‹Solo hay una cosa que me apasione realmente› O eso creía hasta que tú llegaste.
▹ historia corta. (6 capítulos)
▹ heterosexual.
❨no copias ni adaptaciones❩ publicada; 160116.
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Vivir en libros era como vivir en dimensiones, podías pasar de encontrarte totalmente hundido en una pelea histórica de hace siglos, a pasar a una historia llena de personajes fantásticos surgidos de las peores pesadillas de los autores de las mismas. En otras historias, te encontrabas en lugares de misterios llenos de enigmas sin resolver que no dejaban atormentarte en busca de su solución, historias en las que los protagonistas o algún personaje relacionado tiene algún tipo de problema psicológico. Pero, lo que no podía faltar, eran aquellas historias llenas de amor y sentimiento que te hacían comprender lo compleja que es la vida y lo dura que puede llegar a ser.
No había nada en el mundo que amara más que a los libros, amaba la música, sí, pero amaba los libros más que eso.
Me encontraba otro viernes más como cada semana después de mi trabajo en una de mis tiendas preferidas de la ciudad. La tienda era sumamente perfecta y juraría que si fuera rico compraría todos y cada uno de los libros que allí se encontraban, envidiaba al dueño de la tienda por tener a su disposición todos aquellos libros con historias magníficas que estaba deseando leer y tener para poder disfrutar una y otra vez la misma historia.
Llegué decido hasta la sección donde se encontraban los libros que había estado pensando la noche anterior ya que no tenía suficiente dinero para hacer una gran inversión, no había ganado lo suficiente en mi trabajo y el dinero para vivir tenía mayor importancia que mis libros, aunque me doliera mucho tener que elegir. Cada semana dependiendo de cuánto dinero consiguiera al realizar mi trabajo decidía la temática que me tocaría leer y cuántos libros compraría. Esta semana, por desgracia, sólo podía decidirme por un libro al no conseguir una paga extra como otras veces.
Me había tocado decantarme por el romance ya que era una de las temáticas más accesibles cuando tenías poco dinero en tu bolsillo. Estaba entre dos magníficos libros escritos por una autora la cual le había cogido mucho aprecio estos últimos años. Me había informado de cada uno de ellos por internet, intentado ver cuál era el mejor pero, era imposible de decidir. Llevaba toda la tarde intentando elegir alguno pero, los dos querían juntarse junto a los libros de mi gran estantería. Comencé a volverme loco mirando cada portada pensando cuál sería el afortunado de recibir mi dinero por él y llegar junto a mí reuniéndose con sus hermanos en mi humilde casa. Me sentía en ese preciso instante como si me hubieran hecho esa típica pregunta de, ¿a quién quieres más, a papá o a mamá? Era imposible elegir.
—Eh... Perdona, ¿estabas hablando conmigo? —Le pregunté a la persona que se encontraba a mi lado al notar un murmuro mientras me encontraba sumido en mis pensamientos.
—Hablaba contigo —soltó una pequeña risa adorable cerrando un poco sus ojos haciéndose ver como una niña pequeña tímida por soltar alguna palabra—. Te decía si pensabas llevarte ese libro —señaló con timidez uno de el libro que permanecía en mi mano derecha. Le sonreí.
—Estoy intentando decantarme por uno pero, ¡es tan complicado! Ambos tienen una pinta increíble —admití y ella me miró atenta, su cara cambió notablemente a algo entristecida, casi parecía que formaba con sus labios un pequeño mohín.
