Capítulo 5

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Capítulo 5 



Adrien


La vio abrir los ojos y retroceder, avergonzada. Revolvió el cabello de Marinette y antes de abrir la puerta señaló a la pequeña criatura rosada que ahora estaba sobre el hombro de la chica.

—Deja descansar a tu linda amiga. Trataré de ganar tiempo hasta lo que mi miraculous me permita —le arrojó la llave—. No tardes, cariño.

Marinette agarró con suerte la llave, Chat Noir notó que el rostro de su compañera estaba colorado debido a sus últimas palabras. Le guiñó un ojo y antes de salir al ataque cerró la puerta. En su anillo le quedaban dos garras y no creía aguantar mucho más, pero aun así debía continuar. No podía dejar que ese akuma se saliera con la suya.

Se escondió detrás de una pared. En ninguna charla con LadyBug había surgido la duda sobre el origen de los akumas, hacían su trabajo sin reprochar. Transformó su bastón en dos y con ellos atacó a una Sabrina transformada en una gran reina quien reclamaba que había llegado el momento que todos la obedecieran.

No era un akuma difícil de combatir, pero estaba agotado. No veía la hora de que su LadyBug saliera de aquella sala y terminase con todo. Cuando estuvo a punto de saltar desde una gran distancia, su miraculous comenzó a sonar y se transformó al instante, no le dio tiempo a aterrizar correctamente como Chat Noir. Rodó por el suelo y con rapidez se escondió detrás de otra pared. Ahogó un grito al tocar sus piernas, le dolía demasiado.

Marinette.

—¡Me ha dicho linda! —exclamó Tikki revoloteando por todos lados.

—Sí, sí, lo escuché también pero por favor... ¡Debes recuperarte lo más rápido posible! —exclamó caminando de un lado al otro de la habitación.

—Ay, Marinette. Deberías escucharlo mejor.
—¡Tikki, vuelve a tus sentidos! —dijo preocupada.

—Lo siento... Necesito galletitas...

—Ay... —Marinette se llevó la palma de su mano a su frente—. Espérame aquí.

¿Dónde conseguiría un paquete de galletas en la biblioteca? Abrió la puerta despacio. Sabrina se había transformado en una reina y ahora lo único que hacia era estar sentada en un trono y darle tareas a Chloé. Marinette sonrió, si ella seguía de esa forma, podría ganar más tiempo y buscar comida para Tikki.

Mientras corría por el segundo piso, vio a Adrien tras una pared, adolorido. Se detuvo, sintió la necesidad de saltar hasta el primer piso y ayudarlo pero ahora no podía hacer eso. Cuando todo terminara se encargaría apropiadamente de él.

Bajó hasta el primer piso por las escaleras y se escabulló tras una estantería, en una de las mesas vio un paquete de galletas. Agradeció a aquél anónimo estudiante que tuvo hambre y las dejó allí antes de salir corriendo. A puntas de pie se acercó hacia el paquete y cuando lo tuvo en sus manos se dirigió hacia el depósito.

—Con esto debería ser suficiente, ¿cierto? —le dijo a Tikki mientras intentaba recuperar el aliento.
—¡Muchas gracias, Marinette! Daré lo mejor de mí.

Cuando Tikki estuvo satisfecha, Marinette logró transformarse en LadyBug. Salió de la habitación y saltó hasta donde estaba el akuma.

—¡Oh, LadyBug! ¿Qué me harás? ¡Haz mi tarea! —exclamó señalándola.

Marinette sonrió, aquella hoja donde estaba el trabajo práctico, si lo rompía podría purificar al akuma. La joven se arrodillo ante ella.

—Mi querida reina, sería un placer transferir todos mis conocimientos en ese trabajo práctico —dijo y ante la expresión de agrado en la supuesta Sabrina, tomó el papel y lo rompió en dos trozos.

Tomó su estuche de mariquita y lo hizo girar, cuando el akuma entró en él y se purificó observó satisfecha a una Sabrina totalmente diferente que no podía explicarle la situación a su amiga Cloéh. Recordó a Adrien y corrió hacia donde se hallaba.

El chico estaba tratando de pararse de pie, pero aún con las manos apoyadas contra la pared no podía.

—¡Adrien! —exclamó y tapó su boca al darse cuenta que lo había llamado. Miró a su al rededor, todos habían huido.

—Marinette... Digo, LadyBug.

—¿Qué te sucedió? —le preguntó examinándolo con la mirada.

—No es nada... Tan solo un rasguño —Adrien trató de dar un paso y gimió. Alzó la vista hacia ella—. No es nada, lo juro.

—Siéntate, déjame verte... —se acercó hacia él. Arremangó su pantalón, sus piernas estaban hinchadas, de un tono bordó—. ¡Adrien, mira cómo estás! ¿Cómo que no es nada? —exclamó preocupada—. Te llevaré ahora mismo al hospital.

—No necesitas hacerlo.

—¡Adrien! —dijo tomándolo del brazo.

—¡SUÉLTAME MARINETTE! —exclamó. Adrien traía el ceño fruncido, y no dejaba de respirar de forma entre cortada, como si hubiese corrido una maratón—. No... No quiero verte más.

El corazón de la chica se detuvo por un minuto.

—¿Qué? —sonrió de forma nerviosa—. ¿Qué dices Adrien? Somos compañeros de clase...

—Tan sólo... Vete —la interrumpió—. Ya vendrá Cloéh por mí, así que vete.



***

Quería avisarles que si alguna se atreve a hacer un dibujo de alguna parte que les gustó del fic lo pueden enviar a mi página: www.facebook.com/marsgorey   y yo con gusto lo agregaré aquí en la historia para que todos los lectores puedan verlo n_n ¡Muchas gracias por leer y comentar! ¡Les agradezco a todos los que se toman el tiempo de dejar su huella! 




¿Quién eres tú? Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora