Or what?©[fanfic Justin Bieber]

Capítulo 31

Eran cerca de las doce de la noche cuando la figura de Cold cansado abrió la puerta interrumpiendo la película. Lo observé, tenía sus puños rotos, cara magullada y su ropa sucia.

Forzó una sonrisa al verme. Tyler ya no estaba.

-Iré a darme una ducha. -Habló arrastrando sus pies dentro de la casa.

Asentí dejando que se fuera. Me sentía culpable.

Vi como paró en seco y se volteó para volver a hablar.

-No te vayas. -Su ronca voz sonó por el pasillo.

-No lo haré.

Alivio irrumpió mi cuerpo.

Se volvió a girar desapareciendo en la oscuridad hasta que encendió la luz del baño nuevamente opacandola al cerrar la puerta.

Caminé a la cocina tomando un vaso para llenarlo con agua e ir a la habitación de huéspedes. Me golpeé mentalmente por haber olvidado mis medicamentos. Pero bueno, tampoco sabía que me iba a quedar aquí. Un día sin tomarlos no me hara mal.

"Vendré la semana que viene, hace tus  maletas"

La voz de mi padre irrumpió mi mente.

Me senté en la cama. Sé que él estaba hablando en serio, odiaba aceptarlo.

Decepción. Es la única palabra que puede describir mi estado de ánimo ahora. Todo se me salió de las manos, nunca pensé terminar así. Ahora estaba entre la espada y la pared con mi padre.

Me recosté mirando el techo como si en este encontrara la respuesta.

¿Si me voy?

No. No puedes dejar a Cold, el te ama.
Tu padre quiere lo mejor para ti, debes obedecerle.

Mis pensamientos se contradecian sin dejarme pensar con claridad.

Y si...¿Le pido una segunda oportunidad a mi padre y entrego a Cold?

De tan solo pensarlo se me erizaba la piel. No podría soportarlo, lo último que quiero de él ahora es su odio y no podría vivir con la culpa. Después de todo lo que hizo, no puedo devolverle con eso.

La voz de Cold me sacó de mis pensamientos.

-¿Puedes dormir conmigo? -Habló causándome ternura. Frotaba sus ojos con cansansio ¿Como decirle que no?

Sonreí por inercia y me levanté caminando detrás de él.
Me deslicé por la cama. Cold entró luego de ir a el baño y me giré haciéndome la dormida. La luz se apagó dejando todo en las manos de la oscuridad. Sentí como la cama se hundía a mis espaldas por su peso. Cuando había terminado de acomodarse, sus manos se deslizaron por mi cadera acercándome hacia su cuerpo despacio. Plantó un beso en mi brazo descubierto y luego sentí gotas caer en mi brazo mientras se sorbía la nariz. Estaba llorando. Un nudo se me formó en la garganta. Nunca pensé que él chico rudo que no sentía lastima por nadie, estaría llorando ahora aferrándose a mi cuerpo. Tenía ganas de abrazarlo y consolarlo pero sabía que él no quería que yo lo viera  así. Sentí como su respiración se tranquilizaba mas y mas, ya estaba dormido.

Acaricie sus manos  ahora rotas por quién sabe qué, deseándo quedarme asi por siempre con él.

-¿Pensaste que escaparías de mi? -La voz de James hizo que mis ojos se abrieran de golpe. Me senté en la cama observando el escenario que cada mañana me atormentaba. Las sábanas estaban cubiertas de sangre.

La risa de él sonó por toda la habitación invadiendo mis oídos de manera irritable.

-E-Esto no  puede ser posible. -Hablé con la voz en un hilo.

El comenzó a acercarse a la cama cautelosamente. Colocó sus manos en la cama frente ami.

-Nunca te librarás de mi.

Empuñé mis manos sintiéndo pánico pero a la vez ira. Mis manos comenzaban a estar blancas.

-¡NO! -Grité con toda mi fuerza y su rastro desvaneció de la habitación dejandome perpleja con la respiración agitada.

-Eli.

Una voz llamaba mi nombre, no podía saber de donde venía, todo se oscureció.

-Elizabeth. -Volvió a resonar en la habitación.

Mi corazón latía rápidamente y mi respiración se hacía mas difícil, estaba entrando en pánico. Cerré los ojos con fuerza.

-¡Elizabeth, abre los ojos!

Abrí mis ojos lentamente. Tragué un montón de aire.

Cold tenía mi mano y yo estaba apretando sin darme cuenta, pero parecía no importarle.

-Sólo fue una pesadilla. Tranquila.

Su voz me tranquilizó, llevó mi cabeza a su pecho acariciando mi cabello. Solté mi agarre de su mano, ahora la mia estaba blanca con manchas rojas por la fuerza que utilice.

Aturdida me volví a sentar tapando mi tapando mi cara con mi mano.

Mi pulso aún estaba acelerado y ahora aún mas. No podía creer que estaba a salvo, todo fue tan real. Comencé a sollozar descontroladamente. Mi pecho subía y bajaba.

-E-es que fue tan real.

-Sssshh...-Me interrumpió.
Sentí una caricia en mi espalda y luego unos brazos me rodearon se manera protectora.

-Mientras estés conmigo nada te pasará, no temas. -Susurró su ronca voz en mi cuello causando que una ola de electricidad recorriera por toda mi espina dorzal. Me acosté ahora en su pecho aferrándome a él sintiéndome segura.

Sentí como acariciaba mi brazo hasta quedarme dormida en su pecho escuchando sus tranquilos latidos recordándome que lo que amaba seguía  vivo.