Capítulo 1

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—  Hola, Marinette.

— Oh. Hola, Alya. — sonrió

— ¿Qué haces? — preguntó observando su cuaderno. — ¡Wow! ¡Es fantástico!

— ¿Tú crees?

— ¡Claro! — insistió. — ¿Para qué es?

— Oh, pues... — le entregó un pequeño anuncio. — ...El padre de Adrien estará haciendo un desfile de modas, este sábado y...

— Y tú participarás, ¿verdad?  — le preguntó todavía concentrada en el papel.

— Exacto. — suspiró mirando su boceto — El Señor Agreste me dio la oportunidad de hacer un vestido para una de sus modelos. Luego del bombín que le hice a su hijo, quiere que lo sorprenda con otro de mis diseños o, por lo menos, eso dice Adrien.

— Y es cierto.

— Hey, hola. — lo saludo la morena.

— Hola, Alya. — sonrió. — Y hola, Marinette.

— Hola...

— ¿Qué hacen, chicas? — observó el diseño de la pelinegra mientras tomaba asiento en el mismo escalón que ellas. — Marinette, esto es precioso.

— ¿Verdad que si? — insistió Alya — Yo me quede igual de sorprendida que tú. — comentó.

— Eres una gran diseñadora, Pequeña. — La alagó, pasando un brazo al rededor de su cintura.

— Gracias, amigo. — le agradeció haciendo el mismo gestó.

— ¡Hey! No me dejen sola — protestó Alya, también abrazando a Marinette. — Necesito sacar una foto de este momento. ¡Dos simples personas con la mejor diseñadora de Paris!

....

— ¡Transformación, LadyBug!

Una luz brillante de color rojiza salió del cuerpo de la joven que se transformaba en la heroína más grande de todo Paris y, al mismo tiempo, en la Marinette que deseaba ser.

Salió en busca de su compañero de  equipo, Chat Noir. Como era de esperarse, su relación volvió a ser la de antes. Los chistes malos de su amigo, podían volverse a escuchar en cada pelea. Sin mencionar los coqueteos que tenía él con ella... aunque, ahora, ese rol también lo cumplía LadyBug.

— Pensé que nunca llegarías. — comentó al verlo llegar corriendo detrás de ella.

— Lo siento, mi Lady. — se disculpó besándole la mano. — ¿Me has extrañado? — preguntó con levantando una de sus cejas y sonriendo coquetamente.

— Sabes que si, Gato Tonto — sonrió de la misma manera haciendo que el se sonrojara. — Pero no hay tiempo para eso. Ahora, tenemos a una Akuma que vencer.

...

Marinette realizó los últimos detalles en su boceto. Sonrió. Le encantó el resultado. Había diseñado un vestido corto, que llegaba un poco más arriba de las rodillas. Sería de un estilo vintage, si mangas. Algo sencillo, pero perfecto para esos días de verano.

— Wow, Marinette. — comentó Tikki acercándose a la chica — Es muy lindo. Has mejorado mucho.

— Gracias, Tikki. — dijo cerrando su cuaderno.

La joven se levantó de su escritorio para dirigirse a su balcón. Le encantaba apreciar el atardecer cuando tenía tiempo. Era una de sus cosas favoritas. Tomó aire, mientras veía al sol esconderse. Una suave brisa golpeó su rostro. No hacia frío. Esa eran una de los leves vientos de verano que todos necesitaban. Estiró sus brazos y volvió a su alcoba.

— Ahora vuelvo, Tikki.

— ¿A donde irás?

— Sólo iré abajo. — aclaró — Traeré unas galletas, de paso.

— Esta bien. Gracias.

Marinette asintió suavemente con la cabeza, abrió la pequeña puerta que se encontraba en el pisó y, bajando las escaleras, llegó a la tienda. Buscó unas cuantas galletas con chispas de chocolate y las colocó en un platillo.

— Para Tikki y... algunas para mi...  — susurró juguetona.

No había nadie en su casa. Sus padres tuvieron fueron a visitar a un pariente suyo por enfermedad y  no volverían hasta en unos días. Las pastelería estaría cerrada hasta el lunes de la semana siguiente. Ella irá a verlos ese fin de semana.

Tomó uno de los vasos que se encontraban en la mesada. Lo llenó de leche y se lo llevó junto a las galletas.

Subió con cuidado a su habitación. Al llegar, pudo ver a su Kwami conversando alegremente con su querido novio. Él, al verla, sonrió y se acercó a ella. La tomó de la cintura y le susurró en su oído un suave “Hola, Princesa” haciéndola estremecer. Buscó sus labios desesperado. Se moría por besarla. Fue Marinette quién lo besó primero. Ella también estaba ansiosa por probar nuevamente sus labios.

Tikki se dirigió al armario de la habitación para dejarlos solos, no sin antes tomar un par de galletas para ella.

La joven pareja se separo unos minutos después. Se miraron a Los ojos con amor mientras sonreían.

— Llegaste temprano hoy — comentó la ojiazul. — ¿Por qué? — le preguntó mientras jugaba con los mechones rubios que se encontraban en su nuca. Ese gesto le pareció adorable al joven.

— ¿A caso no puedo venir a ver a mi novia antes de la hora acordada? — se hizo el ofendido.

— Claro que puedes. — le dijo con una sonrisa jocosa en los labios — pero me sorprende.

— Tenía ganas de verte. — aclaró.

— Yo también.

El chico la besó por última vez y se separó de ella. Marinette hizo lo mismo y tomó su mano para dirigirlo a su cama. Chat Noir tenía intención de seguirla, hasta que, al voltear, observó en el suelo un platillo con galletas y al lado, un vaso con leche. Soltó su mano y se sentó en el piso, agarrando el vaso queriendo tomar un poco.

— Chat, no te sien...

La frase quedó inconclusa, por el hecho de verlo tomar la leche... como un autentico gato. La lengua del joven podía verse claramente a través del vidrio. La cuál, no dejaba de lamer su contenido.

— ¿Ocurre algo? — preguntó extrañado, al sentirse observado con rareza.

— Si... es que... — vio como inclinaba la cabeza hacía un costado, haciendo que sus orejas también lo hicieran. Sonrió —...no, nada. — concluyó. Se veía realmente adorable.

¿Y si huimos juntos? - MariChat // Segunda temporada de "Ella" //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora