Hasta nunca, Malfoy

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Rose tomó asiento en el pupitre junto a Rebecca, que tenía una pluma con corrector ortográfico incorporado en su palma.
Les tocaba defensa contra las artes oscuras con Slytherin los lunes por la mañana, así que el ambiente estaba tenso.
Su amiga despegó los labios para decir algo cuando la profesora Spinnet irrumpió en el aula; Le dedicó una sonrisa amigable a Rose antes de dar una charla sobre duelos, y anotar unos hechizos básicos sobre el pizarrón.
Entre los cuales destacaban: Expelliarmus, protego, petrificus totalus y accio.
-Bien-murmuró sonriendo-¿Alguien tiene idea sobre al menos 7 hechizos más que puedan usar en un duelo?
Rose, Albus, Rebecca y Scorpius alzaron las manos.
-Albus contra Rebecca-La profesora Spinnet señaló la parte vacía de la habitación.
Rose torció una leve sonrisa, y se sentó en el banco medio vacío, mientras Scorpius se sentaba en el otro banco.
Rebecca y Albus se inclinaron, y una sarta de hechizos volaban de un lado a otro sobre las paredes:
-¡Bombarda!-terminó Rebecca finalmente provocando que Albus se agachara rápidamente, cayendo al suelo por su propia cuenta.
La clase entera les dedicó un cortes aplauso y Albus le dio un pequeño coscorrón entre risas a Rebecca antes de hacerle una reverencia exagerada.
-Scorpius y Rose-declaró Spinnet al tiempo que se escuchaban silbidos. Rose sintió la sangre hervir cuando un par de chicos de Slytherin se burlaban.
Rebecca carraspeó un poco antes de encender su varita en llamas y apuntarlos con una malvada risa hasta que se callaron, la profesora Spinnet hizo como que no había visto nada y dio por iniciada la pelea.

Scorpius se revolvió el cabello rubio soltando un bostezo, alzó la varita y pronunció un Confundus que dejó a Rose atontada, pero aspiró a pesar de eso y un chorro de agua cayó directo en la cara de el muchacho, que soltó una maldición antes de acercarse con la intención de aturdirla, pero Rose fue más rápida y se precipitó para lanzar un hechizo al mismo tiempo que Scorpius, enredando sus pies y cayendo al suelo.
-Quítate de encima, Malfoy-le chilló Rose dándole golpes en el estómago.
-¡AHG, YA QUISIERAS ESTA SUERTE WEASLEY!-le reprendió él apartando el rostro lo más rápido posible, mientras resonaban las risas de la clase entera.
Rose enrojeció sin querer cuando él se incorporaba a duras penas. Su pálido rostro estaba levemente rosado y sus hoyuelos se marcaban aún más.
-Bueno, bueno-dijo la profesora aguantando la risa también- Pueden salir.
Rose miró con odio a Scorpius y mordió la punta de su varita con frustración antes de abandonar el aula lleno de alumnos cuchicheando.
Rebecca estaba charlando animadamente con Albus, y se frotó el rostro cansada.
Para cuándo llegaron al gran comedor un montón de jovencitas se arremolinaban en el habitual asiento en la mesa de Gryffindor.
-¡Es ella!-chilló Debrah Choudry angustiada y Cassie Burrow arqueó sus cejas perfiladas con recelo:
-No pierdes la oportunidad para lanzarte sobre Scorpius¿O sí, Weasley?
Un trío de chiquillas menores se burlaron esbozando risas desagradables.
Rose apretó los puños y despegó los labios con frustración, pero una voz rasposa dijo tras ella:
-No deberían preocuparse por esa chica ridícula, ella no es nada para mi realmente-concluyó bostezando.
El montón de chicas rodeó a Scorpius tocando sus brazos y riéndose, esta vez no burlándose, si no avergonzadas.
-No podría haberlo dicho mejor.
-Seguro que no Weasley, no puedes hacer nada mejor que yo-se burló Scorpius cruzando los brazos.
-Tener decencia sí-le escupió Rose marchándose con la frente hirviendo mientras sentía un sabor amargo escurrir por la garganta.
-¡Ya verás Weasley!-Gimieron Cassie y Debrah al unísono.

