No puedes ser mas imbécil.

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Besar a mi jefe se ha convertido en una de las cosas que mas deseo pero también se que es una locura, me separo de el lentamente y al segundo maldigo, ya lo estoy echando de menos.

-Esto es una locura- digo en apenas un segundo.

-Locura es que me vuelvas loco como me estas volviendo- gruñe muy cerca de mi. ¿ Le vuelvo loco?

-Sera mejor que me vaya a trabajar, hay muchas cosas que hacer- salgo del despacho y voy corriendo al cuarto de baño. Me echo agua a la cara y me miro al espejo. Tengo la pupilas dilatadas y las mejillas muy sonrojadas.

-¿ Que estoy haciendo?- me toco la cara- Esto no va a ocurrí nunca mas. NUNCA.

Con esa condición salgo y me dirijo a mi mesa, tengo mucho trabajo y no quiero perder el tiempo con esto.  Lo primero que hago es archivar el contrato de Aitor, y sonrío por inercia, es muy guapo. Cuando termino, empiezo a llamar a todo el personal que se ocupa de la campaña y les comunico que deberán quedarse hasta que el señor Sprenger decida. Nadie se lo toma bien pero mejor no llevar la contraria al jefe de la empresa y más sabiendo el problema deciden que lo mejor es callar y trabajar.

Mientras que estoy apuntando unas cosas en la agenda veo como se acerca Hector y entra en el despacho, ni me saluda, mejor porque yo no pienso hablarle después de como se comportó con Blanca. Sigo trabajando y me olvido de todo, hasta que escucho unos gritos del despacho de mi jefe. Imaginarme estar dentro y que dos hombres tan grandes de cuerpo griten de la manera que están gritando ahora, creo que necesitare un psicólogo.

-Hola- veo a Ali al lado mía- ¿ que te pasa? ¿te asusté ?

-Hola- le sonrío- no , simplemente estaba en la luna y me sorprendiste.

-Tengo que hablar con el gruñón de mi hermano- mira a la puerta- pero no es buen momento ¿no?.

-Creo que sería mejor que viniese mas tarde- seria la mejor opción, veo que duda.

-Es que tuve un problema con mi contrato- dice sentándose en mi mesa- ¿ después vienes a comer con nosotras?

-No se- le enseño mi bolso que tengo comida- no se si me dará tiempo a comer, estamos  muy liado por aquí.

-No voy a permitir que comas eso- me mira muy seriamente, y es la misma mirada que el del señor Sprenger- así que decidido, vienes a comer conmigo y con Blanca.

No me da tiempo a responder porque se abre la puerta del despacho de mi jefe y de ahí sale Hector echando humo por las orejas.

-¿ Hector?- se levanta Ali - ¿Eres tu?

-¿ Pequeña Ali?- se miran y se abrasan muy cariñosamente.¿ no tendrán estos algo, no?

-Pero que guapo estas- dice ella separándose y mirándole de arriba abajo- antes estabas bueno pero ahora muy bueno .- se ríen los dos fuertemente.

-¿ y tu que?- le mira el - antes eras una niña muy guapa y ahora eres toda una mujer.

-Quítale las manos de encima a mi hermana.- sale mi jefe.

-Cállate anda- le mira divertido Hector- sabes que es como una hermana para mi.

-Eso espero que si no ya sabes- y se ríen.

-Odio cuando salen a reducir todas vuestras testosterona.- le riñe Ali a ellos pero riéndose.

-¿ Que haces por aquí?- Parece que ya ha vuelto el gruñón- no deberías estar trabajando.

-Cállate anda- mira a Hector.- ¿ tu y yo tenemos que ponernos al día?- le sonríe y el le guiña un ojo.- y en cuanto a ti hermanito, vine porque tuve un problema con el contrato.

Sueña conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora