Mi bello genio // Yoonmin

Acostumbrándome a mi bello genio

*Sé que me tardé muchísimo en subir pero entiendanme, la compu de mi hermana-que es la que uso- estaba bloqueada y bueno, hasta que la arregló pasó mucho, además de que se la llevó para terminar un trabajo. Mianhe, pero como recompensa éste capítulo son 16 hojas de word-el otro sólo tenía como 6-. Ah, me inspiré; espero que no sea muy molesto leer tanto u.u. Esperen la próxima actualización juseyo! <3

- Jimin, no me mires así... - Murmuró Yoongi apenado, pues Jimin había sorprendido al mayor, y éste, impresionado, lo había golpeado con su balón de básquet. De todas maneras, ya habían pasado unos minutos desde que eso pasó, y Jimin seguía en la esquina de su habitación mirándolo como si Yoongi fuera el terrorista más temido de todo el planeta. Jimin sólo había intentado demostrarle sus hechizos, pero Yoongi se asustó cuando el pelirrojo apareció un pájaro en su mano. - No lo volveré a hacer... - Dijo aún más despacio; pero Jimin logró escucharlo. Yoongi realmente lo sentía, y ver esos ojos de color rosa grisáceo, lo hacían sentir aún peor. Hace sólo unos momentos esos ojos eran de color verde y hasta se podía ver una pizca de luz naranja en las orillas... ¿Tan rápido cambiaron a ése rosa tan odioso? Lo más irónico es que yo debería ser el atemorizado... De todas formas, aún me fascinan sus ojos... pensó el mayor mientras se sentaba contra la pared, sobre su cama.

- D-De acuerdo... - El menor se decidió a acercarse lentamente, hasta donde se encontraba el pelinegro. Vio como Yoongi estaba algo incómodo y no lo miraba a los ojos. ¿Tal vez había exagerado? Sus padres siempre le habían dicho que era un extremista. Llegó hasta la punta de la cama y se sentó exactamente igual que Yoongi; colocó sus manos dentro de sus piernas abiertas, mientras que su cabeza caía hacía un lado. - Lo siento, siempre me han dicho ya que soy muy exagerado, amo. No quería ponerte incómodo. - Yoongi miró sus ojos rosas y no pudo evitar sonreír con un poco de culpa.

- En realidad, yo debería estar pidiendo esas disculpas... Pero no lo voy a hacer porque Min Yoon Gi nunca dice perdón. - Dijo con la mirada seria cruzando sus brazos en su pecho mientras observaba como ese hermoso ser lucía mucho más tierno y adorable que él, aunque era la misma y exacta posición. Yoongi irradiaba firmeza, mientras que Jimin irradiaba algo de culpa y delicadeza. Era la misma posición, pero lucían completamente diferentes. - Oh, y deberías decirme hyung, creo que eres más joven que yo en años... ¿midga-qué? Eso que me habías dicho... - Dijo algo confuso Yoongi. Pues el menor había estado explicándole que tenía unos cuantos años de donde venía, pero que un año humano se contaba como 50 de allí. De todas formas, en años "midgardianos", el menor sólo tenía unos 16. El menor río, ya algo aliviado, ya que el mayor había escuchado toda la charla y ahora parecía bien con la idea de que tenía un genio casi como mascota.

- De acuerdo, ¿hyueong? ¿hyun? - Pregunto confundido ahora Jimin. Aún no entendía todo sobre ésta cultura de Corea - ¿Y debo decirlo siempre o a veces? ¿Antes o después del nombre? ¿Significa algo en especial? - Jimin comenzó a preguntar todo tan emocionado, que Yoongi se estremeció. En toda mi vida conocí una persona tan emotiva... pensó el pelinegro mientras sonreía brevemente.

- Hyung se usa después de mi nombre, Jimin. Significa que soy mayor que tú, aquí en Corea... - Yoongi planeaba seguir explicándole al menor pero al ver como sus ojos cambiaban a un color naranja, bastante enérgico, lo desconcentró. ¿Quién no se desconcentraría al ver como un color se cambiaba, reemplazando a otro? Esos colores parecían olas del mar, cuando suben y bajan, cuando se llevan el agua sucia de la orilla y traen la limpia. También como cuando el sol se está escondiendo y todos los colores del cielo cambian drásticamente; los colores fríos y los cálidos. Los ojos del menor eran como un paisaje, que cambiaba de color todo el tiempo, como un mar, un océano, un hermoso firmamento. - ¿Qué significa el naranja, Jimin? - Preguntó interesado al menor, sus comunes ojos marrones siguiendo a esos fascinantes ojos inhumanos mientras brillaban con algunos tonos amarillentos.