Rose subió las escaleras hasta dar con una estatua enorme.
-¡Cucuracharas asadas!-le gritó a la estatua antes de subir al vestíbulo de la profesora McGonagall.
-Señorita Weasley-la profesora acomodó sus lentes en el puente de la nariz sorprendida.
-¡Scorpius Malfoy!
-¿Qué pasa con Scorpius?
Rose meditó unos instantes. Reprocharle a McGonagall por una tontería como esa no tendría sentido para nadie, así que prefirió librarse de algo que la atormentaba hace un rato: la prueba.
Tragó lastimeramente y comenzó a fingir el llanto.
-¡Oh profesora, no sé que hacer!
-Tranquila, Weasley, toma asiento.
-Gracias...hip, profesora... Es que el joven Malfoy ¡sñif! Me gusta tanto, ya no sé que hacer... Sé que ha sido una tontería hablarle de esto aquí y ahora pero no he encontrado otra opción.
-Creí que la señorita Finnigan era una gran amiga-reflexionó McGonagall en voz alta.
-Claro-Rose se refregó los ojos lagrimeando-Es que ella me ha recomendado venir aquí, ya sabe, es tan complicado...pero tiene razón, no sé que idea tonta se me pasó por la cabeza...
-Toma un dulce, Weasley.
-¿Eh?-Rose frenó de golpe, no se esperaba tener que aceptar un consejo de verdad.
-Cuando tu madre tenía cerca de tu edad, también tenía problemas-comentó la directora con inesperada emoción-con un joven desgreñado pelirrojo al cual debes conocer.
-¡Papá!
-Tu madre se sentó en mi despacho, lo creas o no, a conversar sobre este tema, porque sus emociones influían en sus estudios-hizo una pausa- a causa de una señorita de nombre Lavender.
-¿Sí?- Rose pegó un salto.
-Esta muchacha amiga de tu madre era la novia del joven, Rose-exhaló la directora-Era la novia del joven Weasley. Ahora bien, mi experiencia con los Weasley es problemática, sin excepción.

Rose se ruborizó.
-Le aconsejé a la señorita Granger que ignorara el hecho-carraspeó-pero eso evidentemente funcionó a medias, así que, Señorita Weasley probablemente ocurriría algo similar.
-¿Entonces?
-Mi consejo es que sea valiente, Weasley-Rose casi atisbó una sonrisita en su rostro- Al fin y al cabo, está en Gryffindor.
-Gracias profesora.
Inclinó la cabeza y casi giró el pomo de la puerta cuando Slughorn entró en la habitación.
Sus ojos brillantes debajo de su bigote de morsa resaltaban tanto que mareaban:
-¡Malfoy y Weasley!
-Profesor Slughorn...
-¡Y aquella maravillosa historia sobre la señorita Granger, como olvidarlo!
-¡Profesor!-gritaron ambas cansadas.
-Guardaré su secreto señorita Weasley-Slughorn se rió- pero no se preocupe, encontraré la forma de que usted y Malfoy pasen más tiempo juntos.
Rose se dio con la palma en la frente saliendo del despacho sin dejar de lamentarse hasta que llegó a la torre de Gryffindor.
¡Malfoy! Lo que más deseaba en este momento...sí claaaaro.
-¿Qué te pasó?
-¿Te preocupa la chica ridícula?-Rose se giró sin ánimo- por cierto, ya cumplí el estúpido reto, Malfoy.
-Weasley, te pregunto porque llegaste hirviendo-se rascó la mejilla.
-¡Eres un cretino asqueroso!- Rose sintió que estaba vomitando todas sus emociones en una frase.
-¿Ya?
-¿Ya qué?
-¿Estas contenta? Porque tengo un montón de chicas que podrían lanzarse maldiciones imperdonables por mi, y tú crees que de verdad me importa un poco si me hablas o no.

Rose sintió que el pecho le apretaba tan fuerte que se obligó a irse de ahí y subir a los dormitorios, aguantando las lágrimas que luchaban por asomarse en su rostro. Odiaba tener tantos problemas ridículos por culpa de él, y era hora de deshacerse de ellos, era tiempo de sacarlo de su radar para siempre.
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Ojalá les guste, hace un rato que no actualizaba, pero traté de dar lo mejor para este capítulo👀
#Tomaunagalletapotter #tomaundulceweasley #mcgonagallshipper

Mal...foyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora