Capítulo 5: El chico del que todos hablan

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Frente a él, estaba aquel chico que habían creado el día anterior; él de cabellera rubia con un rapado a los costados y ojos color azul, que el mirarlos se comparaba con perderse en el cielo. Iggy suspiró inseguro por el nuevo aspecto; casi ni se reconocía, pero ya no había marcha atrás. Tomó un gorro grueso de lana y se lo colocó sobre la cabeza ocultando el dorado en su cabello, a pesar de que había un calor infernal a fuera. No conforme con esto, caminó hasta su cama y al sentarse comenzó a quitarse los tenis, decidido a quedarse ese día en el apartamento, donde nadie podría ver al "Frankenstein".

En eso, Demian salió del baño después de acabarse la mitad del agua del continente en una ducha; las gotas le escurrían desde el cabello, se deslizaban por su torso desnudo y se perdían en la toalla blanca que llevaba alrededor de la cintura.

—¿Sigues aquí? —Preguntó al ver a Iggy recostado de lado sobre su cama.

Pero el chico del gorrito rojo no respondió, mantuvo la mirada perdida sobre la pared blanca al lado de su cama, recostado sobre su hemisferio derecho.

—Se te hará tarde para tu clase... —continuó mientras hurgaba entre su ropa.

—A ti también se te hará tarde —respondió seco.

—A mí siempre se me hace tarde, Igs.

Cuando notó la indiferencia de su amigo, y que no parecía muy entusiasmado por salir e ir a sus aburridas clases, a como usualmente hacía, se consternó un poco.

—¿Qué te pasa? —Preguntó a la vez que su amigo se daba vuelta sobre la cama, recostándose sobre su otro costado—, ¿Que estas usando?, ¿por qué tienes ese gorro?

—No me siento a gusto.

Instantáneamente Demian bufó poniendo los ojos en blanco, caminó hasta la cama y se sentó junto a él.

—Te ves bien, ¿ok? —Demian intentaba animarlo—, ahora te ves casi tan atractivo como yo —bromeó e hizo que su amigo sonriera—, Ahora quítate ese horrendo gorro y muéstrale al mundo al nuevo Tú.

Iggy suspiró con pesadez, se puso de pie retirándose el gorro ante la mirada de su amigo; caminó hasta el espejo una vez más y allí estaba aquel nuevo chico; no podía ni imaginar en ese momento cómo reaccionarían las personas tras ver su nueva apariencia, no estaba acostumbrado a que absolutamente nadie lo mirara y ahora tenía un poco más de probabilidades, ya que era casi un clon de Demian.

Mientras se trataba de convencer a si mismo mirando su reflejo,  los dedos de Demian se enredaron en su cabello de repente,  dándole un poco más de estilo a su apariencia con un peinado que intentaba lucir desordenado de manera "sexy".

—Listo —Le dio una palmadita en el trasero antes de que este caminara a la salida.

—Gracias, Demian —Dijo Iggy antes de abandonar la habitación —Por todo.

—No empieces de cursi jajaja.

Iggy le sonrió a la vez que cerraba la puerta tras de sí; su sonrisa se difuminó un poco y se armó de valor para caminar hasta su salón.

***

El nuevo y mejorado Iggy atravesaba los pasillos de la universidad con normalidad; siempre había sido alguien prácticamente invisible, sin importancia para nadie; pero ahora ya no era él, ya no era el mismo chico, al menos en apariencia; y eso se notaba cuando algunas chicas le lanzaban miradas coquetas cuando lo veían pasar y escuchaba como la gente murmuraba acerca de él.

De pronto una hermosa chica de cabellera castaña, enormes ojos café y un cuerpo esculpido a mano, que venía caminando hacia Iggy, le sonrió muy coqueta mientras enredaba un mechón de su largo cabello alrededor de su dedo.

Entrenando Para Romper CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora