Y por eso te odio

Una breve pero infinita eternidad

- ¿Por qué causas ese efecto mí? ¿Por qué verlo después de todo este tiempo aún me provoca tristeza y rabia? ¿Por qué después de que me causara tanto daño, de saber que es un idiota bipolar, aún sigo esperando esa sonrisa que me gustaba tanto, por qué?

Querido José:

Hola, después de tanto tiempo que juré no volver a hablarte o escribirte aquí me encuentro, escribiéndote y dándome cuenta que aún me tiembla el pulso al pensar en ti. Pero el motivo porque te escribo no es el mismo que el de otros. No te escribo para decir que aún te amo ni para decirte todo el rencor que te guardo, porque sinceramente ya no siento ninguna de esas dos cosas.

Quería expresarte lo que sentí al leer un mensaje tuyo hace un par de días. En aquel instante me quedé helada y sólo se me cruzó por mi cabeza una palabra... ¡Gracias!

Gracias por haberme hecho esta persona que soy ahora. Por haberme hecho más segura, más inteligente, menos sensible... Menos inocente. Gracias por haberme enseñado que los cuentos de amor son solo eso, cuentos.

Me enseñaste que en la vida hay personas buenas, pero también personas malas que se disfrazan de buenas. Gracias por haberme enseñado que decir "te amo" no son palabras sagradas, que son palabras que cualquiera puede decir, pero no todos podemos sentir.

Me enseñaste a que por más que yo le abra a alguien las puertas de mi casa, de mi corazón, de mi cama, de mi vida, no quiere decir que esa persona me las abra a mí también.

Gracias por haberme dicho "con el corazón en la mano" que me amabas, que nunca me engañaste, que yo era la mujer de tu vida con la que querías tener un hogar... En fín, gracias por tantas mentiras. Aprendí a ya no enamorarme de palabras, sino de hechos. Gracias por todas las veces que me culpaste por nuestra relación.

Ahora sé que yo hice todo lo que estaba a mi alcance por buscar lo mejor para todos y creo que lo logré. Mirando atrás, puedo decir que los meses pasados me trajeron más cosas malas que buenas pero también fue el tiempo en el que más crecí. Me di cuenta de lo mucho que me desvalorizaba y lo mucho que me desvalorizaron... Y ya no soy aquella chica inocente que se creía todo lo que le decían.

Dentro de tus palabras sólo vi un gran vacío y me di cuenta de que estaba enamorada de una ilusión, de una mentira, de un cuento, de una máscara. Pero no te culpo por eso, al contrario, te agradezco porque la desilusión me genera más ganas de conocer a una persona verdadera que me devuelva todo lo que yo le doy, sin tantas palabras y con más hechos.

Finalmente gracias por haber sido el mayor error y la mejor lección.

¡ No fue en vano!