Aaron Carpenter || ¿Deseas ser mi novia?

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Miraba la foto de cuando él y yo éramos pequeños.

Aún me pregunto porqué está tan alejado de mí. Cada día, cada hora, y cada minuto que paso sin él.

Éramos los mejores amigos, esos que eran inseparables, ni porque a uno le gustaba algo que al otro no se separaban.

Suspiré y guardé la foto enmarcada en un cuadro pequeño dentro del cajón de mi escritorio.

— Jessica — me llamaron desde la puerta de mi habitación.

Volteé a ver a mi madre con una sonrisa triste.

— ¿Qué pasa má? — pregunté sentándome en mi cama.

— Alguien quiere verte — dijo emocionada mientras mostraba una sonrisa feliz.

No entendía porqué tanta felicidad.

— Y yo no quiero ver a nadie — dije desanimada.

La vi bufar y acercarse hasta mi cama y sentarse.

— Créeme que esta persona te sorprenderá y te regresará la felicidad que tanto extraño ver en ti — me acarició el cabello.

Suspiro profundamente y me levanto.

— Está bien, vamos — salimos de la habitación y bajamos escaleras.

Cuando entré en la sala no avancé más, mis pies dejaron de moverse.

Mi vista estaba en él.

No podía apartar mis ojos ni tampoco él de los míos.

Extrañamente reaccioné y me puse firme como una piedra.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté tan fría como pude, no quería hacerlo pero se alejó de mí como si nada, y eso me hizo poner tan triste.

— Jessica — me advirtió mamá.

Pero no me importaba.

— No se preocupe, señora Collingston — sonrió nervioso —. ¿Nos dejaría a solas?

— Claro — oí sus pasos en las escaleras, para terminar escuchando la puerta de su habitación cerrarse.

— ¿Y bien? ¿Qué haces aquí? — lo miré esperando su respuesta.

Suspiró y empezó a hablar.

— Sé que estás enojada conmigo, pero créeme que tengo mis razones — le iba a decir algo así como "Ya no creo en ti" pero sigue siendo mi mejor amigo —. No sé como decirte esto, y-yo no pensé que sentiría algo en mí que haría que me alejara de ti, nunca quise hacer eso. Sólo lo hice para reflexionar las cosas que sentía por ti — me miró.

¿Cómo dijo?

— Aaron dime algo que sí sea verdad, ¿si? — rodé los ojos.

— No, Jessica. Es verdad, tuve que alejarme de ti porque si estaba un segundo más al lado tuyo creería que me volvería loco. Yo pensaba "No puede gustarme ella. Es mi mejor amiga, ¿qué pasará si le confieso lo que siento y me deja?" Así que decidí no estar cerca de vos para poder quitar mis sentimientos hacia ti, ver si podía funcionar. Pero ¿sabes qué? No pude lograrlo, lo que siento por ti es más fuerte a que intentar sacarte de mi cabeza las venticuatro horas del día. No puedo olvidar esa sonrisa característica que tienes, tus ojos me hacen sentir vivo, y tus labios me hacen querer besarte, realmente no sé que me pasa pero se siente muy bien, y si no estoy contigo siento que me falta una pieza en mi vida para poder estar completo y feliz. Jessica eres la razón de mis alegrías, el sol que me ilumina y la culpable de mi corazón latiendo a mil. Te necesito, te anhelo y te quiero como no te imaginas — estaba sorprendida con lágrimas botando de mis ojos.

Para ese entonces lo tenía en frente de mí, sintiendo su respiración mezclarse con la mía.

— Aaron yo...

— No, por favor no digas nada. Sé cuál será tu respuesta — bajó la mirada.

— Hey, en realidad no sabes nada sobre mí — levanté su barbilla.

En sus ojos vi confusión.

— Si me hubieras dejado hablar te hubiera dicho "créeme que siento lo mismo" — sonreí sintiendo lo que siento por él.

Él hizo mi mismo gesto, para terminar sintiendo sus labios chocar lentamente contra los míos.

Sus labios eran suaves, deliciosos y me hacían sentir una explosión de animales en mi estómago.

Nuestros labios danzaban lentamente, era una sincronización perfecta.

Lo que sentía era que no sabía si estar besándome con mi mejor amigo estaba bien, pero no me importaba.

Quería dejarme llevar.

¿Deseas ser mi novia? — me preguntó apenas separamos nuestros labios.

No cabía duda que mi sonrisa le ganaba al gato de la película de Alicia en el país de las maravillas.

Lo abracé muy fuerte, hundiendo mi cara en su cuello.

— Me lo tomaré como un sí — escuché su risa y sentí sus brazos rodearme.

Me sentía... Feliz.

One Shots ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora