Eso quería decir que Jason también podía escuchar los latidos de mi corazón.

Pude sentir cómo el depositaba un corto beso en mi cabeza, y como acto seguido, mis mejillas se tiñeron de rojo. Hace menos de un mes, por el mundo entero me hubiese acercado al chico de cabello azul que no dejaba de acosarme en el grupo de apoyo, y ahora... parecía ser una de las personas en las que más confiaba.

- ¿Crees que alguien nos haya visto? - Le pregunté, una vez que pude formular palabras coherentes.

- Por su propio bien, espero que no.

Me sentía bien entre sus brazos. Eran duros, pero la manera en la que me acogía y la forma en la que estábamos juntos (debajo del bendito escritorio), me hacía sonrojar.

¿Él me gustaba?

La imagen de Kyle Moons cruzó por mi mente. Mañana era el día de las visitas, no lo veía hace una semana, y no quería verlo.

Cuándo me dispuse a hablar nuevamente, oímos unos pasos del otro lado del escritorio. Quedé helada, presa del miedo y del pánico. En silencio, Jason me enrolló más contra su pecho y yo lo apreté, hasta que me dolieron los brazos. Recordé las palabras de Logan: "No todos estamos aquí por suicidio, bulimia o anorexia. Aquí hay dementes, locos, psicópatas. ¡Asesinos!" y eso me hizo estremecer aún más.

Oímos cómo los pasos se detenían a unos pocos metros de nosotros, y juro por Dios de que quién haya sido quién estaba del otro lado, pudo haber oímos cómo mi corazón resonaba contra mi pecho. Los pasos comenzaron a moverse de un lado a otro, buscando algo... o alguien.

Jason y yo permanecimos en absoluto silencio, conteniendo la respiración.

Oímos cómo la persona escupía (parecía estar frustrada), y se alejaba de nosotros.

- Vámonos de aquí, Emma. -Dijo Jason, cuándo nos aseguramos de que se había ido.

Negué, por más de que estuviese muerta del miedo, no me iría. - No sin ver antes tu expediente.

El chico de cabello azul mantuvo su vista fija en mis ojos, sin expresar nada, simplemente me miraba.

Sus ojos eran negros, muy oscuros, y apenas podía distinguir bien su rostro ante tanta oscuridad. Y aún así, juro que nunca vi a nadie con facciones tan... perfectas.

- ¿Por qué no quieras que lo vea? - Me atreví a cuestionar.

Sin inmutarse, me contestó: - Porque cuándo sepas la verdad, jamás me volverás a ver de la misma manera.

Repentinamente me sentí frustrada.

- No podrás ocultarlo por siempre. - Mascullé molesta. - Estoy harta de no saber nada de este asqueroso lugar, nada de nadie ¡y menos de ti!

No quería levantar mucho la voz, pero quería gritar.

Jason permaneció en silencio, simplemente me miraba.

Me giré, decidida a buscar el expediente de Jason, con o sin Jason.

Sin embargo, no di ni tres pasos cuándo sentí la mano fría de Jason cubriendo mi brazo. Me detuvo y me giro. Cuándo quise protestar, Jason hizo algo que nunca me hubiese imaginado:

Me besó.

Sus delgados labios se estamparon contra los míos, mientras que con sus ambas manos sujetaba mi rostro. Lo sentí besarme despacio, con suavidad, casi con miedo. No tardé ni cinco minutos en reaccionar ante el beso, y esta vez, cerré los ojos voluntariamente. Me fundí en el beso cómo si después de tanto tiempo ahogándote, consigues respirar una bocanada de aire. Quería tocarlo, quería sentir su cuerpo. Mis manos fueron hasta su cintura y lo mantuve cerca de mí, mientras nos besábamos en la oscuridad. Correspondía a su beso apenas sus labios me rozaban, sus labios eran cálidos y esponjosos, más de lo que me imaginaba. No podía describirlo, nunca me había sentido tan nerviosa y tan tranquila a la vez.

EnigmaticWhere stories live. Discover now