Capitulo 6

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La lluvia caía torrencial así que su plan de un paseo romántico por la playa tendría que esperar hasta la mañana sin embargo se encargo de poner la manta que había buscado especialmente para ese día, una de un color naranja que gracias a Niall sabía era el color favorito del Cupido; saco todo lo que había empacado en la canasta y lo cual no eran otra cosa que paletas de banana cubiertas de chocolate, su postre favorito, jugo de manzana y emparedados rellenos de nutella. El rizado comprendió porque su amigo había estado tan curioso con las cosas que le gustaban y sin embargo no pudo enojarse con el rubio estaba tan de buen humor. Primero la lluvia, como había dicho amaba la humedad y ese olor a lluvia le sacaba sonrisas; tierra mojada, nada mejor. También el hecho de estar delante de la chimenea, ese calor que bajaba hasta su estomago y subía hasta sus mejillas haciéndole sonrojar, nunca había experimentado algo así. Louis por otro lado encontraba adorable todo lo que el rizado hiciese, que si se tapaba la boca luego de reír pero ahora podía apartar su mano sin miedo a la reacción del rizado, que si se sacudía el cabello para luego fijarlo hacia tras con su mano, que si hablaba tan lento y profundo que le hacía suspirar. Al parecer no había nada que encontrara imperfecto en él. Hablaron, rieron y comieron hasta tarde, la lluvia cesó en algún momento de la noche por lo que salieron al porche con sus vasos en las manos. Lastimosamente el paseo por la orilla debería esperar ya que la marea había subido lo suficiente y no sería seguro. Y para concluir ¿Quién realmente querría levantarse de aquel cómodo nido que habían hecho? Estaban envueltos en una cobija muy gruesa que los protegía de las bajas temperaturas, el más bajo apoyaba su espalda contra el pecho del rizado mientras este le abrazaba con el mentón colocado en su hombro, discúlpenlo por ni siquiera intentarlo. Nope.

Estuvieron hasta muy tarde por la noche cuando casi se podía ver el sol saliendo del horizonte y ni siquiera eso los obligo a levantarse, hablaron de cosas que habían sucedido en el último mes, de cosas que Harry había visto y vivido las veces que había venido a la Tierra, Louis le conto de su madre y sus hermanas, lo mucho que las amaba y cuidaba, de sus abuelos y lo mucho que le habían apoyado a lo largo de su vida. En una noche aprendieron tanto el uno del otro que era como si se conocieran de toda la vida. El sol termino por salir haciéndolos volver a la realidad, domingo, solo un di amas por delante antes de que el rizado tuviera que decidir qué haría y ahora que casi se llegaba el momento Harry no estaba tan convencido que le pediría la flecha de todos modos. Digo, antes si, de hecho había ido solo porque así recuperaría la flecha, pero ahora que conocía al castaño, ahora que sabia como pensaba, que había visto el brillo en sus ojos al hablar de su familia ¿Cómo dejar ir todo eso tan fácilmente? Estaba metido en un gran problema.

Ambos, luego de hacer tiempo, decidieron entrar a desayunar y calentar sus cuerpos que se encontraban ya entumecidos; hoy irían a la casa del castaño o mejor dicho a la casa de su familia, Louis quería que el rizado lo viera en su ambiente natural, ya sabía cómo era con sus amigos, como en el deporte; otra parte importante de sí mismo. Pero ahora, ahora quería que lo viera con su familia, demostrarle que existía el amor, en diferentes tipos pero amor al fin y al cabo, además estaba seguro que su madre y hermanas lo amarían. Y para Harry verlo interactuar con su familia, si era sincero, había sido lo mejor del fin de semana, sus pequeñas hermanas Daisy y Phoebe si no se equivocaba, se encontraban abrazadas a su cadera mientras el castaño trataba de bajar a su altura y devolverle el abrazo. El alboroto hizo que Lottie saliera a ver qué pasaba y por lo tanto comenzar a gritar abrazándose también a Louis, este se encontraba casi en el piso cuando Felicite hizo su aparición terminando de enviarle al suelo haciendo reir al rizado y por lo tanto ganándose la atención de todos en la sala; inmediatamente sus mejillas se tornaron rosas haciendo que las gemelas hicieran un "awww".

— Chicas ¿Por qué tanto escándalo? —salió Jay de una habitación que suponía el rizado era la cocina, la verdad lo que fuese que estuviera cocinando olía demasiado bien casi recordándole que no habían comido nada aun después del desayuno. Apenas le vio llevo sus manos a sus labios tratando de reprimir un grito y avanzar al castaño. Cualquiera diría que tenían años sin verse cuando en realidad habían pasado solo unas semanas, sin embargo el cariño que albergaban hicieron sentir al rizado incomodo, casi como si fuese una especie de extraño y no tuviera derecho a presenciar aquello. Louis viendo su incomodidad le tomo por el hombro presentándoselo a la familia quienes inmediatamente pasaron la atención de Louis a Harry haciéndole preguntas de todo tipo.

La direccion de Cupido (Larry-Ziam-Nosh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora