Un poco de amor.

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En ese momento pude ver como Ross se acercaba cada vez más a mí. Podía sentir claramente su respiración sobre mi piel, lo cual me llamó bastante la atención, era una nueva sensación y era algo tan cálido que daba gusto, era algo completamente fascinante, algo realmente excitante. Bueno... en ese momento cerré mis ojos, porque es lo que sentí que debía hacer, fue como un instinto que llegó a mí, sin pensarlo. Y así es como... sentí los labios de Ross sobre los míos. Al principio dejé mis labios quietos, estaba disfrutando los labios de Ross, que se sentían mojados, pero deliciosos. Sus labios tenían un sabor, increíble, incluso mejor que su olor. Después de que me sentí más cómoda con el beso, me uní a él. Empezamos a movernos rítmicamente, y el beso continuaba. Cuando nos separamos para poder respirar bien, abrí mis ojos.

Cuando abrí mis ojos, pude ver que Ross sonreía ampliamente, su sonrisa era realmente hermosa. Por alguna razón, toqué mis labios y era como si él siguiera ahí, tenía su sabor, y vaya que estaba enamorada de esa sensación. Intenté pararme, para ver si podía acercarme más a él, pero apenas lo intenté, casi caí al suelo. Ross se acercó a mí de inmediato y puso sus enormes y protectores brazos alrededor de mi cintura, me puse nerviosa y reí. Él lo notó y colocó sus brazos en mi espalda, ayudándome a levantarme.

—No me siento muy bien... —dije, él me miró con preocupación. En ese momento me sentí una estúpida por haberme cortado sólo por las palabras de Maia, tengo que aprender a ignorar a las personas que sólo me quieren ver mal, personas malas como ella. Además, no he comido nada hace días, creó que por eso me siento mareada.

—No puedes volver a clases de ese modo —dijo Ross, que miraba por todas partes, hasta que sonrió— Nos iremos del colegio.

—¿Estás loco? —pregunté alarmada— No podemos irnos así como así, nos vamos a meter en problemas.

—Prefiero meterme en problemas a verte desmayada y que todo el colegio tenga un motivo para reírse de ti —respondió serio— Si las personas supieran que te cortas, te tratarían realmente mal.

Entonces me dí cuenta de que Ross sabía bien de lo que estaba hablando, porque si las personas se enteraban de lo que hago, mi vida se volvería un maldito infierno incluso en el colegio. Suspiré. Con la ayuda de Ross me puse de pie, me enderecé lo más que pude y él pareció sonreír por un breve segundo.

—Saldremos por la ventana —señaló la ventana que se encontraba en está habitación. Vi que había muchas cajas, sería fácil trepar— Espera a que la abra, y podrás subir.

Ross trepó por esas cajas, y se inclinó un poco para abrir la ventana y asegurarse de que la ventana no tenía ningún barrote. Entonces sostuvo la cortina, y la amarró entre algunos útiles de aseo. Después de eso, me ayudó a trepar.

—¿Quién baja primero? —pregunté algo temerosa.

—Déjame ir a mí primero, así te recibiré al bajar —explicó. Yo simplemente asentí. Ross se sentó en la ventana con una habilidad increíble, parecía un gato, eso me llamó bastante la atención. Después dio un salto y me sonrió. Mm... supongo que las cosas son así porque nos encontramos en el primer piso, si estuviéramos en el segundo piso sí que tendríamos muchos problemas— Te toca.

Al sentir un leve mareo, me apoyé con fuerza. Pero me agaché, para sentarme en la ventana como hasta hace un momento lo había hecho Ross, me dio un escalofrío al sentir lo fría que se encontraba la ventana. Me iba a dar la vuelta para intentar saltar, como él lo había hecho. Pero no pude, porque Ross me tomó entre sus brazos, y aún cuando salimos del colegio, no me bajó.

—Ross, ya me puedes bajar —dije cuando iba caminando hacia el estacionamiento. Pero en vez de bajarme, me colocó en su espalda.

—Descansa, llegaremos rápido —fue lo único que respondió.

You are Beautiful.Where stories live. Discover now