Capítulo 1.

1K 86 7
                                    

Y ahí estaba yo. Un ángel, viviendo en el mundo de los Ángeles en el paraíso. Obrando como cualquier otro ángel. A veces pienso que no debería ser un ángel. Puede que a simple vista me vea tierna he inocente, frágil y delicada; pero no, no es así. Soy todo lo opuesto a un ángel. Mi alma no es la de un ángel. Tengo que admitir que es sucia y oscura, pero no tanto como la de un demonio... Los pecados consumen mi alma poco a poco. Muy pronto dejaré de ser un ángel y me ahogaré en las llamas del infierno. Espero que ese momento llegue, sería lo mejor para mi alma impura.
Ahora mismo estoy en la biblioteca del templo. Aquí todo es blanco, excepto el cielo, el cual tiene un hermoso y brillante color celeste con nubes a su alrededor. Lo observo por la ventana pensando en mi final deseado.

-Mi amor, aquí estás- me saca de mis pensamientos una voz grave que me habla con dulzura- te estaba buscando-.

Él era el líder de todos los Ángeles de esa Zona, el príncipe. Estaba comprometida con el, éramos pareja. Tengo que admitir que era muy lindo y tierno, pero uno no puede obligar a su corazón. No sentía nada por él.

-Oh, hola, Emanuel.- le dije dándole una pequeña sonrisa forzada.

-Mi querida Peridot, vengo a darte una noticia especial...- me dijo tomándome de la mano mientras sonreía.

-¿Qué pasa?-

-Tu madre me ha dado la noticia de que está de acuerdo con que nos casemos.- dijo muy emocionado.

Entré en shock. Y sentí los brazos de Emanuel cubriendo mi cuerpo en un cálido abrazo. No sabía cómo reaccionar. No estaba feliz o entusiasmada, estaba hirviendo de ira y enojo. No hacia Emanuel, él no tiene la culpa; estaba enojada con mi Madre. ¿¡Cómo se le ocurre decidir esto por mí!? Es el colmo. No seguiré con esto más.

-¿Pasa algo, mi bella dama?- me dijo nervioso Emanuel.

-No...- me separé bruscamente de él sin expresión alguna en mi rostro.

-¿Pero qué te pa...?-

-¡Nada!- Y dicho esto, salí corriendo de ahí llorando de la rabia.

Estaba muy enojada. Esta era la última vez que mi madre escogía mi futuro. Estaba harta de ella. Quería que desapareciera para siempre. Oh, y haré que mi deseo se cumpla. Dejé de correr y empecé a volar con mis grandes y blancas alas hacia el templo de mi madre. Era la hija de la gobernadora de los Ángeles de la zona sur. Era la princesa. Mi madre hizo que Emanuel fuera mi prometido para que así nuestros reinos se hicieran más grandes y poderosos. Qué estupidez.
Finalmente llegué al templo de mi Madre y cerré las grandes puertas de un portazo. Como lo imaginaba, mi madre aún no llegaba a casa. Seguía haciendo negocios con los otros Reyes de las otras zonas. Ahí fue cuando ideé mi plan.
Fui a mi cuarto y busqué debajo de mi cama. Saqué una pequeña caja de plata sellada con un candado de diamante. La llave siempre la traía de collar. Abrí la caja y saqué una pistola con dos balas. Así es. Ya estaba harta de esa anciana que ni siquiera se le puede llamar madre.
Ella nunca me cuidó o enseñó; siempre me cuidé por mi propia cuenta. Y ahora pagará las consecuencias de no haber amado a su hija. Se arrepentirá.
Escuché que las puertas del templo se abrieron, supe inmediatamente que era mi madre.

-Peridot ¿estás ahí?- gritó la anciana. mientras cerraba las grandes puertas tras de él. No respondí.

Al no escuchar respuesta, subió por las escaleras y se encerró en su oficina, como siempre. Esta era mi oportunidad. Tomé la pistola entre mis manos, salí de mi habitación y caminé lentamente hacia la oficina de mi madre. Abrí la puerta repentinamente sin tocar y vi a mi madre en un gran escritorio lleno de papeles de negocios. Escondía la pistola en mi espalda.

-Hola, mami...- dije con una sonrisa malévola mientras inclinaba mi cabeza hacia un lado.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que toques antes de pasar?- me contestó fríamente sin apartar la vista de los papeles.

-Oh, no te preocupes por eso, ya no lo escucharás nunca más...- y dicho esto, le apunté a la anciana con la pistola.

Al ver el arma, mi madre se paró de su escritorio y entró en pánico.
-¿¡Qué haces, Peridot!? ¡Baja eso inmediatamente!- me gritó.

-¿Por qué he de hacerte caso si tú nunca lo hiciste? ¿Te suena esto? "Mami, mira lo que hice" "Mami, mira, lo hice para ti" "Mami, acompáñame" "MAMI, PRÉSTAME ATENCIÓN".- grité al borde de las lágrimas.

-Perdón hija, no sabía que te sentías así... Sólo suelta el arma y...- se acercó a mí intentando quitarme la pistola. Yo inmediatamente le apunté con ella y la miré con odio haciéndola retroceder.

-No me vengas con niñerías, Yellow Diamond. Tú nunca me amaste, ni siquiera me quisiste. Sólo me usabas para tus malditos negocios. Ni siquiera puedo llamarte "madre" ahora. Eres un asco. No, pero ahora todo será diferente, Yellow Diamond. Ahora yo tengo el control. No me importa si me expulsan del paraíso.- mientras lloraba le apunté con la pistola al corazón.- No necesitas corazón si no lo usas...-

Yellow Diamond me miró en shock. Yo sólo le sonreí cruelmente.
-Nos vemos en el infierno, mamá...-

Y dicho esto le disparé en el corazón, haciendo que cayera en su escritorio manchando los papeles de sangre.
Maté a mi madre...

*Continuará.*

*****************
¡Hola! Espero que les haya gustado el primer capítulo de mi fanfic :,v.
Subiré más capítulos uvu.
No se desesperen, el LAPIDOT llegará muy pronto, ya verán 7v7.
Los amo u-u

Pecado de Ángel♥.[Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora