Capitulo 15

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Nada más que salió del aeropuerto, el calor le golpeó en la cara, como si también le recriminara un abandono. Había dejado Corea lleno de nieve y en cambio, allí brillaba el sol tanto como recordaba. Se quito la chaqueta de punto gris y la plegó sobre su maleta mientras buscaba un Taxi.

Deseaba ir directamente a por Abbi. Su cuerpo parecía sentir lo cerca que estaban y le pedía ir a buscarla para tomarla entre sus brazos y no soltarla jamás. Pero no podía, aquello era imposible y no solo por las amenazas de su madre. Era probable que Abbi ya no quisiera estar con él. Durante el vuelo el miedo y los reproches le impidieron si quiera dormir. Tenía claro que su primer error era no haberle contado la verdad.

"¿En qué mundo, ser olvidado por ella puede ser una buena idea Henry?" se recriminó la ligereza con la que decidió aquello. En el fondo se dejó llevar por aquellas historias que había visto mil y una vez en los dramas, dando por hecho que el amor que vio en los ojos de la chica podría aguantar, aferrado a un recuerdo durante años hasta que el volviera a ella. Como si no fuera a olvidarle, como si no pudiera conocer a otro.

“¿Otro? No quiero ni imaginarlo” Si ella y Sang Jae estaban juntos no lo encajaría de ninguna manera. Su vida, ya de por si desmoronada, se quedaría en la más absoluta ruina. Ahí ni el plan de Philip, ni revelar el verdadero motivo por el que se fue, servirian de nada. Perdería por completo a la mujer que ama y a su mejor amigo.

Un ruido, que provenía de su estomago le llamo la atención. Pese, a viajar en primera clase, la comida del avión le sabia fatal y no comió nada durante el vuelo, así que decidió que pararía a comer algo antes de acercarse al hotel. Cuando subió al taxi le indico al chofer el lugar al que quería ir para saciar su hambre y sus recuerdos.

Abbi entro en el baño con un cesto de productos de limpieza y unos guantes amarillos de goma sobre el hombro.

—No pienso limpiarlo, tengo una cita —advirtió Valeria que se maquillaba frente al espejo.

—Lo sé, voy a hacerlo yo —se puso los guantes de goma con dificultad.

Valeria se apartó del espejo lentamente.

—Normalmente me sobornas para que haga tu tuno de baño —replico extrañada— ¿Y ahora decides que haces el mío sin más?

Abbi se encogió de hombros con aire decaído y se agacho sobre la bañera. Su hermana la observó un momento y después chistó molesta.

— ¡Alto ahí! solo las amas de casa depresivas se consuelan limpiando —le apunto con una brocha de colorete—. Si estas de bajón, por lo que sea, sal por ahí a divertirte un poco.

—Itzel está trabajando. Y con Jae he quedado algo más tarde —comenzó a frotar con énfasis.

—Porque no vas a ayudar a mama en la escuela —sugirió mientras se perfilaba los labios con un rojo intenso.

—Están de excursión en la playa. ¿Por qué crees que preparo tantos bocadillos esta mañana?

—Pensé que eran para papa, desde que ha recuperado el apetito no queda ni una miga de pan por comer en esta casa —Abbi froto ruidosamente de nuevo. Valeria la miro de reojo mientras se ponía unos pendientes con cuentas—. Me haces sentir fatal. Con esa cara de cenicienta y esos guantes tan feos. ¡Venga, quítatelos! vamos a comer por ahí.

—Pero, ¿No tenías una cita? —preguntó soplándose un mechón de pelo que le caía sobre los ojos.

—Bueno, con el podre comer otro día —alzo las cejas varias veces insinuando algo que hizo que  Abbi pusiera cara de asco—. ¿A dónde quieres ir?

Cuando entraron por la puerta, Sun las recibió con una amplia sonrisa mientras las dirigía a una pequeña mesa junto a las ventanas que daban a la playa.

Olvidé quien era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora