La Problemática. (Shikatema) [Terminada]

2. Máscaras.

Ayuda, quiero editar esto, pero me da cringe leer lo que escribí hace 7 años ksksj :c

Shikamaru llegó hasta el bosque más cercano, y sentándose bajo un árbol, observó la portada de aquel libro. Era de color rojo vino, gastada en los costados, y sin nombre alguno, lo cual le daba un toque de misterio aún más grande.

Bueno, la chica en sí era un enigma.

—Veamos qué escondes...–murmuró mientras abría el artículo.

Lo que vió lo dejó perplejo.

—¿Qué rayos?

Era un boceto de él mismo (multimedia) , y aunque el dibujo no era tan "asombroso" comparado con las obras de Sai, logró dejarlo igual o aún más impresionado.

Fue entonces cuando Shikamaru comenzó a cuestionarse cosas más lógicas. 

—¿Por qué yo? ¿Y además, en la primera plana?

Continuó con la siguiente página, que le provocó una sorpresa mucho más grande.

"Comienzo éste diario con la esperanza de algún día encontrar la respuesta a mis sentimientos.

Día 1.

Han pasado dos años desde que hice los exámenes Chunnin por primera vez en la 'Aldea escondida entre las hojas', y sobre todo, desde mi encuentro con el vago de Shikamaru Nara.

Si bien puede parecer un bebé llorón, admiro bastante su talento como estratega. Creo que sería un buen Hokage."

Una sonrisa se dibujó en los labios de Shikamaru.

Día 2.

Devuelta en casa. Nada interesante.

...

Día 42.

Gaara ha vuelto a la aldea después de ser atacado por Akatsuki. Si uno de mis hermanos ya no estuviera conmigo, no se que haría."

Miró levemente la puesta de sol. Iba a seguir leyendo, pero se dió cuenta de algo sumamente importante.

—Deben ser más de las seis…–posó su mano izquierda tras su nuca.—Qué problemático. –se quejó para sí mismo. 

Debido al tamaño reducido, guardó el libro en su bolsillo y caminó de regreso hasta la aldea.

Cuando estuvo fuera del hostal donde se hospedaba Temari, pudo verla en la entrada.

—¿Se habrá dado cuenta de que no tiene su diario? –se cuestionó. 

—Has llegado antes, Shikamaru. -dijo la rubia mientras caminaba hacia él.

Un tanto nervioso tras los hechos ocurridos en el último tiempo, el pelinegro hizo un ademán para que lo siguiera.

—Estaba aburrido en el bosque, así que pensé en venir antes, eso es todo. -comentó el Nara, continuando con la plática anterior de la Princesa de la Arena.

—Naturalmente habrías tomado una siesta. -ríe- Pero es bueno que de vez en cuando te comportes como alguien de diecinueve años.

La joven palmeó su espalda de manera animada. 

—Lo dice la que tiene un diario de vida. -murmuró él. 

Ella cambió su mirada burlona, a una de confusión.

—¿Dijiste algo? -preguntó mientras ponía un mechón de cabello detrás de su oreja- No pude escucharte bien.

—Oh, nada. -señaló un pequeño sitio que se encontraba a pocos metros de distancia- Ya llegamos.