Y cuando menos lo espera, sucede.

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Llego a mi mesa, me siento y cojo la agenda de mi jefe para encontrar el número de David Cebada, cuando lo encuentro cojo el teléfono y marco el número.

-Buenas tardes, soy Lola Ruiz secretaria del señor Cebada, ¿en qué puedo ayudarla?

-Buenas tardes, soy Miriam Valverde, y llamo de parte de Hugo Sprenger.-no se escucha nada, miro si se ha cortado pero no.

- Enseguida le paso con el señor Cebada.- y se escucha el pitido de espera.

-Buenas tardes, señorita Valverde, ¿en qué puedo ayudarla?- tiene una voz suave, y me sorprende porque pensaba que era mayor de lo que es.

-Buenas tarde señor, le llamo porque el señor Sprenger quiere reunirse con usted, si es posible mañana.

- De acuerdo, ¿a qué hora le viene bien a su jefe?- pensaba que iba a ser más difícil, miro la agenda y veo que a las 12 tiene un hueco.

- ¿Le vendría bien a las 12 señor?

- A las 12 estoy ahí - contesta suave- adiós señorita Valverde, un placer-que simpático, ojala mi jefe fuera igual.

-Igualmente señor Cebada.- y colgamos,

Una cosa menos, miro mi siguiente tarea y veo que tengo que archivar todos estos documentos, puff lo que menos me gusta. Decido no perder el tiempo así que voy directamente al archivo. Saco mi teléfono y pongo música para que sea menos aburrida esta tarea.

Estoy inmensa en la documentación y cantando flojito la canción que me encanta de Alejandro Sanz, A que no me deja, que bonita es. Casi termino , solo me falta meter la última carpeta en el estante de arriba, me pongo de puntilla pero me falta un poquito para llegar, lo intento, estiro el brazo un poquito más, cierro los ojos, y de repente siento un pecho musculoso pegado en mi espalda, un brazo junto mi brazo, una mano que agarra la mía para colocarlo, y sé que es mi jefe porque reconocería su perfumes a kilometros. Dios que bien huele pero no identifico cual utiliza, seguro que vale más que mi alquiler. Colocamos la carpeta pero no se mueve de su sitio, mi respiración se vuelve rápida. No sé qué hacer, como actuar, estoy super colorada y excitada. Así que digo la primera tontería que me viene a la mente

-Gracias señor- y siento su labios rozar mi oreja, dios me estoy poniendo cardíaca, siento como las mariposas revolotean por mi estómago.

-De nada señorita Valverde- que erótico es todo esto, él no se mueve, yo no muevo ni las pestañas y cuando dejo de pensar, siento algo clavado encima de mi culo, y eso solo puede ser una erección. ¿NO ME LO PUEDO CREER? ME DESEA, MI JEFE BUENORRO ME DESEA EN ESTE MOMENTO.

Me quedo quieta e intento normalizar mi respiración pero no puedo, lo deseo así que me doy la vuelta y me quedo hipnotizada con la fuerza de su mirada, se ha convertido en un azul oscuro, casi negro. Un escalofrió me recorre por el cuerpo y un impulso me hace cometer la mayor locura que no he hecho en mi vida.

Me pongo de puntilla y muerdo su labio inferior, en sus ojos veo sorpresa, se queda quieto, ¿dios que he hecho? Sigue mirándome con una fuerza de otro planeta y entonces, después de una eternidad pega sus labios con los míos y me besa, es un beso lleno de pasión, me explora toda la boca y yo lo único que hago es dejar que su lengua acceda para alargar este beso.

En toda mi vida nadie me ha besado con tanta pasión como me está besando mi jefe. Sus manos recorren toda mi espalda esta posarla en mi culo, me levanta sin ningún esfuerzo.. rodeo su cuello con mis manos y hago el beso más profundo, si es que eso es posible. Siento en mi sexo su duro pene y eso hace que suerte un jadeo.

-Me vuelves loco.- y me vuelve a besa, sus manos se mete bajo mi vestido, hasta llegar a mis bragas para colocarla encima de mi sexo, y jadeo, solo puedo jadear, echo la cabeza para atrás y de repente rompe mis bragas y estimula mi clítoris con sus dedos.

-Joder, joder joder, no pares por favor no pareeeeees- es lo único que puedo decir, lo miro a los ojos justo cuando me mete un dedo y al segundo me meto otro más. Siento que mi orgasmo está cerca, muy cerca. Y él también lo sabe porque me mira con esa mirada prepotente.

-Córrete para mí, vamos nena hazlo- y no sé si son sus palabras, o sus dedos o esa mirada que me traspasa, pero cierro los ojos con fuerzas y gritando me corro como si no hubiera un mañana.

El aún me está sosteniendo y apoyo mi frente con la suya, y nos miramos, siento como mi respiración se está calmando. Saco mi lengua y se la paso por su boca, el no mueve ningún musculo, no sé porque lo hago ,pero quiero besarlo de nuevo, quiero sentir su lengua en mi boca, así que le beso yo, me entrego pero él no me deja pasar. Abro los ojos y me esta mirado fijamente pero mi finalidad es repetir ese beso así que sigo besándolo y no me voy a rendir hasta que lo consiga.

Le muerdo el labio y el suelta un jadeo de sorpresa y aprovecho que ha abierto la boca para besarle en condiciones. Le miro como diciéndole he ganado, me empotra contra la pared y me besa, joder que bien besa. Y de repente me baja al suelo, se arregla la corbata , se da la vuelta y se va como si no hubiera pasado nada. Dejándome a mi allí, sin respiración y encima sin bragas.

-Vuelva a su trabajo que creo que ya has perdido mucho tiempo - ¿ QUE? Que gilipollas soy y que cabrón es el, no me puedo creer que después de lo que ha pasado, tenga tanto autocontrol.

Me voy al cuarto de baño, me echo agua a la cara, y me dirijo a mi mesa. Actuó como si tuviese bragas, pero solo quiero que sean las horas para irme a casa y meterme en mi cama para olvidar todo lo que ha pasado hoy.

Termino de ordenar lo que falta y cuando por fin acabo, me voy a casa. Mañana es viernes y podré descansar y pensar este sin de semana . Tengo que recordar llamar a mis padres, que después de todo esto del trabajo no he podido comunicarle la buena noticia.

Sueña conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora