te estoy agradecida y te explico por qué

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No se puede luchar contra el destino, lo que tiene que ser, será.

Querido José:

A veces terminar no es tan difícil. A veces sabes que esa persona no es, en lo absoluto, correcta para ti. Sabes que nunca funcionaría porque nunca lograron ese nivel de intimidad necesario para construir una relación duradera. Nunca se hicieron mejores amigos.

Y también están las veces en las que terminar es la cosa más difícil del mundo, no sólo porque sabes que estás rompiéndole el corazón a la persona que amas -y el tuyo durante el proceso- sino porque estás voluntariamente eligiendo perder a tu mejor amigo.

Es un fenómeno muy difícil de describir, razón por la cual usaré mi cliché favorito de todos los tiempos: "Te amo, pero no estoy enamorado de ti".

La verdad es que esa es la mejor forma de describirlo: Amas a alguien muy profundamente y sientes que deben ser el uno parte de la vida del otro, pero no de la forma en que lo han sido hasta ahora.

Desafortunadamente, no todos los que terminan sus relaciones pueden seguir siendo amigos. De hecho, diría que la mayoría no pueden. Es por eso que perdemos a nuestros mejores amigos. Perdemos a las personas que son más importantes para nosotros y, siendo honestos, terminamos perdidos por un buen tiempo nosotros mismos.

Sin embargo, y con el tiempo, aprendemos a recoger los pedazos y a redefinir hacia donde se dirigen nuestras vidas. Aún así, no todos podemos avanzar por completo. Algunos de nosotros aún se aferran a esa amistad a pesar de que haya desaparecido hace mucho tiempo. ¿Por qué? Porque en verdad los amamos.

Desearíamos que fueran parte de nuestras vidas. Pero al mismo tiempo entendemos que eso es imposible. Así que, tal y como dice Paul Hudson, ¿qué más se puede hacer que no sea escribirles una carta que nunca enviaremos?




Y por eso te odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora