Domingo. 6 días antes del gran día

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Este día fue relativamente tranquilo.

El domingo por la mañana me di cuenta de que Mark no había tenido actividad en ninguna red social desde el viernes por la mañana, así que empecé a preocuparme y le mandé un mensaje.

Contestó esto:

Él: Hola, sí, estoy vivo. Estoy ocupado, te llamo más tarde.

Luego de dos horas me llamó:

—Hey —empecé yo.

—Hey.

— ¿Dónde habías estado? te extrañaba.

Este fue el silencio más incómodo y horrible que he sentido, y  espero que jamás en tu puta vida lo experimentes. El vacío del otro lado, la falta del yo también; ese estúpido silencio que llenaba y absorbía todo.

— ¿Y qué has estado haciendo?

Le conté. Me dijo que estaba en la calle comprando algunas cosas, y yo me tragué la mentira. Era domingo 17, el día de nuestra supuesta  cita, pero en su lugar, él mentía y yo me tragaba lo que mentía.

Me dijo que no tenía mucha batería. Colgué, luego entré en whatsApp y le pedí otra cita.

Y esperé.

La distancia más largaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora