Capítulo 36: Aarón vs Victor y Rufus

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Con la armadura puesta, Víctor comenzó el análisis de su enemigo. Puntos fuertes, debilidades, puntos ciegos, composición, armas... Una vez completo el análisis, lo compartió con Rufus.

Rufus: Entonces solo tenemos que darle al núcleo que se mueve dentro de su armadura de sal y acabaremos con el ¿no?

Víctor: Sí, el problema es que su núcleo cambia de lugar todo el tiempo...

Rufus: Nada puede estar en dos sitios a la vez... Si lo acribillamos...

Víctor: buena idea... -lo miró fascinado-. Vamos allá

Rufus se abalanzó sobre Aarón con su lanza y el viento de apoyo. Aunque este contraatacó con sal, el aire dispersó los granos de la misma. Aarón esquivó todos los lanzazos mientras se protegía de los disparos certeros de Víctor con un escudo de sal.
Rufus entonces saltó en el aire y al extender la mano hacia arriba dijo.

Rufus: poder de los cielos, grande y poderosa, ¡Lanza de Odín!

De su mano surgió un circulo rúnico celeste, y del techo de la mazmorra surgieron varios tornaditos en forma de lanza que lo trituraban todo a su paso. Aarón se deshizo en pequeños granos y se dejó llevar por el viento, el cual lo esparció por todos lados de la mazmorra, pero el montón de sal volvió a crecer en el centro del pasillo de las mazmorras.

Aarón: Me estoy cansando del mismo juego, ya aburre... -dijo alzando su alabarda de sal-.

En dos saltos se acercó a Víctor, quien se protegió con un escudo. El combate era intenso, solo se veían los destellos de los disparos de Víctor y la corriente intensa de aire que soplaba a favor de Rufus. En cada intento de Aarón por herir a Víctor, Rufus lo bloqueaba con su lanza.

Víctor: ¡Rufus, salta! -gritó-.

Al segundo, el joven lancero dio un tirabuzón en el aire y con su mano disparo un muro de aire que empujó a Aarón hacia atrás, mientras Víctor uso sus pistolas gemelas para acribillarlo a tiros.
Pero Aarón tras deshacerse en sal, nuevamente se reconstruyó y ahora sin mediar palabra, invocó una runa de energía y dijo.

Aarón: Tormenta de Sal.

El viento de Rufus que tanto los protegía de los granos de sal, ahora se había convertido en la vía de propagación perfecta para su tormenta.
Los granos de sal empezaron a desecar el ambiente, deshidratrando todo poco a poco. La sed acuciaba y Víctor y Rufus empezaban a marearse y a sentir dolor de cabeza, síntomas típicos de la deshidratación.

Rufus: Si no hacemos algo pronto... (Dijo fatigado)

Víctor: Lo se, lo se... Déjame pensar

Aarón se lanzo contra ellos y ambos esquivaron la acción pero el agotamiento era cada vez mayor.

Rufus: ¿Y su aumento el viento...?

Víctor: Estamos en un lugar cerrado no funcionaría, debemos salir a campo abierto, o hacer que entre más aire... ¡Eureka! -se le iluminó la cara-.

Víctor apuntó al techo y con una de sus pistolas abrió un hueco a cielo descubierto, después otro en la pared derecha y otro a su izquierda.
El aire empezó a entrar a raudales y Rufus aumentó su viento dispersando los granos de sal.
Ambos empezaron a respirar pero la sed seguía presente, habían perdido mucha humedad corporal.

Aarón: veo que la deshidratación empieza a hacer mella... Perfecto, esto me facilita las cosas...

Con su alabarda se lanzo contra Víctor sin darle descanso siquiera. Por culpa de la sed y la deshidratación los movimientos de este eran mas torpes y lentos, hasta que la alabarda de sal le rozó la cintura provocandole un doloroso corte superficial. El grito ahogado de Víctor provocó que Rufus se lanzara contra Aarón pero este sin tan si quiera girarse, lo golpeó con un escudo de sal creado al instante, que lo lanzó varios metros hacia atrás. Víctor yacía de rodillas en el suelo, con la mano en la herida y el corazón acelerado del dolor.

Guerra De Sombras: La Estrella CaidaWhere stories live. Discover now