Capítulo XI

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"🅄🄽 🄳🄾🄼🄸🄽🄶🄾 🄲🅄🄰🄻🅀🅄🄸🄴🅁🄰".

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POV's Eileen Stark

Ya era domingo por la mañana, lo que en el idioma Madison significaba que debía ir a la iglesia con mi mamá, y con Julieta, si es que ella estaba en condiciones después de tremenda fiesta que se había dado anoche. Así que me estaba vistiendo, eran aproximadamente las 8:39 AM, raro era que estuviese despierta a ésta hora, la flojera la había heredado justamente de ese lado de la familia.

Di un salto cuando mi celular comenzó a sonar, era mi mamá.

—Hola mamá, buenos días ¿qué sucede?—...—, oh si claro, ya casi estoy lista. Si, si, está bien, bajo en un segundo, nos vemos—mamá colgó, pero me dejo con una gran duda, duda que tenia hace unos días ¿Dónde se ha quedado a dormir estos días que llevábamos en New York? Ya que la muy orgullosa, no había aceptado quedarse en la torre de papá—.

Como sea, tendré que preguntarle cuando baje. Así que tomé un bolso de mi maleta, la cual aún no desempacaba del todo, y guarde un poco de dinero, brillo de labios, y mi celular.

Abrí la puerta y bajé hasta la cocina, ya que tenia un poco de hambre. Papá aún no despertaba, cosa común el domingo en la mañana, es probable que despierte en una o dos horas más.

Me preparé dos sándwiches con mantequilla y mermelada de durazno y el otro con mantequilla y queso, saqué un jugo en caja pequeño, sabor a manzana y un yogur de mora con frutos silvestres.

Me comí el yogur, me comí un sándwich y bajé por el ascensor comiéndome el otro sándwich con queso y tomando mi jugo, como dije, tenia un poco de hambre, lamentablemente no era como esas personas que si comen mucho no engordan, por el contrario, si comía mucho engordaba mil kilos en un instante, maldito metabolismo y tránsito del asco que tenía, tal vez luego hiciera ejercicio, o simplemente volvería a comer como si no hubiera un mañana y simplemente seguiría quejándome de que había subido un par de kilos.

Llegue abajo y fue cuando divisé a mi mamá en un auto azul impresionante, aunque no tanto como los que tenía papá en el garaje.

¿Qué hacía mi mamá en un auto como ese? Y lo más importante, ¿qué hacía de copiloto? Quien manejaba tenía puesto unos lentes oscuros y a mi parecer, yo ya lo conocía, y bastante bien.

Mamá bajó del auto y yo me acerqué a ella, le di un beso en forma de saludo en la mejilla. Mamá estaba desbordante de felicidad, pero a la vez, también se veía un poco nerviosa.

La pequeña Stark (Steve Rogers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora