Will ¿Porque odias a los patos?

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Will pegó con sus tacones impacientemente contra la pierna de la mesa de la librería. Si Charlotte hubiera estado allí, le habría dicho que parara de dañar el mobiliario, aunque la mitad de él en la librería ya estaba agujereado con marcas por los años de abuso. Astillas en los pilares donde él y Jem habían estado practicando manejo de espada fuera de la sala de entrenamiento, rayado de zapatos sobre los sillones de la ventana dónde se había sentado durante horas de lectura. Libros con las páginas giradas y astillas rotas, huellas en las paredes.

Por supuesto, si Charlotte estuviera allí, no estarían haciendo lo que estaban haciendo, tampoco, lo cuál era ver a Tessa Cambiando de forma de ella misma a Camille y a ella otra vez. Jem estaba sentado al lado de Will en la mesa de la librería, a veces diciendo en voz alta ánimos y consejos. Will, echándose hacia atrás con una manzana en las manos que había robado de la cocina a su lado, pretendía apenas prestar atención.

Pero estaba prestando atención. Tessa se paseaba arriba y abajo de la sala, con las manos apretadas en los costados de concentración. Era fascinante observar su cambio: había una onda, como de las tranquilas aguas de un estanque perturbado por una piedra, y su cabello oscuro se convertía en rubio, su cuerpo curvado y cambiando de tal manera que encontró imposible sacarle los ojos de encima. No se consideraba educado quedarse mirando fijamente a una dama de una manera tan directa, y sin embargo, se alegró del cambio...

Lo estaba, ¿verdad? Parpadeó sus ojos como si significada que iba a aclararse la cabeza. Camille era preciosa, una de las mujeres más guapas que había visto nunca. Pero su belleza le dejaba helado. Era, como le había dicho a Jem, como una flor muerta presionada debajo cristal. Si su corazón corazón estaba palpilando fuerte y su mirada estaba atrapada, era por Tessa misma. Se dijo a sí mismo que era la fascinación de una magia tan inusual, y no la adorable manera de fruncir el ceño cuando se retorcían sus características para captar la manera de caminar deslizante de Camille o la forma en la que su vestido se deslizaba fuera de sus clavículas y debajo de su hombro cuando se dio la vuelva sobre sí misma, o la forma de su cabello oscuro, que estaba desprendido, se aferró a sus mejillas y el cuellos mientras ella negaba con la cabeza por la frustración.

Cogió la manzana que tenía a su lado y comenzó ostentosamente a pulirla con la pechera de su camisa, esperando ocultar el temblor repentino de sus manos. Los sentimientos por Tessa Gray no eran aceptables. Los sentimientos hacia cualquier persona eran peligrosos, pero los sentimientos de una chica que estaba viviendo en el Instituto a alguien que se había convertido en una parte intrínseca de sus planes, que no podía evitar, lo eran especialmente.

Sabía lo que tenía que hacer en tales circunstancias. Conducir hacia ella; hacerle daño, que ella le odiara. Y sin embargo todo en él se revelaba contra esa idea. Fue por que estaba sola, vulnerable, se dijo. Sería una gran crueldad hacerlo...

Ella se paró allí dónde estaba, y haciendo un ruido de frustración.

—¡Simplemente no puedo caminar de esta manera!—exclamó—La manera en que Camille lo hace parece como deslizarse...

—Señalas con tus pies demasiado hacía afuera cuando caminas—dijo Will, aunque no era estrictamente cierto. Era tan cruel como sentía que podía ser, y Tessa le recompensó con una aguda mirada de reproche...—Camille camina con delicadeza. Al igual que un fauno en el bosque. No como un pato.

—No camino como un pato.

—Me gustan los patos—dijo Jem—Sobre todo los que están en Hyde Park—sonrió de lado a Willl, y Will sabía lo que estaba recordando: estaba recordando lo mismo—recuerdas cuando trataste de convencerme para alimentar con un pastel de pato a los patos en el parque para ver si podíamos crear una raza de patos caníbales?.

Cazadores De Sombras (Contenido Extra) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora