Capítulo 9

365 25 6
                                    

En este preciso instante mi sangre empieza a hervirse, quien mierdas se cree este tipo.
Primero me salva, luego se lo agradezco, pasa de mi y se marcha y finalmente me trata como a una idiota. Es hermoso hasta que abre la boca tan grande que tiene...

Quiere guerra pues, tendrá guerra.

-Habla solo idiota -lo miré de mala manera; me elevé del frío suelo, recogí mis fichas y me fui tranquilamente sin siquiera girarme y poder disfrutar de su perfecta cara que hasta hoy no me había dado cuenta de que estaba repleta de muy pequeñas pecas...

Siento como una mano firme me agarra suavemente del brazo arrastrándome hacia atrás haciendo que de un grito ahogado.

Me empuja lentamente sobre las taquillas y me acorrala poniendo ambos brazos alrededor de mi cabeza provocando así no tener escapatoria alguna.

Poco a poco empieza a ponerse lo suficiente cerca de mi cara como para poder causar que deje de respirar por unos cuantos segundos.

Cada vez más, empezaba a sentir su cálida respiración rozando mi mandíbula, mientras que mi corazón se aceleraba, él acercaba su rostro hasta casi rozar mis labios.

¡Dios, que labios tan gruesos y besables!

Me deje llevar demasiado y empecé a cerrar los ojos, cuando quise darme cuenta casi nos besábamos, pero como estoy maldita, se alejó de mi dejándome con unas inmensas ganas de tan solo sentir sus labios encima de los míos.

Abro rápidamente los ojos al ver como daba una leve carcajada satisfecho por haber podido jugar conmigo durante unos segundos que se hacían eternos.

Lo miré con una cara que únicamente irradiaba decepción, me pregunto porque me trata así, no le entiendo.

Vuelve a fijar su mirada severa hacia mis ojos y otra vez emanaba frivolidad. No lo entiendo en absoluto.

-Aléjate de mi camino, tu y yo no estamos destinados a estar juntos -me dijo con tanta frialdad, un escalofrío paso por todo mi débil cuerpo; no pienso quedar como una idiota en frente de él.

-¿Y quien dijo que quiero estar junto a ti? -le pregunté mientras arqueaba una ceja.

Me miró con una chispa de diversión pero rápidamente se volvió a tornar en una completamente frívola.

Se volvió a acercar más, pero esta vez no pienso caer, me haré la dura aún que por dentro me esté derritiendo.

-Se que te atraigo, soy irresistible y lo sabes -dijo demasiado creído para mi gusto- Así que deja de hacerte la difícil, porque todas caen rendidas a mis pies -después de haber dicho tal barbaridad se alejó para marcharse.

De eso nada monada, no te vas a ir tan tranquilo después de esta.

Elevé mi brazo derecho y le di una sonora bofetada que hizo que girara la cabeza al lado contrario del golpe. Rápidamente me arrepentí por completo al ver su mejilla rosada.

Gira su cabeza hacia mi dirección y... ¿Me sonríe? ¿Por qué me sonríe? Enserio este tipo es un poco corto de mente.

Simplemente después de sonreírme -que todavía no me lo acabo creyendo- se aleja caminando por el amplio y espacioso pasillo, Okey todo lo que acaba de ocurrir a sido muy raro.

Y ahora que lo pienso... ¡Mierda, las clases!

Encontré el aula 37 por suerte y toqué dos veces la puerta antes de entrar.

Me adentré y todos dejaron de atender y se quedaron observándome... que momento más incómodo.

La profesora que aparentaba casi los 60 años se bajó lentamente sus cuadradas gafas para poder observarme más de cerca.

-Señorita llega demasiado tarde, ¿tiene alguna buena excusa para justificar?

-Mm... soy nueva y no encontré el aula... -dije casi al borde de la idiotez.

-Esta bien, pero solo se lo perdono por hoy, ya debe saber que llegar solamente un minuto tarde de la que indica el horario y no la dejaré pasar a mi asignatura.

-Esta bien, gracias...

-Bien, coja asiento al lado de... -decía mientras buscaba con la mirada a alguien- la señorita Thomson. -dijo mientras señalaba a una chica rubia casi al fondo con una radiante sonrisa que me hacía sentir cómoda de tan solo verla.

Así que me iba acercando a Thomson. Me senté y no pasó siquiera un segundo cuando ya empezó a hablarme.

-¡Hola! ¿Que tal estas? Me llamo Olivia -dijo creo que ni siquiera respiraba.

-Hola, estoy bien y encantada de conocerte Olivia, soy Asia -dije extendiendo mi mano derecha la cuál la apretó encantada.

Esta chica de verdad que me cae bien.
-----------------------------------------

Nos pasamos gran parte de la hora conociéndonos, por suerte también coincidíamos en la tercera hora, Biología.

Al final, a la hora del descanso ambas nos dirigimos hacia la cafetería donde me presentó a una muy buena amiga suya, Laurent, esta era increíblemente divertida lo que la diferenciaba de los demás, era su morado cabello.

Me lo pasé genial con ellas hasta que tocó y entonces tuve las otras tres clases que por suerte se me pasaron realmente rápidas lo cual agradecí enormemente.

Ya había finalizado la última hora y tocaba ir a casa así que sin andarme con rodeos me dirigí a mi taquilla y en ella metí algunos libros y saqué otros para mañana.

Esquivando los piropos de tíos sin neuronas me dirigí hacia la salida. ¡Por fin!

¿Enserio? ¿Qué hace el idiota este todavía rondando por aquí?

Estaba sentado sobre supongo su moto, vestido con unos pantalones negros, una camisa blanca, con una sudadera gris y unas Air force blancas.

Nuestras miradas se chocaron y rápidamente intenté esquivarla.

Me dirigí rápidamente hacia el Range Rover intentando todo lo posible para perderme entre los alumnos sin ser reconocida por él.

Pero como no, la mala suerte esta siempre de mi parte.

TODO O NADA © [Borrador]Where stories live. Discover now