"De cómo te amé"

Tú a quien he llamado.

17 de noviembre

Querido diario, después de estos días no he hecho muchas mas actividades que me distraigan de la realidad. Estoy en un país que desconozco, con gente que desconozco, donde no he podido congeniar mucha compañía, y eso me ha hecho sentir un tanto sola. Mi madre se ha empeñado en pedirme hacer muchos quehaceres hogareños, y me ha tenido ocupada tanto en su huerta, como ordenando y limpiando muebles. Me gusta ayudarla a ambientar nuestro hogar, pues tengo claro que será para siempre, pero aún así, me ha hecho estar bastante cansada, quiero explorar, quiero caminar, quiero conocer gente, quiero tener amigos. ¿Es tan difícil?

-Madre, saldré a caminar a la pradera, vuelvo aquí antes de que el sol se ponga.

-Esta bien Emily, pero por favor ten cuidado.-Dijo un tanto sofocada por el calor de nuestro hogar

-no te preocupes madre, yo iré con cuidado. Nos vemos.

Salí de mi hogar, casi como si mi vida dependiera de ello, necesitaba ver nuevamente a Knuwel... quería saber... no sé si saber... sólo quería volver a verlo, lo necesitaba.

Caminé rumbo a la pradera, y me inserte en el bosque, me encontré con una gran cantidad de mariposas por el lugar de muchos colores, no sabría describir con exactitud todo el paisaje, era de otro mundo, una especie de paraíso, de distintos tamaños y llenas de vida, las mariposas volaron al sentir el temblor de la tierra que causaba yo al pasar, una que otra revoloteaba por mi al rededor, y en un minuto una llegó a posarse sobre mi brazo, imaginarán la emoción que sentí en el momento, era como una aventura llena de magia. Yo solo sonreía como niña pequeña, me encantaban estas aventuras. Naturaleza, calidez de bosque, cómo explicar cuánto me llenaba observar cada espacio del bosque lleno de maravillas, flores, animales, vida en toda su extensión, maravilla.

Pero de pronto ví que alguien me observaba. No sabría decir desde qué momento, ni cómo, ni cuando pero me percaté solamente por que una rama del suelo crujió. ¿Cuanto tiempo habrás estado ahí observándome?

-Knuwel.

-Emily.- Sus ojos penetrantes me analizaban, como queriendo delatarme por un crimen, su voz, era acusatoria, impaciente, fuerte, casi cruel.

-Hola, como te encuentras Knuwel?- Estaba feliz, podía sentirlo, estuve esperando por él tantos días, por fin pude verle. Oh, no sabes cuanto quise verte Knuwel... no sabes cuanto.

-Estoy bien- Me escrutó con su voz, como si estuviera cometiendo un grave error al estar aquí.- Qué haces aquí- De pronto lo soltó, me lo dijo casi como gritando, casi desesperado.- ¿Sabes que es un lugar peligroso? Puede encontrarte alguna otra tribu, pueden hacerte daño Emily, ¿por qué estás aquí otra vez?

-Por ti. -Así, sin mas se lo dije. No sabía qué mas decir... estaba asustada, fui sincera, estaba ahí por él, quería volver a verle, no importaba si me odiaba, no importaba si no me quería ahí, no importaba nada, solo quería volver a ver esos hermosos ojos profundos...- No importa qué tanto me odies por estar en tus tierras, no importa si odias mi cultura, mis creencias, mi lengua, sólo quería verte de nuevo.

-Emily.- su semblante decayó, estaba hablándome con calma, casi comprendiendo el por que de que estuviera yo ahí.- Sólo quiero que entiendas que es peligroso este lugar, no es para gente como tú, no es. Por favor, comprende, y aléjate de aquí.- Su voz sonaba adolorida, como no queriendo decir realmente lo que estaba diciendo.

-Knuwel -Me acerqué a él, no había logrado estar a tan escasos pasos de él la única vez que lo vi- Podría volver a verte?

-Emily, por qué necesitas volver a verme? Qué es lo que te hace creer que podemos volver a vernos?- su cara era de desconcierto, un poco de desesperación, como despidiéndose de mi.

-Knuwel, se que para ti no es lógico, o tal vez absurdo creer lo que te voy a decir- suspiré un poco nerviosa, y sonrojada- No he podido dejar de pensar en ti Knuwel, no sé por qué. ¿es por que no me hablas? Me he preguntado todos estos días, he intentado estar aquí a esta misma hora siempre, para poder volver a verte, te busco con la mirada por donde esté, pensando que puedas estar escondido entre los arboles buscando un conejo- Me reí nostálgica- es sólo eso, no he podido dejar de pensar en ti.

PoV Knuwel:

Niña tonta, si supieras que he estado cada día buscándote para poder volver a verte. Ahora mismo, te veías hermosa jugueteando con las mariposas, pero no puedes estar aquí. No comprendes que cualquier cazador puede llevarte y quitarte la vida, las tribus somos distintas, nosotros los Stelpak comemos sólo carne animal, pero hay otras tribus que comen carne humana, hemos perdido guerreros por causa de esto. No puedo permitir que una forastera sea presa de mis enemigos
-Emily- Miré impasivo- por favor, no vuelvas aquí, puede ser peligroso.

-Esta bien Knuwel. No tengo intenciones en seguir aquí- Me respondió un tanto frustrada, no podía comprender el por qué, pero era mejor protegerla, aunque no lo comprenda. De esta misma forma se dio media vuelta y desapareció rumbo a la luz de la aldea que se estaba creando algunos metros más allá. Yo, la seguí por el bosque hasta que pude observar que realmente llegaba a un lugar seguro.

Aunque no lo creas Emily, yo también estaba ansioso por volver a verte, muchas veces me pregunté si había sido solo un sueño, pero cuando volvía cada noche al lugar donde nos encontramos por primera vez, pude reconocerte, y sin que te dieras cuenta intentaba observarte, te veía escribir en tu cuaderno, te veía sonreír, te veía mirar al cielo imaginando quizás cuantas cosas, todo eso hice, en el silencio, en la sombra, porque no quería que me vieras, pero hoy... hoy fue distinto, vi en tus ojos un vínculo con tu al rededor, vi en tu mirada la maravilla de la cual estoy enamorado, el hermoso e irascible bosque. Ese bosque impenetrable, inconexo, pero al mismo tiempo dueño de tantos misterios, de tantas historias, de tantos sueños y anhelos, de tanta vida. Un ciclo sin fin, el bosque y mi amor por el, yo y el bosque amando la vida que me obsequió.