Capítulo 5

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El ojiazul pasó el fin de semana junto a Robert. Se pusieron al tanto de lo que había pasado en sus días, y decidieron hacerle una visita a la pandilla. Louis extrañaba el ambiente, pero ya estaba "bastante mayor" para esas cosas. El domingo por la noche, tenía planeado retirarse temprano del lugar, pero Robert no tenía los mismos planes.

-Vamos Louis, ese trabajo tuyo te tiene muy encerrado.

Insistía Robert agarrando al más bajo de los hombros. El ojiazul le dio otra calada a su cigarrillo.

-Tengo mucho trabajo que hacer mañana amigo, la noche es joven. Ve tú y diviértete.

Realmente tenía demasiadas cosas que hacer por la mañana, había quedado con Gemma para ir por unos cafés luego de ir al centro de delegación y conocer el rostro de Styles Junior.

-Solo escúchate Louis Tomlinson, ¿Qué le ha pasado Tommo?

El ojiazul soltó una carcajada al oír su viejo apodo, hacía años que nadie lo llamaba así.

-¿Te amargaras la noche durmiendo? ¡Hay un mundo fuera!

-Deberías entender Robert, no todo...

-¡No más escusas! Veo como tu cuerpo me suplican fiesta. ¡Le daré fiesta!

El ojiazul no le quedaba otra opción que ir, su amigo tenía razón. Ni siquiera recordaba la última vez que salió. Louis no insistió más y siguió a su amigo.



-Sabes que esto es inútil ¿no? ¿Realmente tienes prohibida la entrada a cinco bares de la zona?

Llevaban caminando alrededor de dos horas, los pies del ojiazul pedían a gritos un descanso.

-La droga no se mete sola amigo, y últimamente te revisan hasta el trasero.

Louis bufo y soltó una risa.

-¿Qué hay de ese?

Louis señalo un bar en la esquina. No era tan monumental como los anteriores, pero tenía lo suyo. La palabra "Tropical" colgaba elegantemente por encima de la enorme entrada.

-¿Es broma? ¿Acaso has visto el largo de la fila? Nos pasaremos la noche esperando y...

El moreno cerró la boca al ver la placa del ojiazul.

-Privilegios de tener a un agente especializado como amigo. ¡Tienes que acompañarme en mis noches locas! Sabes la cantidad de dinero que puedo hacer...

Louis interrumpió a Robert. Poniéndose serio.

-Eso no pasara Robert, me salí del negocio hace años.

-Está bien, está bien. Te extrañamos ¿Sabes? Tenemos la esperanza de que vuelvas algún día.

El ojiazul hizo una mueca y miro el piso.

-¡No más lagrimas Tomlinson! ¡A divertirse!

Exclamo Robert, dándole un puño amistoso en el hombro.



La música retumbaba en cada una de las paredes y la pista rebosaba... en hombres.

-¡Jodida mierda Tomlinson! ¡Yo quería mujeres!

Su rostro lo decía todo, hoy tenía ganas de pechos y piernas largas. No de pectorales y brazos musculosos.

-¡Como sea! Me iré a vender esta mierda.

Dijo gritando y saco cinco paquetes del bolsillo trasero de su jean.

-¿Quieres?

Louis negó con la cabeza y vio a su amigo perderse entre la multitud de hombres. Se dirigió a la barra y costándole un poco se sentó en una de las elevadas sillas. Llamó al barman y le pidió un vaso de su mejor whisky. Agarró su celular y tenía un mensaje de Gemma:

"Estoy ansiosa por mañana ;)"

Louis rio para sus adentros. La niña había malinterpretado todo. Decidió no responder el mensaje y dejar su teléfono. El whisky ya se encontraba frente a él, agarro el vaso y se dio vuelta observando la pista.

Algo no estaba bien. El chico de la pista agarro de la muñeca al ojiverde. Este se dio la vuelta mostrando una gran sonrisa, pero a los segundos esta se borró. El más grande se le acercó al oído, susurrándole algo, y sin soltarlo lo llevo a los baños. Louis no tardó en reaccionar. Dejo el whisky en la barra, espero a que entraran al baño y se dirigió hacia estos.

-¡SUELTAME! ¡VOY A GRITAR MUY FUERTE SI NO ME SUELTAS! ¿¡PORFAVOR!?

Fueron las palabras que el ojiazul necesitaba escuchar para entrar en acción. Agarro su arma y pateo la puerta con todas sus fuerzas.

-Aléjate de él.

El ojiazul advirtió. Logro ver la cara del ojiverde, roja y con lágrimas en los ojos. Había recibido un golpe en la mejilla, se veía tan indefenso.

-¡CUIDADO!

Louis fue más rápido que el grandote. Esquivo el golpe y le pego con la culata del arma en la nuca, dejándolo inconsciente en el piso. Se acercó al ojiverde y le extendió una mano para ayudarlo a levantarse.

-¿Estas bien?

Lo primero que hizo el ojiverde al ponerse de pie fue abrazarlo. Louis podía sentir el corazón acelerado del chico debajo de la colorida camisa que llevaba. El ojiazul correspondió el abrazo amigablemente.

-Ya está, ya paso.

De dio unos golpes a la espalda de este y deshizo el cálido abrazo. El chico seguía llorando.

-Vamos afuera, avisaremos a los de seguridad.

Louis dejo que el ojiverde caminara delante de él. Le ordeno que se sentara en la barra y no hablara con nadie ni aceptara tragos de desconocidos. El ojiazul volvió a la entrada, donde les informo a los guardias lo sucedido.

-Muchas gracias por la información detective.

Contesto el que había visto su placa antes de ingresar al bar.

-¡LOUIS ESPERA!

¿Qué demonios? Robert se encontraba sentado en la pared del bar.

-¿Qué haces aquí? Pensé que estabas dentro.

Robert puso una casa sarcástica.

-Yo también Louis. Pero como no te encontraba, pensé que saliste a fumar.

Dijo levantándose y acomodándose los pantalones.

-Así que salí a buscarte y luego no me dejaron entrar.

Se explicó Robert. Louis rio ante la situación y entraron nuevamente al lugar. Vio al ojiverde sentado donde le indico y se dirigió allí, dejando a su amigo atrás. Ya estaba mucho más calmado, pero Louis noto que seguía un poco nervioso. Se sentó a su lado y rompió el hielo.

-¿Te encuentras bien? ¿Puedo tener el placer de conocer tu nombre?


The Last Whisper || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora