#20

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Miré a Luke preocupado, mi expresión se reflejaba en su rostro, pero inmediatamente se relajó.
-Y yo que creía que no tenías sentido del humor...- cogió una tostada y le dio un mordisco.
Al siguiente segundo, el cartón de leche se encontraba volando peligrosamente cerca de su cabeza, pero el disparo de Sam se desvió accidentalmente hasta el centro de mi frente.
-¡Ay!- me quejé.
-LLÉVAME AL HOSPITAL. AHORA.
La voz de Sam adquirió el tono terrorífico característico de Satán. Pero que digo, si Satán y ella son la misma persona.
-¿No estás bromeando?- titubeé.
Me lanzó dardos envenenados con la mirada y no dudé un segundo más para volver a coger las llaves y dirigirnos con prisa a mi coche.
-¿Necesitas algo?¿Hielo o... Un ibuprofeno?
-No seas lerdo, Luke- le respondí con el ceño fruncido- no puedes curar una alergia con un ibuprofeno.
-Volved a decir una gilipollez más y juro que haré de vuestra vida un puto infierno.
No dije nada más y seguí conduciendo. Al mirar por el retrovisor pude ver a mi amiga en el asiento trasero. Su cara estaba repleta de manchas rojas y comenzaba a hincharse
Un sonido involuntario, parecido a una carcajada salió de mi boca.
-¡Cállate imbécil!
Esbocé una media sonrisa en silencio y encendí la radio.
-¿Sabes ir al hospital verdad?- me preguntó Luke.
-Pues claro.
-Vale, Sam ¿a qué piso tienes que ir?
-Al cuatro. Allí me darán la medicina.
Asentí y entré en el aparcamiento tras un par de minutos conduciendo.
-Mira ahí hay un sitio- señaló Luke- Ay no, está ocupado.
Un gruñido proveniente del asiento trasero llamó mi atención. Dirigí mi mirada al espejo y vi a Sam con las manos al cuello.
Tosió un par de veces con cara de sufrimiento.
-¡Venga Sam! es mejor que nos caiga una multa a que te mueras- saqué las llaves del contacto y salí del coche que había dejado en doble fila.
Luke sacó a Sam del coche a rastras y la agarró por la muñeca.
-¿A mí no me llevas en brazos como hiciste con Ashton?- su voz ahogada se dirigió a mi amigo.
-Deja de quejarte.
-¡Tú a mi no me mandas, idio- su garganta ya no fue capaz de terminar el insulto.
-¡Corre, corre! ¡Que se muere!- me invadió el pánico.
Abrí la puerta para que pasaran y una enfermera les observó preocupada.
-¿Qué ha ocurrido?- se acercó.
-Una reacción alérgica.
-¿Cómo se llama?- se dirigió a mí
-Samantha Elizabeth Dixon.
-De acuerdo. ¡Matt, trae una camilla!
Un chico bastante joven levantó la vista de sus papeles y reconoció a nuestra amiga.
-¡Sam!¡¿Otra vez?!
Corrió hacia una camilla que se encontraba cerca de la entrada y en unos segundos se encontró subiendo a Sam a ella.
-Joder, Sam ¿Cómo ha vuelto a pasar?
Lo único que hizo fue gruñir.
-Empezó a comerse nuestro desayuno- le contesté por ella.
-¿Sin preguntar antes?¡Sam, llevo años diciéndote que tengas cuidado!Tu cuerpo tiene un límite, y si lo superas, todo va a terminar para ti.
Antes de darme cuenta estábamos ya en el ascensor.
Las puertas se abrieron y "Matt" salió a todo correr empujando a Sam, con la enfermera tras de sí.
-Vaya. Parece que ese médico es un gran amigo de Sam- dijo Luke.
Asentí con la cabeza y me senté en una de las sillas metálicas.
