10. Última página de dolor.

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Maldición. ¿Cómo dejé que la situación acabara así? Era inútil reclamar por algo de lo cual yo era culpable.

Si tan solo hubiera dejado que Shikamaru me acompañara al hostal...

Temari permanecía amarrada de manos y pies. Si bien ella es una kunoichi fuerte y temeraria, el hecho de que no llevara su abanico consigo fue un error fatal.

Podría haberse defendido con Taijutsu, pero fue golpeada demasiadas veces como para reaccionar rápidamente.

- ¿Vas a seguir mirándome así, perra?

El hombre que la mantenía cautiva le dedicó una leve mirada sin tomarle mucha importancia a los quejidos de la rubia.

- Te dejaré libre si me dices cómo entrar a los aposentos del Kazekage. -el sujeto comenzó a acercarse a ella- Es tu vida, o la de él.

Por un momento, la mente de Temari fue invadida por varios recuerdos. Entre ellos se encontraba uno cuando Gaara atacó su aldea; la gente gritaba pidiendo auxilio, mientras que su padre, en ese entonces Kazekage, buscaba la manera de detener a cierto chico pelirrojo.

" Él es un peligro " " ¿Por qué fue nombrado Kazekage si es capaz de matarnos a todos? "

Aquellos murmullos de la gente la hacían enfurecer, pero no tenía como cambiar la perspectiva que tenían de Gaara.

" Es normal que piensen así de él después de todo "

Temari escupió en la cara del atacante.

- En tus sueños, hijo de puta.

" Pero ahora él es él Kazekage, y más que eso...él es mi hermanito "

Y una bofetada fue a dar directo en la cara de la kunoichi.

- ¡Maldita! ¡Exterminaré a los tres hermanos de la arena de una vez por todas!

Mientras tanto, no muy lejos de allí, un grupo de cinco shinobis seguían un camino que creían, sería el correcto.

- Shikamaru, las huellas terminan aquí. -comenta Soku con cierto nerviosismo en su voz.

Y es que la mirada del pelinegro no podría describirse como "grata". Todo lo contrario, era demasiado fría.

El enemigo no es tan idiota si fue capaz de llevarse a Temari ¿o si? Ella es demasiado fuerte como para dejarse vencer por un idiota...Pero el hecho de que hubiera recurrido al dibujo, solo puede significar una cosa; no lleva consigo su abanico. -pensó el Nara mientras mantenía la mirada en las huellas manchadas de sangre.

- Hinata, utiliza tu Byakugan una vez más por favor. -pidió el chico.

- Bien. -activó el byakugan y comenzó a recorrer toda el área- ¡La encontré! Podremos alcanzarla en al menos tres horas si seguimos avanzando. Debemos ir por aquel lado. -señaló un camino de piedra.

- ¡Vamos! -gritó el pelinegro comenzando a saltar los árboles.

Temari, te encontraré. No es una promesa como tu escolta, es una promesa como hombre.

La noche había caído. Dos días pasaron desde que habían salido de la aldea en busca de la kunoichi de Sunagakure y el hecho de que Hinata la encontrara era una gran esperanza.

La Problemática. (Shikatema) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora