, HongJoong-hyung hubiera pasado un par de noches en el calabozo del barco, en la ultima bodega gritándonos y maldiciéndonos, pero eso nos daría el tiempo suficiente para alejarnos lo suficiente de las costas de Hispania y de toda su flota naval. 

Pero no pudo ser asi, ahora WooYoung y yo estábamos siendo encerrados en un par de celdas de aquel calabozo, en territorio desconocido y por lo visto no muy amigable con los piratas, al ser una de las colonias de españoles. Habian revisado nuestras ropas, nos habían quitado nuestras pistolas, , nuestras espadas, nuestro dinero y consigo también optaron por llevarse hasta las cadenas, para evitar que nos ahorcáramos con estas en un intento de suicidio y librarnos de esta situación probablemente.

— Wooyo...—le llame en un susurro minutos despues de que aquellos tipos se fueron. — ¿Estas bien? — este se habia llevado la peor parte, como casi siempre, reaccionando por impulso en lugar que con el cerebro, me levante del suelo y limpie mis manos, llenas de polvo, me acerque a los barrotes de mi celda y recién alli fue que me percate de que él no estaba a mi lado, habia alguien más, alguien tirado en un rincón, con sus ropas llena de polvo y algunos golpes en el rostro, escuche un ruido provenir a la cercanía, al ver más alla fue que vi a WooYoung, quien se ponia de pie, esos malditos no nos habían encerrado juntos, probablemente quisieron separarnos un poco para que se nos hiciera mucho más difícil comunicarnos y poder armar un plan de escape.

—Mira...— este tenia algo colgando de su mano, cuando abrió su palma me mostro un par de piedras pequeñas, ambas tenían la misma forma, pero sus colores eran completamente opuestos. —...estaban aquí. — con su otra mano señalo hacia una de las esquinas de su celda, en donde habia un pequeño montículo de tierra, paja y suciedad que parecia haber sido amontonado como una especie de almohada improvisada por el anterior desafortunado ocupante que estuvo aquí. Alce mi mano para que este me tirara uno de los ellos y pudiera apreciarlo más de cerca, maravillándome con aquella combinación de colores, era algo tan inusual para mi, había visto muchas joyas a lo largo de mi corta existencia, pero sin duda algo como esto no lo habia podido apreciar antes. Era como una lagrima, más grande de lo usual, la cual en su interior predominaba el celeste con un ligero degrade hacia el rosado, los cuales parecían intentar encapsular la belleza de un atardecer. — ¿Tu crees que sean de...?—pregunto, al verlo vi que este tenia su mirada puesta sobre el sujeto que se encontraba en medio de ambos. Alce los hombros, no me importaba de quien sea, pero sin duda era hermoso y si no tenia un dueño, pues no dudaria en poder quedármelo. 

Pirate King: Treasure |ATEEZ|On viuen les histories. Descobreix ara