Mi amigo se sentó al lado y permaneció en silencio, que fue inmediatamente interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose de un portazo, dejando ver de nuevo al joven médico que se había llevado a Sam en la camilla. Matt se movía inquieto de un lado a otro de la sala de espera, ante la atenta mirada de algunos pacientes que permanecían sentados en algunas sillas.
-¡Qué mujer más tonta e inconsciente y más estúpida y más...! ¡¡¡AGHH!!!. Es una adulta y no sabe cuidar de sí misma- susurró tapándose la cara con una mano
-¿Estás bien?- le pregunté ofreciéndole asiento a mi lado.
Matt me miró dudoso pero accedió y se sentó junto a mí.
-¿Le pasa esto muy a menudo?- volví a preguntar.
-Ya es la segunda vez en lo que llevamos de año. No entiende que puede llegar a morirse- sus ojos comenzaron a cristalizarse- ahora el médico le va a poner las inyecciones que necesita.
-¿Os conocéis desde hace mucho tiempo?- no pude contener la curiosidad.
-Desde primaria, sí. Somos muy buenos amigos.
Sonrió débilmente y más lágrimas se acumularon en sus ojos.
-Tranquilo, se recuperará- le puse una mano en el hombro para darle ánimos.
Se frotó una ceja y susurró cosas incomprensibles.
Mientras, los minutos pasaban eternamente en silencio con el único sonido apreciable de las respiraciones pesadas de los pacientes en la sala de espera y la suela del zapato de Matt golpeando el suelo a una velocidad increíble, por un tic nervioso en la pierna.
Cuando la puerta se abrió, pegó tal brinco que casi me caigo encima de Luke.
Desde que entramos en el hospital, habían pasado dos horas y media y no nos atrevíamos a salir a buscar aparcamiento por si salía Sam.
De la habitación salió la chica aún con los signos de la reacción alérgica en la piel y la voz ronca, y se quedó en el umbral de la puerta mientras Matt corría a abrazarla con fuerza.
Le besaba repetidamente la frente y le susurraba mientras ella hundía su cara en el hombro de Matt y movía los hombros en sacudidas, en un llanto silencioso.
Miré a Luke. Se veía tan incómodo como yo. Aunque su rubor en las mejillas era más intenso.
-Que situación más peculiar
Asintió con la cabeza mientras mantenía los labios apretados.
-Si...Esto... Mejor será que nos vayamos- añadió.
Sam levantó la vista del hombro de Matt con la cara húmeda, los ojos rojos y el pelo pegado a las mejillas.
-No voy a poder llevar las cajas para la mudanza. Aquí tenéis las llaves- sacó de su bolsillo varias, metidas en una anillas, y se las dio a Luke- La dirección está escrita en una libreta que he dejado sobre la encimera- su voz era raspada y se quebró en varias ocasiones.
Ambos asentimos y nos marchamos sin decir una palabra.
-Si no fuera porque casi se muere, la habría mandado a la mierda por querer que hagamos solos su mudanza- dijo Luke mientras yo le sujetaba la puerta de la entrada.
-Sí, es bastante molesto. Pero parece que lo está pasando mal- miré a mi alrededor, y gracias a dios, el coche seguía en su sitio.
Durante el camino a casa la radio sonaba y de vez en cuando Luke cantaba algún que otro verso. Se le veía algo más alegre. Quizá fuese porque Sam no estuviera. Sinceramente, se está mucho mejor sin su irritante parloteo de fondo.
Llegamos al portal y de repente, Luke empezó a caminar mas deprisa de lo normal.
-El último que llegue limpia los baños durante todo el mes.
-¿Qué? ¿Luke...?
Comenzó a correr yendo hacia las escaleras y tardé un poco en reaccionar, cuando el se encontraba seguramente en el primer piso me di cuenta de lo que acababa de decir.
-Yo no quiero... !Luke espera!
Subí las escaleras corriendo con la esperanza de llegar a alcanzarle. Y cuando me encontré en el octavo piso y Luke se percató de mi presencia aceleró el paso.
