Y por eso te odio

Aunque hoy no lo quiero así, tuvimos un amor fugaz

Yo también llore sin darme cuenta que la vida me estaba haciendo un favor.

Querido José:

Llegaste a mi vida de la nada, sin advertencia. En un principio no eras nada pero muy pronto te convertiste en todo. Contigo las cosas fueron distintas, me replanteé esa idea que solía tener del amor, creí que cuando conocías al hombre de tu vida sentías esas mariposas en el estómago de inmediato aún sin conocerse, pero me di cuenta de que no es así.

Me enamoré de ti como nunca antes lo había hecho, siempre fui una persona solitaria, nunca sentí la necesidad de tener a un hombre en mi vida para ser feliz o para sentirme completa pues yo misma me bastaba, disfrutaba de mi propia compañía, tú llegaste y volcaste toda mi vida.

No eras lo que esperaba, lo que quería y mucho menos lo que buscaba, pero aun así fue todo perfecto, éramos como dos piezas que encajaban perfectamente y me enamoré de ti, de tus gestos, de tus locuras, de tu risa, de tus malos chistes, de tus abrazos, tus besos, tus caricias, de todas esas veces que me robabas sonrisas, de esas tardes de no hacer nada más que estar juntos acostados viendo películas o sólo hablando. El problema fue que lo nuestro fue un amor fugaz, pasajero. Lo nuestro empezó como un juego, una de esas famosas "relaciones abiertas" que ahora sé que en esas relaciones siempre saldrá uno de los dos herido, o los dos.

A pesar de que lo nuestro no funcionó para algo más, fue fugaz pero eterno, quedará siempre en mi todo aquello que vivimos juntos. Hoy no estamos juntos, tú tienes tu vida y yo la mía, somos nuevamente dos extraños pero ahora con recuerdos en común.

Y te odio por eso.

Hoy, después del dolor que me causó tu partida de mi vida entendí que todos llegan a tu vida por una razón y que quizá tú no estabas destinado a quedarte en mi vida por siempre, quizá sólo debiste llegar a mi vida para enseñarme, para mostrarme que podía enamorarme, que podía abrirme a otra persona y mostrarle mi alma y aun así no perderme a mí misma. Aprendí mucho de ti, siempre he pensando que toda experiencia buena o mala trae consigo una enseñanza y ahora lo veo todo más claro, me siento más madura, siento que crecí en muchos aspectos de mi vida, ahora gracias a ti sé lo que realmente quiero, lo que espero de alguien y lo que quiero en una relación. Gracias a ti ahora me siento preparada para entablar una relación estable y duradera con alguien, gracias a ti descubrí cosas de mi que antes no sabía. Me hiciste feliz, en su momento y me hiciste sufrir con tu partida pero el dolor pronto se ira pues sé que quedarse con el dolor sería no aprender que la vida tiene ciclos y que hay que vivirlos de la mejor manera.

Gracias por haber llegado a mi vida para cambiarla para siempre.