Dudas Sexuales ; yoonmin

Capítulo XIV

Jimin

Maldito Suga, caí justo como quería y ya no puedo volver atrás y advertirme que vendrá a joderme la vida, ahora sí que será mío.

Yoongi

Desde que comencé a alejarme de Jimin parece que se acerca cada vez más y esto no me gusta para nada quiero olvidarlo, no puedo gustarle, es decir, es imposible, él es muy afectivo para mi gusto y se aburriría de mi frialdad.

Aún recuerdo cuando lo vi en esa cancha, con esa polera blanca sin mangas haciendo que resalten sus enormes músculos, esos labios carnosos que me hacen desearlo cada centímetro, su aroma, sus ojos cuando sonríe y sólo se ven líneas, como juguetea con su cabello y un sin fin de cosas que me hacen arrepentirme por haberlo tratado mal, tengo que elegir entre arriesgarme o no con él.

Narrador

Jimin ante su desesperación decidió ir directamente a la casa de Yoongi, no podía dejar que las cosas quedaran así, de verdad le gustaba mucho y no estaba dispuesto a que se le escapara de las manos.

Era un Jueves lluvioso, desde la casa de Jimin eran unos cuarenta minutos y el único paraguas que tenía no soportaría la lluvia, pero se arriesgó de todas formas a ir con el. Tomó un autobús que le acortó camino pero en menos de diez minutos caminando bajo el agua debió usar el gorro del polerón para protegerse aunque tenía claro que pescaría un resfriado. Cuando llegó se paró afuera de la reja pero no llamó a nadie o hizo ruido para que le abrieran, sólo se quedó ahí.
Yoongi estaba en su habitación componiendo algo de música y comenzó a sentir una sensación extraña, no sabía que era, se sentía como una corriente desde la garganta hasta el estómago y optó bajar por un jugo para relajarse, inusualmente tenía las cortinas algo abiertas y vio una silueta, al principio no le prestó atención pero se preguntó que si llevaba más tiempo ahí, además, estaba lloviendo a cántaro y quien sea que estuviera parado en la calle de esa manera era extraño, abrió la puerta y lo vio, mojado de pies a cabeza, su cabello estaba pegado a su frente, tenía los labios algo morados y estaba tiritando.

—¡¿Qué mierda haces ahí?!— Se dirigió corriendo hacía Jimin.

El muchacho soltó una sonrisa haciendo que sus ojos desaparecieran, y de nuevo una corriente pero mucho más fuerte recorrió el cuerpo de Yoongi.

—¡Ven entra!— Abrió velozmente la reja y lo jaló del brazo.

—Oye yo...

—Aventándolo en el sillón— Cállate y no te muevas.

Yoongi subió por ropa para prestarle a Jimin.

—Toma ve a cambiarte.

—Yoongi, escúchame.

—Cámbiate la ropa y luego hablamos.

—Hazlo tú.

Lo miró con algo de vergüenza, pensó que era una broma pero al parecer Jimin lo decía en serio, accedió, quería tocar su cuerpo, sentir de nuevo lo que alguna vez fue suyo.
Se agachó, le sacó los zapatos y calcetines dejándole el par nuevo puesto, el pantalón, el polerón, la polera, hasta dejarlo en bóxer y calcetas.
Era algo mucho menos que sexual, no se trataba de eso, sentía miles de corrientes recorrerle el cuerpo, sentía incluso felicidad de tenerlo ahí con él.

Se acercó a su cara y lo miró expectante, sintió como chocaban sus respiraciones y como lo llamaban esos labios ¿Quién podría aguantar semejante belleza? fue hasta su casa después de haberlo tratado mal, merecía todo el amor posible que podía darle.
No lo besó, aunque Jimin estaba desesperado a que él diera el primer paso.

Metió la cabeza en su cuello y le relató como se sentía.

—Perdóname, en serio perdóname.

—Te perdono.

—Es que no entiendes, no sabes cuanto me gustas y te traté pésimo.

—También me gustas Yoongi.

Levantó la cabeza y de nuevo se quedó mirándole.

—Perdón, te arruiné la vida y lo sabes bien.

—No digas eso, quizá me la revolviste un poco pero cuanto la arreglaste.

Y lo besó.

Optó arriesgarse por quien nunca se le había cruzado por la mente hacerlo, desesperadamente jugueteaba con su boca, debió parar para tomar aire lo miró con ternura, le tomó la cara y de nuevo fusionó sus labios, lo mordió, le correspondió como nunca antes.

—Parando el beso— No quiero alejarme de ti.

Yoongi no era de palabras y se levantó, le extendió el brazo y lo llevó hasta su habitación.

Jimin

Le dije la verdad y hasta lo perdoné pero por mucho que quiera metérsela haberme quedado afuera me pasó la cuenta y me siento pésimo.

—Suga, no, no puedo— Paró de besarme el abdomen y me miro extrañado.

—¿Cómo que no puedes?

—Me siento mal.

Mientras se reía me dijo que iría por la ropa que me iba a prestar.

Aproveché de recorrer su habitación, tenía las cortinas cerradas así que se las abrí, habían varios cuadros de tipo vintage, blanco y negro y papeles tirados por todos lados.

—Toma ahora sí cámbiate y baja.

Me puse la ropa, me fui a lavar la cara y bajé, estaba en la cocina apoyado en un mueble y me pare frente a él tomándolo de las caderas.

—¿Qué?— Me dedicó una pequeña sonrisa y yo añadí— Me quedaré aquí esta noche.

—¿Estas seguro?

—Claro que sí.

—No me importa que estés enfermo.

—La vez pasada tú dominaste la situación ahora será mi turno.

Me miró de nuevo en silencio; me preguntaba que estaba pensando, me apegó a él y me besó fugazmente luego haciéndome delicadamente a un costado, noté que estaba preparando algo.

—¿Es para mi?

—Y te lo tomas todo.

—¿Qué es?

—Una limonada para la gripe.

Salí corriendo gritando que no quería y me lancé en un sillón, creí que no lo haría pero se tiró sobre mí y de nuevo nos quedamos mirando, de verdad me podía acostumbrar a esto.

—¿Qué me hiciste Park Jimin?

—Si tú no sabes menos yo.

—Me encantas.

De nuevo concluimos en un beso, uno largo y relajado, sentía sus manos recorrer con ansias mi cabello y cuello, yo lo junté lo más que pude con mi cuerpo. Se sentía bien saber que los dos nos deseábamos.

Se separó y fue de nuevo a la cocina.

—Será una larga noche, así que dime ¿Qué película quieres ver?

hold me in your loving arms.

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Denle amor al fic u ú