—Señor. — exclamaron ambos sujetos luego de percatarse de la presencia del tercero, se pusieron en posicion de firmes y le saludaron.

—Descansen. — exclamo él. —Abran. — ordeno, eso me alarmo, ambos sujetos se miraron entre ellos, cuestionándose por aquella orden que acababan de escuchar. —Les dije que abran. — insistio él, haciendo que uno de ellos reaccionara y empezara a buscar sus llaves para abrir mi celda y darle paso a aquel hombre. Con cada paso que él daba, yo deseaba retroceder tres, pero mi espalda estaba contra la pared, uno de esos soldados ingreso con él, con su arma entre manos, mientras que el oro se quedo custodiando la puerta, no podia escapar, estaba rodeada, mi corazón latia con fuerza, retumbando en mis oídos, hasta que parecio detenerse, cuando las pisadas de aquel sujeto se detuvieron, a unos pasos enfrente de mi, cuando este se agacho, inmediatamente cubri mi rostro pensando en que este me golpearia como lo hicieron antes esos sujetos, salio un sonido casi irreconocible de mi garganta al recordarlo.

—Mirame...— me ordeno, todo mi cuerpo temblaba cada vez con más intensidad, negué con la cabeza repetidas veces, tenia miedo de recibir otro golpe. —Que me mires. — insistio. — ¡Maldita mierda, dije que me mires! —algo tiro de mi cabello, obligándome a separarme de mis brazos y ver a los ojos a aquel hombre, los minutos parecieron horas, sus ojos recorrían mi rostro de esquina a esquina, con su mano libre saco un pedazo de papel que tenia doblado en uno de sus bolsillos y lo sacudió para poder abrirlo y luego tras colocarlo al lado de mi rostro, vi como de sus labios broto una sonrisa sin igual, mi estomago se revolvió. 

Un amargo sabor se abria paso por mi garganta, intentantando llegar a mi boca, empece a toser, cubri mis labios con mis manos y mire hacia otro lado, mi respiración y el sonido de aquel papel doblándose llenaba todo ese lugar.

—No quiten la vista de ella por ningún momento, entendido. —puedo jurar que no solo mi respiración se detuvo en ese momento si no que tambien la de los soldados que estaban detrás de él. —...tampoco no sean tan duros con nuestra invitada, no quiero ver mas moretones en su bonito rostro, quiero que este presentable, alguien de seguro se pondrá muy contento de verte. —este parecía divertirle ver mi rostro completamente desencajado. — ¿Qué creiste? ¿Que unos harapos y algo de tierra impedirían reconocerte niña? — ¿Quién rayos eres? 

Este tras colocar sus manos en sus rodillas tomo impulso para volver a levantare y tras un par de ordenes más a sus soldados, salio de mi celda y se fue por donde vino, según parece, mi ejecución se cancelaria, pero en lugar de estar feliz por ello, me encontraba aterrada, ¿Quién era ese sujeto? 

¿Qué rayos tenia ese papel que saco de su bolsillo? 

¿Dónde mierda me encuentro? 

Y parece que no era la única con ese tipo de preguntas sin respuestas rondando por mi cabeza, escuche un poco de la charla de aquellos guardias, aunque estaba sentada en un rincon, mirando a una esquina, pretendiendo ignorarlos, en realidad estaba prestando suma atención a cada una de sus palabras. Cosas como "No tenia idea que era mujer" o "¿Por que la buscan?" era algo que se repetian constantemente entre su charla mientras intercalaban miradas sobre mi.

Si antes mi mente era un caos pues ahora era un completo desastre, tantas preguntas y ninguna respuesta, podia escuchar como en un infinito bucle las palabras de ese sujeto hasta que la puerta principal de metal hizo aquel estruendoso ruido, indicandome que alguien se aproximaba a nosotros, probablemente se trataba de ese mismo sujeto, solo o con algun invitado más como me dejo a entender en su anterior visita, con el rabillo del ojo vi a alguien aproximarse a nosotros, estaba a punto de maldecir pero no lo logre ya que en eso escuche un par de disparos, cubrí mis oídos inmediatamente, me asusté mucho, sin duda no era aquel sujeto de antes, era alguien más, pero no queria averiguarlo. No si lo más probable era que recibiera una bala también. Los soldados intentaron responder rapido, pero bastaron una cuantas balas más para que escuchara como sus cuerpos caian sin vida al piso. Yo era la siguiente o eso pensaba...

Pirate King: Treasure |ATEEZ|Where stories live. Discover now