-No vas a ganar.
-Sí que lo haré- le respondí burlesco.
Respiró agitadamente mientras se impulsaba con la barandilla y consiguió adelantarme.
-¡No Luke! ¡No vale!- le agarré del pantalón, que se encontraba a mi altura, para ralentizarle, pero lo único que conseguí fue bajárselos hasta las rodillas.
-¡Ashton, idiota, no hagas eso!- se paró para volver a vestirse correctamente y pude adelantarle. Para entonces ya nos encontrábamos en el once.
Volví la vista para encontrarme con un sonrojado Luke.
-¡No es justo! ¡Estás jugando sucio!- exclamó nervioso.
-Puedo jugar aún más sucio- alcé las cejas para incomodarlo más.
-¿Qué-qué quieres decir?- tartamudeo.
-Quiero decir que eres tonto, Lucas.
Al darme la vuelta vi su cara roja como un tomate.
-Más idiota y no naces- me reí de él, bueno, con él.
-Que te calles ya- me gritó entrecortada mente por el cansancio.
-Has sido tú el que ha dicho hacer una carrera y el que está en peor condición física.
-Vete a la mierda, Ash.
-A eso voy. ¿Por qué crees que estoy subiendo las escaleras?
Se quedó callado y reí internamente al darme cuenta de que no había entendido el chiste.
-¿Sabes donde está tu gracia?- comenzó e hizo una pequeña pausa- ¡Ah no! ¡Que no la tienes!
-¿Cuál gracia? ¿La que tú no has pillado?
Soltó una especie de suspiro y pude notar todos los "Wooo" imaginarios dentro de mi cabeza.
-Admítelo, te he dejado muy mal.
-Tú solo te dejas mal a ti mismo me contestó.
Llegamos por fin a la planta diecisiete y Luke se encontraba a dos rellanos por detrás de mí.
Frené despacio y permanecí en el umbral de la puerta que daba al pasillo.
-¿Por qué no corres? ¿Quieres limpiar los baños?- esbozó una media sonrisa.
-No me gustaría que la princesa se rompiera una uña.
-¿Princesa? ¡Voy a darte yo princesa!- se dispuso a empujarme pero atrapé sus brazos y con algo de fuerza extra, me lo subí al hombro como a un saco de patatas.
-He cambiado de opinión.
-Te...o..dio...- susurró mientras trataba de zafarse de mi agarre.
Saqué las llaves con dificultad mientras respiraba pesadamente y abrí la puerta.
-¡No, Ash, ten cuidado con el ¡Ay! ¡Imbécil ten cuidado!- se golpeó la cabeza con el marco de la puerta.
Reí y la ligera inclinación de mi cuerpo hizo que perdiera el equilibrio, caímos de bruces contra los sacos de harina colocados delante de mí, cuyo embalaje se rompió, dejándonos cubiertos de ella.
-Yo también te odio, Lucas

∆∆∆
Ooo yeah he vuelto.
No con uno de mis mejores capítulos, pero he vuelto.
Para quien no lo sepa he estado muy ocupada con asuntos del instituto y he tenido que dejar Wattpad por unas semanas... Pero aquí estoy!! Y me he encontrado con votos, comentarios, mensajes en mi perfil y 2K visitas. NUNCA PENSÉ QUE PODRÍA LLEGAR HASTA AQUI.
OS QUIERO.
Tambien la gente me ha dicho que mate a Sam y me he quedado en plan Wtf? Me he reído mucho en serio. Desgraciadamente esta novela no es un drama (creo yo) así que no voy a matar a nadie xd.
Aunque siempre acepto sugerencias. Me encanta que hagáis sugerencias os quiero.
Pues eso, que a partir de hoy intentaré publicar lo más pronto posible, bye :P






A Penguin and a Worm // LashtonWhere stories live. Discover now