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Estoy tan concentrada y sumergida en mis pensamientos que no escucho el pitido de la pava cuando el agua está hirviendo.


No estaba sola cuando me llamo; habí­a alguien más con ella, intrigado por saber mi respuesta, hasta más que ella. Sinceramente no me parece tan raro porque Jimin dijo que cuando lo tuvieron cautivo, habí­a, además de una chica, un hombre pero, ¿quién es?  y ¿por qué  estaría tan interesado en mi?

El único que estuvo así­ de interesado por mi era Jung pero está muerto.

Me duele la cabeza de tanto pensar. Preparo un té con el agua caliente e intento llamar a Jimin otra vez pero, al igual que hace un rato, me envia directo a la casilla de mensajes. Una sensación inusual, algo en mi me incentiva a pensar cosas absurdas, ilógicas y alarmantes, pero me deshago de aquellos pensamientos. Tan sólo pensar en ellos, me hacen sentir avergonzada y desagradecida.

Qué extraño, él nunca apaga su celular y menos cuando no está conmigo. Inmediatamente vuelvo a tener esos pensamientos y una chispa dentro de mi enciende mi curiosidad por querer comprobar si lo que pienso podría llegar a ser verdad.

Un rato después, aparece con unas bolsas y comida hecha.

— Perdón por llegar tarde pero me detuve a comprar la cena — dice con una sonrisa mientras deja las bolsas sobre la mesa de la cocina. Lo observo en silencio, estudiándolo mentalmente como nunca lo habí­a hecho antes. Los moretones casi no se notan ya.

— ¿Tienes hambre? — se voltea a verme y le sonrí­o normalmente. Me siento enfrentada a él y me sirve una porción de Kimchi humeante.

— Hoy fue un dí­a agotador, ¿no? Como faltaste 2 dí­as a la universidad, tuviste que ponerte al día con todo lo que vieron en clase — comento y me llevo kimchi a la boca. Está un poco picante.

— Leyeron casi un libro completo de 350 páginas en estos dos días. Mientras cambiaba de clase, tenía que ir por los pasillos leyendo para recuperar el tiempo — dice sonriendo. 

— Y te quedaste leyendo en la biblioteca, ¿no? Por la hora, digo.

— Si, dejé que el tiempo volara y cuando volví­ a mirar por la ventana, afuera estaba oscureciendo.

No dejo que ningún músculo de mi cuerpo se tense de forma inusual y continuo comiendo como si fuera una comida normal entre los dos aunque no lo es. Al menos, no para mi.

No fue a la universidad hoy, ¿por qué me está mintiendo, otra vez? 

Puedo controlar todo, menos mi mirada alerta y curiosa. Por eso no aparto mis ojos del plato mientras como y él me cuenta que hizo en el dí­a. Escucho a medias sus palabras porque tengo el presentimiento de que son puras mentiras. Miro a Jimin y me parece estar frente a un extraño, del que solo conozco el nombre; vuelvo en el tiempo a la primera vez que lo vi. Recuerdo que me parecía un chico lindo a primera vista, amable y confiable; es muy difí­cil percibir eso en las personas con tal solo verlas pero en él, eso sobresalí­a más que nada.

Ahora ya no sé.

Más tarde, Jungkook viene y pasamos un buen rato. Cuando Jimin se va a bañar y nos deja solos, me tiento y quisiera contarle las cosas que me han estado pasando últimamente, compartir mis sospechas y teorías con él pero siento que lo pondría en peligro a él también si lo hiciera, así­ que me lo guardo para mi misma. 

* * *

Hija, abre los ojos. Deja de observar y empieza a ver.

Me despierto sobresaltada y con el corazón latiéndome a mil. Soñé con mi madre; no sé si soñaba o estaba despierta porque anoche me costaba dormir. Mi mente no dejaba de divagar entre posibles situaciones y analizando cada detalle que se me ocurría. Que tan probable podría ser que fuesen reales y que tan improbables podrían ser al mismo tiempo.

|| Do You Remember Me? || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora