Capítulo 5

358 25 3
                                    

Dios, esto es lo que pasa cuando hago caso a mi subconsciente.

No puedo concentrarme siquiera en como escapar, mi cuerpo ahora mismo está en shok.

Enserio no sé como fui tan estúpida y pude acorralarme yo solíta como bien tonta que soy, siempre la mala suerte está de mi lado.

Se acerca demasiado a mi, hasta puedo sentir su respiración en mi cuello, al igual que también su mal aliento a alcohol.

-Pre-cio-saa...¿co-como te llamas?...¿vienes s-sola? -me pregunta, acariciándome la mejilla, dentro de mi estómago se encendió la nada más y nada menos sensación de repulsión ¡Este tío es imbécil o que le pasa!

Quiero morirme, no sé que hacer, no hay forma de poder escaparme. Me agarra de forma brusca el brazo haciendo que de un pequeño grito.

-Por favor... ¡Déjeme en paz se lo ruego!... ¡Por favor! -No pude más y estallé, no paraban de salirme lágrimas involuntariamente, intento hacerme la fuerte, pero es imposible, toda fe que tenía se perdió cuando empezó a besarme la cara ¡no quiero estar aquí!

¿Quién me manda a ir un maldito sábado a la calle?

Tenía una mínima esperanza de que alguien acuda a mi rescate, pero nadie venía y ahí fue cuando lloré y rogué por mi vida como nunca antes.

Caí al suelo al borde del desmayo, me estaba haciendo mucho daño, no aguantaría todo su peso encima mía y mucho menos que me usase, ya no conseguía diferenciar las figuras, lo veía todo borroso y lo único que conseguía mi cuerpo, era identificar pequeños sonidos; ahí fue donde pude distinguir una voz masculina, ronca, desafiante, autoritaria y feroz; los pelos de absolutamente todo mi cuerpo, se erizaron.

-¿Que se supone que haces idiota? -Le escupió esa voz echándose encima del tipo para quitarme todo su asqueroso cuerpo.

Al no sentirlo tocándome, siquiera sin pensármelo dos veces me levanté rápidamente de donde me encontraba y pude distinguir a dos figuras oscuras, gracias a la oscuridad que emanaba la noche. Reconocí al de abajo como aquel capullo que quiso abusar de mi, el tipo que está encima de él le empieza a dar puñetazos y patadas a todo su cuerpo, casi dejándolo inconsciente. Por un momento tuve miedo, miedo de que pagase toda su ira en mi; pero rápidamente deseché ese pensamiento de mi cabeza.

<<Él fue quien te salvó>> -me recordó mi subconsciente.

Una vez que el chico de la voz gruesa se aseguró de dejarlo sin próximos progenitores se puso de pie, revelándome así sus perfectas facciones de la cara, ¡Menuda mandíbula y menudo cuerpo!

Le miro a los ojos y ¡Dios! ¡Qué mirada tan intensa! Esa mirada que únicamente estaba formada por un ancho muro el cuál no te dejaba descifrar cualquiera de sus emociones o siquiera alguno de sus sentimientos.

Me quedé completamente embobada, jamás unos castaños ojos hicieron que mi respiración se entrecortase o que mi corazón pierda la sincronización de la que está acostumbrada habitualmente a seguir.

Se acercó a mi y lo único que pude hacer fue dar un paso hacia atrás, y luego de ver reflejada en su cara decepción, me abofeteé mentalmente por ser tan estúpida, ¡Él me salvó y yo se lo agradezco de esta forma, como una completa desagradecida!

¡Genial Asia, así se hace! -me dijo mi subconsciente sarcásticamente.

Me intento acercar a él mientras que baja su mirada y parece que está pensando en algo ya que frunce el ceño como si estuviese teniendo una lucha interna entre que debía hacer, me acerco poco a poco a él intentando agradecerle por lo que hizo, pero al verlo mejor por la cercanía, descubrí que era mucho más guapo de lo que me lo imaginaba.

-Gracias -dije como pude.

Nada más escuchar mi voz levantó la mirada mirándome a los labios, me quedé esperando a que dijera algo pero solamente se fue, dejándome con la gran duda de quien era ese misterioso tipo.

TODO O NADA © [Borrador]Where stories live. Discover now