Capítulo 5. Alce

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Despertarme por la mañana para estudiar no me agrada, ni estudiar, ni trabajar, ni nada por lo que tenga que despertarme temprano, simplemente no me gusta. Mi cuarto está bastante ordenado, pero un poco recargado, me encanta coleccionar cosas y más si están relacionadas con videojuegos. Me visto para la ocasión, la especial ocasión de la cotidianidad de ir a clases. Tomó mi desayuno y me voy. La universidad bastante cerca, estudio historia del siglo XXI, para todos los que me conocen, y el noventa y nueve por ciento de la población, una pérdida de tiempo, pero supongo que para mí es importante conocer de donde vengo, además de que siempre sentí curiosidad por las historias de prosperidad que conseguían trasladarme allí, así que, como nadie de mi época escribe, tampoco pude ser escritos, la decisión entonces fue fácil.

Una vez llegué a la universidad, estaban mis amigos de siempre, enganchados a sus teléfonos, igual que yo, y de nuevo el noventa y nueve por ciento de las personas, mejor dicho el cien por ciento. A ellos como a mí les encanta jugar videojuegos, el hecho de que entrásemos en la universidad no nos hacía en ese sentido más maduro, y si por mi fuera dedicaría mi vida entera a jugar, pero no quiero ser por el resto de mi vida un avatar de una vida que no es la mía, y mientras tanto me dedico a hacer videos, y la verdad me va muy bien. Sí soy youtuber, dedico unas pocas horas por las noches a grabar y editar videos desde hace ya tres años, y la acogida ha sido muy buena a pesar de la competencia.

Mis amigos Raúl, Troup, y Richard también se dedican a esto, pero por ahora soy el más conocido. Troup, mi mejor amigo comenzó al mismo tiempo que yo, y los demás hace apenas un año. Se dieron cuenta que esto con el tiempo no daba dinero, así que a pesar de ser unos antisociales, se animaron a mostrarse en público.

-! Álvaro! -Exclamó Richard, llamándome por mi verdadero nombre, pues Alce era mi nombre de youtuber, que terminó siendo mi apodo- ¿Trajiste lo que faltaba?

-¿A qué te refieres?- Pregunté intrigado por su rostro perturbador, estaban todos sentados en la escalera mirándome

-Tu cerebro idiota, hoy era tu examen de arqueología-De inmediato mi rostro intercambio muecas de preocupación y angustia mientras mi cerebro producía el estrés a chorros. En ese preciso instante miré a mi teléfono, eran las ocho en punto, y el examen comenzaba a las siete y veinte, ¿cómo pude olvidarlo?

-¿Como lo sabías?- Ansiaba la respuesta.

-Marcos e lo dijo- Respondió, ellos no estudiaban la misma carrera que yo.

-¿Y por qué no me avisaste gilipollas?- No aguantaba la irá, que era incrementada con la estúpida sonrisita en su rostro.

-Porque si no pasas esa asignatura tendrás que estudiar todo el verano, y no subirás video- N podía creer lo que me había dicho, pero las prisas me hicieron despegar de allí enseguida.

¿Cómo? ¿Cómo? No entiendo como todo esto pasó pero ahora que recuerdo... Ayer Alicia, mi novia, Ledey y yo, decidimos salir a comer, simplemente íbamos a por unas pizzas. Mientras estábamos en el restaurante, comenzamos a hablar sobre a donde nos iríamos a vivir después de graduarnos, de hecho yo ya estaba terminando mi doctorado, por lo que sé hacer esto hace sesenta años hubiese sido prodigioso pero ahora simplemente se siente normal, las cápsulas de conocimientos nos han ayudado mucho, supongo. Alicia quería irse de Rusia a Venezuela, ahora el futuro estaba allí, o al menos el poco presente que nos quedaba. Ledey sin embargo siempre había soñado con ir a Madagascar, ella después de ver todo lo que había estudiado yo, se sintió fascinada por la experiencia de ir a una isla donde todavía quedase rastro de la naturaleza, claro, yo no soy más tonto que ellas, pues mi novia y mi hermana son mayores que yo por uno y dos años. Recuerdo que mencioné Tailandia, para mí el paraíso desde que se descubrieron las empatiexperiecias, quiero decir, es algo muy nuevo, consiste en un proceso de meditación conjunto con una medicación muy específica, inyecta de manera intravenosa, después de un rato de relajación te puedes trasladar empáticamente a la experiencia de ser cualquier animal, persona, objeto o materia existente, increíblemente loco. Por lo que sé, cuando entras en estado empático las hormonas que segrega el cuerpo más las alteraciones que producen dichas sustancias hacen posible no solo ver, sino sentir, oler, palpar, degustar e incluso transportarse a lugares desconocidos inexistentes. Siempre soñé con saber que se sentiría ser agua por un día, en una fuente, en el mar, o en un río, o volar al ritmo de los ojos de un águila, la idea es que después de despertar del estado de experiencia, y de vez en cuando, en sueños regresas, pero el viaje no tiene nunca una repercusión física en el mundo, o al menos hasta ahora.

Les contaba allí la experiencia que tuvo el primer chico que hizo el experimento, se le ocurrió ser música, ser un sonido, una canción, dijo que sintió como a través de su oído se quedaba en coma su razonamiento, luego comenzó a tocar, a sentir en el aire el polvo de las guitarras, el calor de la habitación, y sobre todo la vibración de las notas producirse en su cuerpo, que pareció provocarle un infarto, luego sintió en su paladar el sabor de la música, sabe a cobre, cuerdas y locura endulzada, mencionó refiriéndose a el viaje de la electricidad por los cables, a el contacto de los dedos con la guitarra, y a el impredecible jarabe de la creatividad que solamente se podía degustar en vivo y en directo, pues la esencia enfrascada no tenía ni tendría nunca el mismo sabor.

Sus acompañantes al ver que no dejaba de temblar se preocuparon y decidieron retirar de su sangre el líquido que lo llevaba preceptivamente a aquella sala de grabación, al abrir los ojos, inmediatamente dejó de temblar, pero comenzó a criticar histérico, estaba enfadado. Me han arrebatado el momento más increíble de mi vida, fui por instantes la esencia del ritmo de la vida, el compás de las emociones y la voz de la oscuridad, jamás volveré a ser tan amado, como siendo música.

Después de este relato nos fuimos a casa y esa noche, es decir ayer no pude parar de pensar en todas esas ideas que rondaban mi cabeza, comenzaba a sentir algo que nunca me había pasado, me veía en el futuro, cambiando el mundo, siendo un héroe, soñando cosas imposibles, como en las empatiexperiecias, pero quería llegar aún más lejos y simplemente caí rendido del sueño, exacto ese fue el motivo por el que olvide el examen estaba fantaseando de nuevo, espero que Alicia no le pasase lo mismo con su consulta esta mañana.

Por fin crucé el último pasillo y podía ver la puerta a mano derecha, introduje mi brazo en ella mi cuerpo fue absorbido hacía la dimensión donde estaban todos, el salón era bastante extraño, las mesas eran verdes, y al flotar sobre sus rodillas parecían pequeño jardines en sus manos, y de inmediato el profesor desde su trono invisible me delato con la mirada.

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PREGUNTA: ¿Que les pareció la idea de las empatiexperiencias? disculpen no haber publicado ayer :D Espero que les huste

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