Hola, bad boy.

34.

Especial #5

»Maldición otra vez me perdí.

Para mi suerte(!) veo que hay chicas con cara de pocos amigos, al estar lo suficientemente cerca, una de ellas me empuja.

—¡Oye! ¿Qué te pasa? ¿Cuál es tu problema.—escupí molesta.

La chica rió con sarcasmo —¿Acaso te crees muy importante?

—Tú no me conoces para tratarme así.

—Mira perra, tu aquí no eres nada. —se estaba acercando de forma amenazante hacía mí, parecía que me iba a golpear.

»Y que lo intente porque yo me se defender perfectamente bien.

—Megan, déjala.

Mierda esa voz... es Adam.

—Mi amor, ella no es de aquí.

¿Mi amor? Escuche algo quebrarse, creo que eso fue mi corazón.

—No te da derecho a tratarla así. Además, yo la conozco y si le llegas a hacerle algo te las verás conmigo. —sonrió de forma desafiante.

Megan se fue sin decir ni una palabra junto con su grupo de arpías.

—Gracias Adam.

—Vaya, vaya ¿Conque sabes mi nombre? —enarcó una ceja.

»¡Trágame tierra!

—L... la pregunta es ¿Quién no te conoce? Eres el chico de los rumores...

—¿Ah, sí? Veo que crees mucho en los rumores.

Comenzamos a caminar.

—La verdad no, insisto en que eso son inventos de personas que no tienen nada bueno que hacer con su vida. 

—Me recuerdas a una persona.

Mi corazón latió rápido —¿Sí?¿A quién? si es que me lo quieres decir, no estas obligado a responder.

—Es una chica, es tímida en persona o eso es lo que me escribe en notas, pero no sé quién es.

—Q... que mal.

—Supongo —se encogió de hombros—. Hay algo rondando en mi cabeza, es solo una curiosidad... ¿Por qué siempre que te veo estas metida en líos?

Me encogí de hombros —No lo sé.

—¿Dónde vives? —preguntó curioso

—No muy lejos de aquí, eso creo.

Recogió sus brazos —Vamos, te llevare a casa.

—Vale.

»Hoy es mi día de suerte.

Minutos después

Estábamos por llegar a mi casa, pero no lo podía llevar porque si Mike lo ve, me va a delatar.

—Déjame aquí. —puse mis brazos en mi espalda.

—¿Segura que no te meterás en problemas?

—Cien por ciento segura. —sonreí.

Empece a caminar, hasta que su voz me detuvo —¿Ni un beso de despedida?

»Sólo es un beso ¿Qué puede salir mal?

Gire mi cuerpo y me acerque lentamente a él, estaba por llegar a su cachete cuando el giro su rostro.

»¡Joder! ¡Lo bese en la boca!

Me separe de él rápidamente, ninguno dijo nada, al mismo tiempo salí corriendo hacia mi casa con el corazón latiendo a mil.