Capítulo 5

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— ¡¿Por que lo golpeaste?! — le pregunte entre gritos a San mientras ayudaba a subir a su amigo a su espalda, este tomo sus piernas y empezó a correr rumbo hacia la salida.

— ¡Por tercera vez, no sabía que iba a ser él! — se excusó nuevamente con eso. 

Pero bueno, por el uniforme que tenía pues claro que San solo golpeo y luego observo, nunca creímos que era el sujeto que estábamos buscando. Le quite la chaqueta de soldado que tenía y tras dejarla a un lado, salimos de allí, le coloque a San mi sombrero por si es que nos cruzábamos con algún guardia que le había visto anteriormente y le tome del brazo para guiarlo por donde pisaba, tambien abriendole camino entre las personas que nos rodeaban, creo que hicimos un buen tiempo con la ruta que tomamos ya que en menos de veinte minutos logramos llegar al muelle, tal vez hubiera sido quince minutos o hasta diez si no hubieramos contado con algo de peso extra debido al descuido de San. 

WooYoung al vernos se bajo del bote y le ayudo a San a bajar a YunHo de su espalda, cada uno sujeto un brazo de YunHo y entre dos lo llevaron más rapido que antes, a San se le cayó el sombrero por instinto y no logica ante la huida que teniamos que hacer con prisa me detuve y fui a recogerlo, pero este fue arrastrado por el viento, le seguí hasta que este término a los pies de alguien, iba a tomarlo, pero recibí un golpe en mi cabeza el cual me hizo caer al piso. 

Alguien me tomo del cuello y me obligo a levantarme, al verle a la cara se trataba de aquel sujeto que San había noqueado en el almacén. Este empezó a gritar, para que llamaran a la guardia, intentaba zafarme de su agarre, mire hacia el bote, San y WooYoung miraban todo el circo que se estaba formando a mi alrededor, WooYoung intento venir hacia mí en mi ayuda, pero San le tomo del hombro, empezaron a intercambiar palabras entre ellos, no, ¡no, par de idiotas! no hagan una pelea justo ahora, no justo aquí, pero luego lo vi, vi aquella mirada proviniendo de los ojos de WooYoung y sabia lo que eso significaria para mi.

—No...— murmure. —No te vayas...— sabía que no me escucharía. Vi como este subió al bote y entre él y San empezaron a remar, alejándose del lugar, dejandome a mi atrás. 

El tipo soltó mi cuello pero en su lugar tomo mi cabello, tirando de este, unos soldados llegaron y el tipo me entrego a ellos y en menos de una hora ya había vuelto a perder mi libertad, terminando de nuevo en aquella celda, parecía una mala broma, ya que resultaba que era la misma en la cual había estado antes, ¿como lo sabia? obvio, el piso aún seguía mojado. 

Esta vez no me dejaron sola, había dos soldados custodiando mi puerta, para que no intentara escapar de nuevo, pero esta vez no creo que vaya a lograrlo, lo anterior simplemente fue un golpe de suerte y esas cosas no suelen presentarse dos veces seguidas. 

— ¿Dentro de cuanto me colgaran? — pregunte repentinamente sin moverme de aquel rincón el cual me encontraba sentada, abrazando mis piernas y mi rostro escondido entre ellas, escuche una pequeña risita provenir de uno de los soldados.

—Antes de caer la noche...—el oir aquellas risas, tan retorcidas me provocaba arcadas, parece que no había de otra, he mirado todas mis posibilidades, no hay ninguna forma de salir de aquí por mi cuenta.

Apoye mi espalda en la pared y me cruce de brazos, tratando de calmarme, pero aún manteniendome alerta a lo que podia suceder, si iba a morir al menos quiero pelear hasta que no pueda más, antes de que la soga rodee mi cuello en lugar de hacerles las cosas fáciles. No queria estar inconsciente cuando eso ocurra, no iba a dejarles las cosas tan facil.

Me puse a pensar en ello y probablemente sería como cerrar los ojos para no volver a abrirlos jamas, por unos segundos pense que la idea se oía tentadora, pero por más tentador que sonaba, no iba a aceptar la oferta. Perdida en mis pensamientos, revisando una y otra vez todas mis opciones, hasta que escuche la puerta abrirse principal del calabozo abrirse, parece que venía un nuevo compañero de celda o ya había llegado mi turno de pelear. O eso creí, hasta que lo vi de nuevo, a uno de esos sujetos de antes, ese viejo regordete con aquella chaqueta que parecia tener mil y un medallas y altos aires de grandeza.

Pirate King: Treasure |ATEEZ|Where stories live. Discover now