Capítulo 1

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Liam

—Mierda.—Saqué el sobre del cesto de la basura. —Sólo ábrelo.—Lo giré y enganché mi dedo justo debajo de la solapa. —Mierda.— Resoplé y lo tiré de vuelta a la basura. Esto era ridículo. Dejé el cuarto. Dos minutos después, estaba de vuelta, tomando la maldita cosa de la basura por enésima vez en el día. —Vamos, Liam,— me animé a mí mismo. —Sólo abre el maldito sobre.

Todo esto era culpa de Melissa. Ella y su "puedes ser lo que sea que quieras" y toda esa mierda. ¿Quién diablos iba a dejar a un chico recién salido de rehabilitación en su escuela? Seguramente esas personas no. Tiré el sobre nuevamente a la basura.

Necesitaba una bebida. Por supuesto, no tenía una bebida. Seguía teniendo esa tendencia a hacerme adicto a las cosas, así que básicamente: si mucho de algo podía matarte, me mantendría apartado de eso. No iba a volver a rehabilitación.

Supongo que no había sido del todo malo. Conocí a Melissa. Ella era mi consejera al decir no a las reuniones de crack. Ella sacó lo peor de mí, pero era justo lo que necesitaba. Desde que Claudia y Daniel estaban siempre en la carretera, Melissa se presentaba cada vez, ahora y en ese entonces, para patear mi trasero y asegurarse de que me mantuviera limpio. Ella fue quien empujó las solicitudes por mi garganta hasta que finalmente las llené. No tenía intención de mandarlas, de hecho. Debió ser Melissa quien lo hizo.

Bueno, ella podría abrir la maldita cosa. No iba a ser rechazado.

Me tumbé en el sofá y tomé el control remoto. Pasé por los canales tratando de encontrar algo más que reality shows. ¿Cuántos más programas estúpidos podrían hacer? Tal vez debería mandar una solicitud para eso. Ellos siempre tenían a la gente más jodida que se podían encontrar. Seguramente, calificaría.

—Carajo—susurré. No podía evitarlo más. Tomé mi carta de rechazo de la basura y la rasgué para abrirla antes de que pudiera evitarlo nuevamente.

Estimado Sr. Dunbar,

—Estamos insultados de que nos enviara su solicitud—murmuré. Entonces, inhalé y continué leyendo la carta actual en vez de hacer la mía.

Felicitaciones.

¿Qué diablos?

Es un gran placer ofrecerle la entrada a la generación 2015.

Arrojé el papel. Mierda. Iba a regresar a la escuela. La primera vez no había sido un gran suceso. Ahora estos lunáticos decanos de admisiones me estaban dejando entrar otra vez.

Levanté la carta, tomé un par de respiraciones profundas y seguí leyendo. Esta era mi oportunidad para actuar responsablemente y hacer algo con mi vida, y esto me aterraba hasta el tuétano. No quería hacerlo solo.

Claudia y Daniel no iban a ser de ayuda. Ellos me habían dejado tiempo atrás. Tiraban dinero en mi cuenta para mantenerme lejos de su vida, ni siquiera habían sabido que estuve en rehabilitación. Casi quemas una casita, y la gente enloquece. Ni que hubiera sido a propósito. Juro que la gente camina en sueños; tenía sentido que yo tratara de fumar en el mío. Supongo que no debería bromear al respecto. Esa mierda estuvo a punto de matarme.

John probablemente me ayudaría si se lo pidiera. Era extraño que fuera más cercano al ex marido de mi madre que a mis propios padres. Cada vez que me quedaba en su casa, él siempre me trataba como otro hijo. Es por eso que no podía llamarlo. No tenía derecho.

Eso dejaba a Stiles, mi lunático hermano. Él incluso vivía cerca de la maldita escuela. Stiles trató de ayudarme en el pasado, pero era simplemente demasiado teniendo un niño. Sabía que me amaba, pero Leonardo era su vida, y la última vez que lo había visto las cosas no habían salido del todo bien.

Oficial buenoteWhere stories live. Discover now