Epílogo. It Will Rain.

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(Narra Logan)

Habían pasado ya tres años desde ese día en que Scarlett y yo volvimos a Nueva York. Ella había sido una gran mujer para mí, simplemente una chica realmente inolvidable. Se la pasaba todo el día haciéndome reír. Ella había aprendido a cocinar para mantener a su "hombre" diciéndome o dándome una buena excusa para premiarla, ¿cómo? Con gomitas rojas en forma de osos.

Sus padres nos visitaban bastante seguido y nos decían que éramos el matrimonio más joven y unido que ellos habían conocido jamás. ¿Matrimonio? Sí, le había pedido que se casara conmigo al año de vivir juntos.

Simplemente quería que ella fuera mía con todas las de la ley. Niall y Harry fueron los únicos que asistieron a la boda. Liam y Louis se quedaron con Zayn para disimular su ausencia. Cuando vieron a Scarlett los tres se pusieron a llorar, ella les extrañaba mucho y aunque hablara con ellos la mayoría de las noches; no se comparaba con tenerlos en carne y hueso para abrazarlos, y morderles las mejillas.

No podían creer que nos casáramos tan jóvenes y aunque tenía todavía mucho por conocer, ambos teníamos una meta en común, aguantarnos, crecer, madurar más y descubrir el mundo juntos.

Aún recuerdo cuando se lo pedí. Ambos estábamos en Ucrania, habíamos decidido andar de mochileros por unos meses. Jamás creí que tendríamos el dinero suficiente para costearnos algo así, además había gente que nos apoyaba mucho en el camino. Cuando llegamos al gran tunel de Árboles Klevan. Era un túnel donde antiguamente pasaba un tren, pero luego lo cancelaron y la vegetación se apropió de este, dejando solo hojas y pasto verde. Ahora se le llama "El vórtice del Paraíso".

Cuando llegamos, ella se paró al lado de mí y luego comenzó a correr hacia adentro, con una gran sonrisa, extendiendo los brazos y gritando: "eco" a lo cual no hubo voz que le respondiera. Me miró y en sus labios se le extendió esa gran sonrisa que yo tanto amaba.

-Scarlett –le llamé y ella me observó acercándose a mí tentadoramente.

- Hay algo que tengo que pedirte... -mencioné y ella curiosa asintió.

- ¿Qué pasa? –preguntó-. Juro que no me vuelvo a comer tu dona, a menos que tú te comas primero las mías.

- No –dije riendo debido a sus extraños recuerdos- ¿Qué pasaría si yo te jurara amor eterno?

- Bueno... -ella miró al cielo y luego a su alrededor- que estamos en el lugar correcto como para escuchar un discurso –reí-. No lo sé Logan; posiblemente me ponga sensible y me ponga a llorar. Soy algo patética en cuanto a los sentimientos.

- Entonces... -tomé su mano y me arrodillé frente a ella. Ella se apartó de mí y comenzó a caminar hacia atrás dejándome allí hincado, solo viéndola correr hacia atrás con la mano en el pecho y la otra extendida hacia un costado-. Sabes que aunque huyas siempre vas a regresar a casa.

- ¿Estás haciendo lo que yo pienso que haces? –preguntó.

- Estás cortando toda mi inspiración, ¿te puedes callar? Esto de por si es bastante difícil –dije y ella rió nerviosa.

Me le quedé mirando así por un par de segundos hasta que reuní el valor suficiente como para hablar con ella. Busqué en mis bolsillos y saqué la cajita azul con el moño blanco. Ella soltó un gritito y yo reí.

-Sé que tal vez no te lo esperabas. Que somos muy jóvenes, que tal vez es este momento en el que tú te pones a correr en lo que yo miro al suelo para abrocharme los cordones de los zapatos. Sé que soy un pobre hombre con sentimientos de dulce... con el valor de un grillo comparado con el tuyo. Con cara de niño pequeño, sin maldad en el corazón, uno que ni siquiera te domina... -la observé y ella lloraba mientras yo le hablaba- pero eres la única mujer que ha hecho que este corazón que tengo en el pecho lata de la forma en la que lo hace. Que se le nuble el pensamiento con solo una sonrisa o una caricia. La única persona que puede hacer que yo me levante a mitad de la noche porque la señorita quiere un te de manzanilla...

It Will Rain IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora