Dudas Sexuales ; yoonmin

Capítulo XXIV

Martes.

Yoongi a primera hora estaba camino a su casa, cuando Jimin lo llamó supo que las cosas se pondrían feas, también le comentó sobre el campeonato y aunque ya era martes no habían señales del evento.

En casa de Dae.

—Lamento haberte metido en todo esto.

—No es nada, eres un viejo amigo.

—¿Te recuperarás pronto?

—Yo creo que en una semana más.

—Por ahora yo me vengaré.

—Yoongi, el campeonato es mentira, lamentó no haberte respondido, Jaebum tenía registro de mi celular, y supuse que tú ya tenías idea de que es una mentira, ve ahora corriendo donde Jimin y dile que corre peligro.

—Sí, desde un inicio me pareció sospechoso, no te preocupes yo arreglaré todo esto.

—No gastes más tiempo aquí, ¡ve! y ten cuidado.

—Lo tendré.

*
Casa de Jimin, Martes, 16:30.

Nuevamente cuando llegó, Jimin no se encontraba en casa pero según su madre este debía estar por llegar.

16:45

—¿Yoongi?... ¡¿Por qué no me avisaste que habías llegado?— Arrojó el bolso y corrió para abrazarlo — ¡Tu cabello! aah te extrañé...

—No tuve tiempo, debemos hablar— Respondió seco.

—Oh... ya entiendo.

—Jimin, la competencia es mentira todo es un invento de Jaebum.

—¿Estas seguro?— Preguntó confundido.

—Me lo dijo Dae.

—Pero ¿Por qué?

—Te dije que no te fiaras de él.

—Debo avisarle a Jungkook.

—No salgas de aquí, yo me encargaré de que Jaebum me las pague todas.

—No no, iré contigo— Tomó a Yoongi de la chaqueta reteniéndolo.

—No me puedo arriesgar a que te maten.

—¡Ah pero tú sí!

—Es por mi culpa que todo esto pasó.

—No, yo tampoco fui cuidadoso.

—Tú no entiendes.

—Entonces explícame, si quieres que me quede aquí dime la verdad.

Yoongi aún tenía tiempo, si se trataba de vengarse contra Jaebum cualquier alto antes de hacerlo era bueno, además el clima estaba muy malo, no quedaba mucho para que finalizara el invierno y habían anunciado fuertes lluvias.

—Suspirando— Cuando tenía trece, Thomas, un tipo que maneja dinero fácil gracias a la droga, nos invitó a ser parte de su “club”, éramos pequeños, nos creíamos rebeldes y nadie dudaría de un joven de trece años, nadie sospecharía que llevábamos droga en nuestras mochilas, además nos pagaba y eso era un imán para nosotros, cuando cumplías quince, podías negociar por arreglos de dinero o droga y aquí todo se tornó peor, comenzaron las matanzas entre grupos y el mío debía una suma de dinero considerable, no importa si a mi nunca me vieron la cara era parte del grupo y eso me hundía automáticamente, un día nos acorralaron en una entrega y me habían pasado por primera vez una pistola, nos regíamos por rangos yo era el dos y... Jaebum el... uno, éramos amigos... y ese maldito día, disparé, y el que murió fue el padre de Jaebum, sin embargo, él nunca me dijo nada, hasta hoy no sé porque, no sé si no se entero que había sido mi disparo ni tampoco sé que hacía su padre ahí esa vez, luego de eso me retiré del “negocio” y me dejaron ir sólo porque era un buen negociante y tenía mis antecedentes limpios pero no hasta hace poco Jaebum me vio en la calle y me amenazó con que si no volvía, te harían algo a ti y por eso volví.