Subió hasta su cuarto cogiendo su bolso y su celular. Escribió una notita y bajó a dejarla en la puerta de la nevera como en los viejos tiempos, pero como sabía que por falta de tiempo no la vería le envió un mensaje al secretario de su padre con la esperanza de que le anuncie a donde iría.

Prometido, se quedó una noche pero ya tenía que salir. Hace pocas semanas, antes de retornar a Seul, decidió buscar casas o departamentos que estuvieran a su gusto. Él amaba y era partícipe de lo vintage-contemporáneo, por lo que buscaba casas en las que él podía encontrar comodidad; para su buena suerte encontró una hermosa a las afueras de Seul "al menos y podré salir del estrés de la ciudad" pensó.

Cogió un taxi dándole la dirección del lugar y subiéndose. En el trayecto iba recordando esa despampanante sonrisa alineada y fina. "¿Será alguien de la universidad?. No, nadie se tomaría la molestia de seguirme, ¿o si?" pensó. Muchas preguntas atormentaban al muchacho, preguntas que no conseguía tener respuestas; una voz lo hizo salir del trance y al ver por la ventanilla se percató habían llegado. Agradeció a aquel señor dándole cinco dólares porque no tenía dinero propio del país, "quédese con el cambio" y se bajó del auto.

Revisó bien la dirección en su móvil, estaba en el lugar correcto. Llamó al dueño y le dijo que estaba fuera de ésta, a los segundos un hermoso hombre a su misma altura le dedicó una sonrisa.

-¿Joven Xiao?. Buenos días, pase por favor.

-Buenos días, muchas gracias.

-¿Le apetece comenzar con el recorrido?

-Por su puesto.

-¡Que despistado!-estrechó su mano- mi nombre es Jongdae.
Dieron un recorrido por la casa, por cada habitación haciendo que Luhan se quedara más sorprendido por cada pieza y boquiabierto con el final: una piscina que daba vista al mar. ¡Preciosa!

-Espero haya traído los papeles suficientes. ¡La compro!

Anunció satisfecho el pelinegro.

Luego de un momento de papeleo y la entrega de llaves, Jongdae se despide dejando a solas a Luhan quien se había convertido en el nuevo propietario. Sacó el móvil de su bolsillo derecho, dejándole su dirección en un mensaje. Cual niño dio un segundo recorrido, esta vez para inspeccionar más a fondo. Los marcos eran de madera y las puertas daban un aspecto gastado, en embargo no lo estaban; las paredes brillaban de un color perla y el piso daba un aspecto de ser de madera, se podía sentir la brisa húmeda pero a la vez cálida que le obsequiaba el mar. Esa casa fue lo mejor que pudo haber comprado, el muchacho irradiaba alegría por su nueva compra.

Afuera.

¡Al fin llegó!. Casi corriendo salió por la puerta, guardando las llaves en su bolsillo. Frente a su casa se encontraba estacionado un auto rojo deportivo, del cual bajaba una figura familiar. Un hombre a su tamaño de cabellos castaños perfectamente despeinados, dentro de una camisa jean y pantalones cortos caminaba frente a él. Aquel chico de sonrisa rectangular no había cambiado nada, seguía siendo el mismo crio hermoso y la pantalla no hacía injusticia a su favor; se conservaba tan lindo como antes.

-¡Luhan!- corrió a su costado y lo tumbó de un solo abrazo.

-Hombre pero si no has cambiado, ahora. ¡Quítate de mí!

Ambos rieron y se levantaron del piso.

-Era broma. –sonrió-¿Tan pronto llegaste? Pensé demorarías un poco.

-¿Y perder el tiempo?¡Jamás!, debes enterarte de muchas cosas e ir a muchos lugares que han cambiado a parte ¡Tienes casa nueva!; debemos de comprar todo lo que sea posible para que...

Baekhyun era el más emocionado, sonreía y daba muchas ideas; por otro lado Luhan solo se encargaba de mirarlo enternecidamente, su amigo estaba frente a él y le agradaba que volvieran juntos.

-¡XIAO!¿Me estás escuchando?
-¿Qué? Sí, claro.

-Te pregunté si podíamos ir a un club por la noche. Estará genial, ¿te animas?-le palmeo su espalda.

-Claro, te dije haríamos cosas juntos.

Y tras decir esto entraron al auto. El deportivo de Baek había sido regalo de su hermano Jongin cuando este cumplió veinte años. Ahora ambos tenían veintidós años y el castaño podía lucirlo ante todos.

Contaron anécdotas y cantaron al ritmo de la consola del deportivo, se prometieron comprar muchas cosas para la casa de Luhan y al finalizar otro día harían una fiesta, aunque el pelinegro no estaba tan seguro acerca de ese último; fue un chico muy recatado y nunca trató de hacer tanto escándalo, su padre era el presidente y debía de ser mirado como el mejor hijo aunque no fuera así del todo. Baek seguía narrando historias algo conmovido y divertido, le contó que estaba saliendo con un chico menor que el, al principio le daba clases particulares de matemática pero poco a poco esa ayuda y amistad se volvió en algo más a lo que ellos no podían oprimir; ahora iban un año juntos a pesar de que la familia de ChanYeol no se llevara bien con Baekhyun. El momento en que el chico alto les presentó al castaño a su familia sus padres no lo entendieron, odiaron a Baek por meterle ideas en su cabeza y alejándolo de él, felizmente Jongin pudo hablar con la hermana de Yeol (quien apoyaba a la relación) para que dejase que se continuaran viendo, ahora los padres de él no están tan contentos por la orientación sexual de su hijo; sin embargo les importa su felicidad es por eso permiten se sigan viendo.

-Menudo rollo. ¿Y ahora andas bien con su familia?

-No del todo, su padre no soporta tanto verme puede cruzar palabras conmigo pero termina alejándose. Es algo duro.

-Lo siento mucho.

-Déjalo, no pasa nada-sonrió débilmente- además, estoy feliz con ChanYeol. Espero y no te haya molestado que no lo comente en nuestras charlas, no sabía cómo te lo tomarías.

-Te entiendo, no te preocupes. Ahora, ¿me dices a dónde vamos?

-Al restaurante de la hermana de ChanYeol.

- ¡¿ESTÁS LOCO?!¿Y si su padre está allí?
-Es mi cuñada, además me adora y por su padre no te preocupes, es un hombre muy inusual.

-Estás loco.

-Pero así eres mi amigo.

Era cierto, casi veinte años como amigos. ¡Eran hermanos! O al menos no de sangre. El Señor Xiao con el Señor Byun eran amigos desde siempre, cuando el Señor Xiao se divorció de la madre de Luhan, este fue un gran soporte y le ayudó a seguir adelante; a pesar de que el padre de Baek sea solo un ayudante del presidente, se dedica más a los negocios internacionales de Corea con otros países. Desde allí Baek y Luhan tenían ese lazo amical.

Pasaban las avenidas y al fin llegaron a la cafetería de la señorita Yora Park, quien estaba en la puerta principal; era una chica hermosa, de cabellos largos recogidos en una coleta y vestida de color crema, adorable; tenía una bella sonrisa que adornaba su rostro y deslumbraba junto a sus hermosos ojos.

Salimos del auto deportivo y caminamos a por la chica.

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Nota: Esta es la primera parte del capítulo 1, serán 5 capítulos super extensos divididos en dos partes. Es el primer HunHan escribo, espero me apoyen con sus votos, si es que les llegase a gustar. Mañana estoy subiendo la segunda parte. Si les gustó la primera parte me gustaría me den su apoyo para saber les está gustando. ^^ 




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