La Llegada De Un Héroe

CAPÍTULO II Celeste

Recién estaba explorando una cueva en busca de una perturbación en la energía colectiva que me guió a este lugar. Estoy aquí en contra de lo que mi padre me ordenó así que si algo me pasa nadie sabrá donde venir a rescatarme, aunque no creo que nadie se ofrezca a hacerlo.

Explorando estas cavernas he encontrado un sinnúmero de escorpiones gigantes bebés y otros de tamaño adulto y sé que la reina debe estar cerca. Me encuentro luchando con uno de los adultos más grande que había visto, no son nada como lo dice en los libros. Me está atacando con todo lo que tiene, me lanza ácido, trata de picarme, me lanza rocas. Yo también lo ataco con lo que puedo lanzándole rocas de igual tamaño con mis poderes. Algo que si es cierto de los libros es que al parecer el agua los quema y por eso nunca salen a la superficie, así que se quedan en estas cuevas de mina abandonadas, sé que es una mina porque aún están iluminadas. Lo ataco con mis poderes de agua y mis rayos pero parece que no le hacen mucho daño. Luego lo siento: Un río subterráneo corre por una caverna debajo de mis pies, mucha agua, suficiente para luchar contra él.

Oye grandote ¿Me quieres? ¡Ven por mi!- justo en ese momento me arrepiento de haber dicho eso. La bestia utiliza su cola y la clava cerca de mí y rompe el suelo de la caverna y caemos a la caverna que sabía que estaba debajo, no era como lo había planeado pero funcionó. Un montón de polvo y escombros caen sobre mí, pero, cuando busco al escorpión veo que no está centrado en mí, sino que encontró otra presa y esta no parece estar en condiciones de defenderse.

Concentro todo mi maná (La energía vital) en un golpe de fuerza y luego lo libero. Puedo sentir como evaporo el agua del río y formo una nube de tormenta encima de la bestia y hago que llueva y truene, utilizo mis dedos y dirijo un rayo hacia la pinza que tiene levantada y se la corto. En ese momento en el que el escorpión está distraído corro hacia el lado de la nueva presa y veo que es un chico que está tirado en el suelo, aparentemente inconsciente así que llamo su atención.

Tienes que levantarte, te ayudaré a salir de este lugar pero tienes que ayudarme o ambos moriremos- Entonces veo su brazo cubierto de sangre.- ¿Puedes moverte?

Entonces se mira el brazo y se levanta, se para a mi lado y se queda como un tonto - ¿No vas a hacer nada?- En ese momento el se queda parado mirándome como si no habláramos el mismo idioma, obviamente eso no es cierto ya que estoy hablando la lengua universal que nos enseñan a todos. Luego todo pasa muy rápido: Ácido, vapor, ruidos. Activo mi escudo y espero a ver al otro chico dentro de mi escudo, pero no está. Lo más probable es que haya muerto pero no puedo decirlo todavía ya que pudo haberlo esquivado, sinceramente no veo nada de lo que hay afuera ya que todo tiene una neblina de color verde que sale del suelo por los minerales reaccionando con el ácido.

OYE, HEY TÚ, LA CHICA QUE ME ESTÁ RESCATANDO- Se escucha por encima del sonido de la tormenta- ¡¿Dónde estás?! - El chico sigue vivo, aún. Es asombroso ver la forma en que ha recuperado después de estar no se sabe cuánto tiempo atrapado bajo esa caverna.

Aquí estoy, cúbrete y no dejes que te toque el ácido – Es lo único que alcanzo decir antes de que la cola del escorpión golpee mi escudo tan fuerte que se deshace, pierdo la concentración y mi tormenta se desaparece tan rápido como llegó.

El escorpión se encuentra mirándome fijamente, me ha cortado el pie con su cola y puedo sentir como el veneno penetra en mi sangre, como intoxica cada célula a su paso. El escorpión levanta una de sus pinzas y me duele mucho el pié para correr y estoy muy desconcentrada para hacer el escudo <Creí que cuando fuera a morir vería toda mi vida frente a mis ojos, pero no veo nada más que una pinza acercándose a mi> cierro los ojos como si eso fuera a evitar que me doliera.

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Gracias por votar el capítulo, me ayuda a seguir escribiendo la historia y es gratis, o eso creo.