Capitulo 1

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Allí estaba él, Cupido, aunque personalmente a él le gustaba que le dijeran por su nombre, que le llamaran Harry Styles. Harry para los amigos. Y si ya se lo que están pensando ¿Qué no se llamaba “Eros”? Técnicamente si, Eros era el Dios del amor, el primer cupido nunca antes visto, mismísimo hijo de Venus Afrodita la Diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte Ares el Dios de la guerra. El único y magistral Cupido, pero ¿Cómo era que Harry había llegado a ser Cupido? Bueno antes de que lo piensen, Harry no era el hijo de Eros ni mucho menos, él no era un Dios de la época del Alpha y Omega, de al séptimo día ni algo parecido. El había sido un chico ordinario, enfermo si, nunca había conocido el amor y nunca lo conocería porque principalmente el no cree en eso. De allí la historia de cómo Harry consiguió sus alas, literalmente claro.

Hijo de Anne Cox, una campesina de mediados del siglo XX, y a punto de morir por una extraña enfermedad que ni los mismísimos médicos habían podido curar; allí fue cuando Eros, cansado de que los humanos pasaran por encima de los Dioses, que no rezaran, no creyeran y principalmente juraran en su contra, le cedió sus poderes e inmortalidad. Eros o Erick como paso a llamarse se había enamorado de uno de esos humanos que tanto odiaba y allí el único motivo por el cual cupido podía colgar sus alas, Amor. Irónico. Sin embargo eso nunca pasaría con Harry, llevaba alrededor de treinta quizás cuarenta años como cupido aunque su apariencia había quedado como la del chico de diecinueve años con el que fue puesto en el cargo. Harry por supuesto sabía que el amor era la mayor tontería nunca antes dicha y lo termino confirmando después de dos años del cargo. Siempre la misma rutina, una chica conseguía la manera de invocarle el chico conseguía su flecha y entonces cuando ella se cansaba el chico continuaba enamorado y sufriendo. Así no querría pasar su vida fuese mortal o inmortal.

Claro que estaba cansado de servir a los humanos desagradecidos y más a aquellas chicas gritonas. Tembló, antes de ser cupido ya había decidido que las chicas no eran lo suyo, gritonas, lloronas, cambios de humor a causa de sus hormonas. Pasaba de todo eso. Por si no quedaba claro era completamente gay. Pero aun así se las arreglaba para brindarle amor a aquellos que realmente lo merecieran, creando parejas que incluso después de décadas seguían amándose como el primer día, era de esas parejas que estaba orgulloso. Cupido, bueno Harry siempre estaba dispuesto a ayudar, aunque siempre ayudaba a aquellos de su propio género, haciendo que encontraran su otra mitad. Según tenía entendido, en el poco tiempo que llevaba trabajando, y si decía poco porque Eros estuvo ya saben, desde el inicio de los tiempos. En fin, desde que llevaba en el puesto había comprendido que al nacer no te dan un alma entera, sino la mitad de una, o bien para que entendieran mejor al nacer Afrodita la diosa de la vida  y fertilidad entrega un alma al próximo a nacer y Hades Dios de los inframundos y de la muerte la divide en dos. Poniendo así en cada persona solo la mitad de un alma y es entonces que debe buscar la otra mitad, aquel “compañero de alma”, por supuesto que es difícil de encontrar, puede haber nacido antes o incluso después de que la criatura muera. Son incluso más las personas que mueren sin conocer su compañero que alma que aquellos que realmente la encuentran. Puede vivir en otro país o estar justo a tu lado y nunca darte cuenta; pero algo estaba claro aquella que encontrara su compañero de alma viviría feliz el resto de su vida, se complementarían entre sí de tal manera que sería perfecta. Y en los casos que pasaba, que fueron dos los que ha presenciado desde que es cupido, Harry ha estado muy feliz de poder juntarlos por fin; y es solo entonces cuando tiene la más pequeña pizca de esperanza en la humanidad.

Teniendo todo claro y dejando solo una cosa más que aclarar Harry no era como aquellos dibujos que se encuentran en eso que los humanos llaman internet, no usaba pañales blanco ni era un bebe. Dios no, lo único que tenían en común aquellos fulanos dibujos y el eran aquellos risos, Harry poseía los más bellos y perfectos risos que te puedas imaginar, también unos ojos verdes como gemas y se mantenía en boxers era por preferencia. Así que tal vez, solo tal vez, si tenía cierto parecido con aquel dichoso muñeco.

La direccion de Cupido (Larry-Ziam-Nosh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora