Cap 17

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Luis apenas colocó un píe sobre el hospital cuando estaba siendo atendido por los doctores, las personas asomaban sus cabezas, curiosos, preguntándose qué estaba sucediendo. Un inmenso alboroto de enfermeras, doctores dispersándose a su lado para correr hacia la sala de urgencias con dos vidas a punto de morir. Luis desesperado los sigue a ambos, pero es impedido por los doctores haciendo que se deje caer sobre las sillas de algodón, pasándose las manos por el rostro rezando para que todo resulte bien.

Chloe es llevada hacia la sala de urgencias quitando sus prendas para colocarle dos planchas sobre su corazón para hacerlo funcionar. Se escuchan los gritos de los doctores, diciéndole una y otra vez a que prosiga. Los frota, lo vuelve a poner sobre su pecho y ve que su respirar es dificultoso. Cierra sus ojos con fuerza.

-¡La estamos perdiendo! -grita desesperado, nuevamente tratando de revivirla. Pero nada parece funcionar, su respirar se ha ido, los latidos de su corazón apenas se sienten... ya no tiembla, ya no respira... ¿Se ha ido realmente?-. ¡Vamos muchachos, podemos hacerlo nuevamente!



Abre sus ojos, el cielo es tan celeste como sus propios ojos. El brillo del sol se cuela entre sus ojos causándole un malestar sobre su vista, de pronto se siente como en el mismo sueño donde Sugase había aparecido al igual que su padre. Pero nadie está, se encuentra sólo consigo misma.

Se sienta, pero no siente la necesidad de ver en dónde se encuentra, porque sabe realmente que es un lugar magnífico sin siquiera observalo. Su corazón se siente en paz, su alma se siente en paz. La noche está cayendo de pronto, ella frunce su ceño. ¿Cómo en un minuto podría oscurecer? Ni el sol ni la luna se encuentran. Pareciera que estuviesen tomando una oportunidad para encontrarse a escondidas y a seguir con su amor distanciado.

Ella sonríe, de pronto se siente tan libre como una mariposa. No tiene alas, pero pareciera que estuviera volando. Sus cabellos caobas se esparcen contra la brisa enredándose uno contra otros, no siente ningún malestar sobre su corazón, ningún sentimiento. Ningún miedo, está feliz, de pronto.

Se coloca de píe sacudiéndose el trasero, y sonríe dando vueltas, se siente una niña pequeña... se siente como aquellos días de campo que pasaba con sus padres, con ellos mimándola y diciéndole lo mucho que la querían. Dándole vueltas por todo el alrededor. Una luz ilumina su camino, confundida, trata de tocarla con la yema de sus dedos, pero pega un brinco cuando le toma corriente.

Aquella luz comienza a avanzar lentamente hacia un túnel fúnebre y oscuro como el mismo cielo. Chloe, curiosa, comienza a caminar en dirección hacia él, algo le dice que si no lo sigue, puede sentirse perdida. Aquélla luz puede ser el lucero que guíe su vida, sus instintos lo dicen. Toca el césped con la punta de sus píes un poco insegura. Pero al ver como el lucero va más de prisa hacia al frente como un meteorito, apresura sus pasos siguiéndolo con un sabor extraño en su garganta. No puede hablar, las palabras no salen de su boca... sus palabras se han quedado mudas sobre su garganta. Lleva puesto su mejor vestido, es blanquillo como el aureola de un ángel. Sus píes están descalzos, su cabello revuelto contra la brisa, y natural. Sin duda alguna, posee una belleza única, y todos los Dioses son conscientes de ello. El astro se encuentra sobre un bosque, que la conduce para adentrarse. Sus plantas chocan contra las rocas puntiagudas de la pradera. Pero apenas puede sentir dolor. Se escuchan gritos desde el fondo, unos gritos que le llegan al fondo de su ser. Aquél lucero la guía sobre árboles enredados uno contra otros, al igual que sus ramas. Pasa por debajo de éstas y se queda petrificada. Suga está sobre una camilla, con doctores abriéndole dentro de su cuerpo, con tijeras sobre sus manos. Él está inconsciente. Inevitablemente, sus ojos se llenan de lágrimas, camina hacia él en silencio. No puede ver el procedimiento de la operación, porque las corpulentas espaldas de los cirujanos se lo impiden. No puede pasar, pero cuando toca el hombro de un señor, le atraviesa el cuerpo. Abre sus ojos sorprendida ante tal tacto, ¿Su mano... acababa de atravesar un cuerpo humano?

Dark innocence | Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora