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#32 Daddy Duty

                Daddy Duty

Calum:

-Hiciste un trabajo asombroso.-la enfermera sonríe cepillando una mano por tu brazo-. Tu bebé es hermoso y saludable y está siendo bañado en este momento mientras hablamos.

Sonríes apreciativamente y le agradeces.

-¿Y mi esposo? –preguntas antes de que deje la habitación.

-El señor Hood se está recuperando muy bien. No cayó tan fuerte como para provocar un daño mayor. Tenemos a un doctor revisándolo así que debería estar bien.-explica amablemente antes de salir y deslizar la puerta para cerrarla tras su espalda.

Sofocas una risa cuando reproduces el momento en tu cabeza: Un segundo Calum había estado a tu lado dejando que apretaras su mano fuerte, alentándote a seguir pujando. Casi lo habías logrado, el bebé estaba casi fuera; el doctor gritó algo sobre ver una cabeza y lo siguiente que notabas era como Calum gritaba y caía inconsciente al suelo.

Un ligero golpe en la puerta te sacó de tus pensamientos a tiempo de ver a la misma enfermera empujar una silla de ruedas con Calum en ella. Te sonrío tímidamente y fue todo lo que bastó apra que explotaras en carcajadas.

-Les dije que no necesitaba la silla pero ellos insistieron-. Se defiende, abriendo paso a tu lado.

-No querríamos que te desmayaras de nuevo en el quirófano ¿O sí? –provocas cuando él toma tu mano.

-Realmente lo siento.-se disculpa y frunce el ceño, su pulgar acaricia el dorso de tu mano-. Quería estar ahí. No solo por ti sino por nuestro hijo.-dice y baja la mirada a tus manos con las mejillas rojas por la vergüenza.

-Estuviste un buen rato. Solo te perdiste la mejor parte.-le aseguras.

-¿Señor y señora Hood? ¿Les gustaría conocer a su hijo? –la cabeza de Calum se levanta de golpe en dirección a la puerta donde una enfermera distinta está sosteniendo un pequeño bulto de mantas azul. Ambos asienten enérgicamente y ella cruza la habitación antes de dejar al bebé en tus brazos.

Tu hijo bosteza ligeramente, parpadeando con sus pequeños ojos azules. Sus delicados dedos se curvan alrededor de las mantas. Es hermoso. Y es tuyo.

-Bueno, me pregunto de dónde sacó eso.-le dices a Cal señalando la cabeza del bebé llena de espeso y sedoso cabello negro. Ladeas la cabeza para toparte con el chico totalmente deslumbrado.

-¿Por qué no lo cargas? –sugieres transfiriendo al bebé a los brazos de su padre. Calum luce aterrado por un momento pero rápidamente lo sostiene con naturalidad.

-Hola bebé, soy tu papá.-sus ojos brillan con felicidad mientras el recién nacido lo miraba-. NO puedo creerlo, siempre había querido tener hijos. Tu mami y yo estamos muy contentos de que estés aquí y haremos lo mejor para criarte bien. Te amo, pequeño.-presiona un beso en su frente y voltea a mirarte.

-Se parece mucho a ti.-dices notando las similitudes entre tu esposo e hijo.

-Este niño va a ser EL niño.-Calum asiente orgullosamente dejando el bulto de mantas de nuevo en tu regazo-. Quiero decir ¡Míralo! ¡Va a ser un rompecorazones!

-Cal, tiene por lo menos una hora de nacido.-le recuerdas, viendo ahora los ojos cerrados del bebé.

-¡De todos modos! Apuesto a que tendremos que mantener a las niñas alejadas de él en la guardería.-exclama acariciando un mechón de cabello oscuro-. No solo es increíblemente apuesto, es también un Hood, los Hood somos magnetos de chicas lindas.-te guiña el ojo y levantas la vista al techo.