Capitulo 13

22.3K 1.1K 172
                                    

La fecha de los exámenes se fue acercando peligrosamente y dejé de oír hablar de Francia para hablar de física, biología, literatura, historia y sobre todo de matemáticas. Mis amigas parecían haber estado más ausentes que yo durante las clases y no parecían haber entendido nada de la materia y me habían pedido angustiadas una ayuda. Durante los descansos de media hora diaria, después de cuarta hora, solía sentarme con ellas en la clase de la asignatura siguiente y les explicaba brevemente las dudas que tenían, aunque también solían preguntarme sobre el resto de las asignaturas. Miranda no parecía tener tantos problemas como las demás, y en alguna ocasión ayudaba a explicar algo, pero prefería mantenerse al margen; en su carácter no entraba la palabra paciencia y no servía para explicar nada durante más de dos minutos y dos veces seguidas.

—¿Por qué no lo entiendes? ¿Qué es lo que no entiendes? ¿No he sido lo suficientemente clara?

Daba miedo y no podía reprocharles a mis amigas que prefirieran ignorarla e intentar captar mi interés para que las ayudara con alguna formula, alguna frase o un problema. Poco importaba. El estrés no sólo se palpaba entre mis amigas, sino por todo el instituto. Se veían chicos andando por los pasillos leyendo los libros, detrás de los profesores en busca de respuestas; los descansos se utilizaban para repasar los apuntes y ya nadie hablaba del viaje.

—El lunes empiezan los exámenes —murmuré para mí misma, ojeando la agenda.

—¿Ya? ¿A qué estamos hoy? —chilló Rosa, agarrándome la agenda y comenzando a mirar el calendario como si pudiera fundirse en él.

—Tranquila, faltan cinco días —dije, quitándole la agenda de las manos.

Había apuntado los días de los exámenes muy escrupulosamente y también había señalado con rotulador rojo el día del viaje. Estaríamos una semana en Francia y esperaba que me ayudase a recuperarme emocionalmente.

—¡Solo cinco días! ¡Voy a suspenderlo todo!

—¡Deja de exagerar! —gruñó Miranda levantando la cabeza hacia nosotras.

—Y sólo faltan trece para el viaje de fin de curso —seguí a lo mío, ignorándolas a todas—. Mira lo positivo —aparté la cabeza de la libreta y miré a Rosa—. Si suspendes todo podrás hacer el viaje sin saberlo, ya que las notas nos las darán a la vuelta de Orléans.

—Es verdad —Tamara se acercó y se sentó en la mesa de Miranda—. Los que aprueben todo no tendrán que venir más a clase hasta el año que viene.

—Y los que suspendamos —Rosa se incluyó en la lista— tendremos otros quince días de clases extra para preparar los exámenes de recuperación. ¡Alis ayúdame!

—Estudia —le recomendé sin entusiasmo.

—No pretendes incluirte entre los que estarán en la lista, ¿eh, Alis?

—Esa es la idea —admití.

Miré a Miranda que se entretenía dibujando algo en la mesa. Ella tampoco se encontraría en la lista de los que volverían después del viaje. Del resto de mis amigas no estaba tan segura. Raquel sí estudiaba bastante, pero no se le daban bien los idiomas y en sus optativas había cometido el error de escoger un idioma más y parecía que llevaba todo el curso arrastrándolo.

—¿Qué piensas hacer? —le pregunté.

Raquel dejó el libro sobre la mesa y suspiró.

—Voy a suspender —aseguró resignada—. Pero si solo es ésa trataré de aprobarla en la recuperación y si no lo consigo aún puedo pasar de curso con una sola pendiente.

—Cierto —aceptó Miranda—. Pero procura aprobar, que el año que viene tenemos la prueba de acceso a la universidad y ahí sí habrá estrés de verdad, no como el de ahora.

Silence (Silence 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora